El profesor de Educación Ambiental de la Universidad de Chichester, en el Reino Unido, ha querido mostrar su apoyo a Carlos Dizy y el Pardelas Park. En una carta remitida a Diario de Lanzarote, el docente pide una “resolución inmediata por respeto a su trabajo a lo largo de los años”, un trabajo que “ha cambiado, literalmente, vidas”, recalca.

Cabe recordar que el Pardelas Park lleva 20 meses clausurado. Durante la pandemia de Covid, la empresa propietaria de Pardelas Park alquiló las instalaciones a la Fundación Respuesta Social XXI, encargada de acoger a menores migrantes por encomienda de las instituciones públicas. A principios de noviembre de 2021, los dueños de la finca firmaron un contrato para arrendar las instalaciones para alojar a menores migrantes, en un momento de urgencia, “siempre y cuando” no se incumpliera la normativa.

La citada fundación llevó a cabo unas obras menores, de adecuación de las edificaciones: el cambio de una puerta en mal estado, algunos tabiques interiores o colocar azulejos en una terraza de cemento. En ningún caso aumentar la superficie construida de los inmuebles. El Ayuntamiento de Haría inspeccionó la zona a mediados de noviembre y abrió un expediente sancionador, con paralización de los trabajos y precinto de todas las instalaciones. Hasta la fecha de hoy.

“Los tomadores de decisiones deben demostrar que pueden ser valientes, creativos y tener visión”, comienza su carta, pidiendo sumar su nombre a “la larga lista de aquellos que quieren ver una solución inmediata al estancamiento de Las Pardelas, en Órzola”.

La carta íntegra del profesor Duncan Reavey:

“Durante cerca de 30 años, el espacio natural, tranquilo y acogedor de Las Pardelas ha sido inspiración y refugio para decenas de miles de lanzaroteños.

Carlos Dizy, su familia y quienes trabajan en Las Pardelas deben ser felicitados, y muy respetados, por su enorme contribución a la salud física y mental de toda la comunidad.

De hecho, Carlos fue honrado con la presentación de una Maestría honoraria de la Universidad de Chichester en reconocimiento a su trabajo en educación ambiental y sustentabilidad. Su trabajo en Las Pardelas con adultos con demencia, ciegos, menores infractores, con dificultades de aprendizaje y grupos escolares mereció este raro reconocimiento internacional.

Carlos Dizy merece una resolución inmediata por respeto a su trabajo a lo largo de los años. Este trabajo ha cambiado, literalmente, vidas.

Pero al mismo tiempo, los tomadores de decisiones deben dar una señal muy visible de compromiso con un futuro sostenible para la isla, con el bienestar de su gente y con la educación de todos. Esta es una década en la que los tomadores de decisiones deben demostrar que pueden ser valientes, creativos y tener visión.

Espero poder regresar a Las Pardelas en el invierno para compartir este lugar especial, y sus impactos, con una nueva generación de estudiantes universitarios que, como muchos antes que ellos, aprenderán mucho”.