Canal Gestión Lanzarote, la filial de la empresa madrileña Canal de Isabel II, ha reconocido este jueves que se pierden 58 de cada 100 litros que se producen en las plantas de desalación que gestiona, propiedad del Consorcio del Agua.

El año pasado, las cuatro desaladoras en manos de Canal Gestión produjeron más de 26,5 millones de metros cúbicos de agua.

De esta producción de agua potable, los 72.438 clientes abonados al servicio de abastecimiento con los que cuenta la empresa consumieron 11,1 millones de metros cúbicos, agua facturada a través de contadores y la venta de cubas.

Esto significa que lo que se considera "agua no controlada" y que no se factura supuso casi el 58 por ciento de toda la producción de las plantas desaladoras en Lanzarote.

La compañía reconoce que "la tasa de agua no controlada ha vuelto a los niveles de 2013", cuando el abastecimiento estaba en manos de la empresa pública Inalsa, que estaba en concurso de acreedores.

Desde junio de 2014, tras el proceso de privatización del servicio, la desalación y abastecimiento corre por parte de la filial de la empresa propiedad de la comunidad de Madrid.

Se pierde el mismo porcentaje de agua desalada que cuando el servicio lo explotaba Inalsa

En 2013, las pérdidas se situaron en un 57,9 por ciento, un porcentaje idéntico al registrado en el año 2020.

Según Canal Gestión, las pérdidas se consiguieron "rebajar" hasta el 51,8 por ciento en el año 2018, lo que atribuye a que "se renovaran alrededor de 200 kilómetros de tuberías de los 1.479 kilómetros que mide la red de distribución".

Este jueves, Canal Gestión admite que los datos del último ejercicio y la "evolución" del agua no controlada "evidencian una vez más la necesidad urgente de renovar las redes de abastecimiento" de la Isla.

La empresa concesionaria del servicio asegura que se registran "una media de 11.500 averías e incidencias anuales, provocando la pérdida de agua en red".

Para quedarse con la explotación del agua en Lanzarote, Canal Gestión se comprometió a destinar 106 millones, de los cuales 54 millones irían para inversiones y el resto para un canon inicial.

"Impacto de la pandemia"

En la presentación de los datos de 2020, Canal Gestión resalta el "impacto de la pandemia", con alrededor de un millón de metros cúbicos de agua potable que se dejaron de consumir, "consecuencia directa de la crisis sanitaria que todavía se sufre, lo que se traduce en un 8,56 por ciento menos en la facturación  global por agua potable".

El consumo del agua industrial y turística, habida cuenta de los meses de confinamiento y el cero turístico de la Isla, "es el que ha sufrido el mayor descalabro, como era de esperar". 

Los datos arrojan un consumo de agua turística de 3,8 millones de metros cúbicos, un 30,45 por ciento menos que en el año 2019, siendo los municipios de Yaiza (-27,78 por ciento), Tías (-17,22 por ciento) y Teguise (-9,03 por ciento) los más afectados.

Sólo los municipios de Arrecife y Tinajo sufrieron un incremento en el consumo de agua potable, 7,72 y 9,23 por ciento, respectivamente, reflejándose en un aumento del 8,87 por ciento en la tarifa  doméstica y del 25,54 en el agua potable para riego, en el cómputo general.

"Esta incidencia directa de la pandemia en el sector turístico ha supuesto un impacto económico de 6,2 millones de euros menos en las cifras de negocio de Canal Gestión Lanzarote", asegura la compañía.

Agua agrícola

Por otro lado, "la pandemia y la subvención otorgada por el Consorcio del Agua para el agua agrícola parecen ser las principales causas de esta tendencia al alza detectada en el consumo de agua potable para riego".

Por un lado se ha detectado un incremento del 26 por ciento en la demanda de agua potable para regar campos agrícolas por parte de "no profesionales", lo que según Canal "demuestra que cada vez son más los que se están inclinado por retomar la actividad agraria para consumo propio".

Las depuradoras y sistemas terciarios han visto mermadas en un 26,36 por ciento  sus producciones de agua regenerada durante este 2020 ante la falta de caudal, por el "cero turístico", y también ante "la incapacidad técnica que tienen estas infraestructuras".

En concreto, destaca la situación de la depuradora de Arrecife, que asegura que está "infradimensionada y con problemas de conductividad, lo que obliga a los demandantes de agua para riego a comprar agua potable subvencionada para tal fin".