Muebles, colchones e incluso electrodomésticos ocupan el pasillo que da paso a una vivienda de Arrecife. La familia que está a punto de ser desahuciada y algunos allegados ayudan a seguir vaciando la casa donde residen desde hace 13 años. Falta poco, pues a las 9.30 horas se espera que el personal del Juzgado de Primera Instancia número cinco llegue para echarlos, cambiar la cerradura y dejarlos tirados en la calle. “Si fuéramos ocupas no nos habrían hecho esto”, se lamentan. Jorge, cabeza de familia con tres menores de edad a su cargo, asegura estar al corriente y no deber ninguna mensualidad.

La familia lleva en la vivienda, de tres habitaciones y dos baños, desde hace más de diez años. Residían en ella tres menores de edad y los motivos del desahucio se remontan a junio de 2022, cuando por un fallo administrativo no se pagó una mensualidad del alquiler.

Jorge lleva en España más de 20 años. Por el que hasta este viernes por la mañana era su piso pagaba 295 euros, aunque los últimos pagos eran de 317 euros tras una subida del alquiler.

El afectado por el desahucio explica que todos los problemas se remontan a 2019, cuando una empresa adquirió el edificio, en el que se encuentra la vivienda, que pertenecía a un banco.

En concreto, este padre de familia señala que el nuevo dueño del edificio, abogado de profesión, denunció a todos los residentes y que esta demanda no se les notificó. “Cuando vino, nos trajo una carta para notificarnos el desahucio o bien pagar una deuda que no se había pagado”. Jorge optó por la segunda opción: pagó entonces los casi 4.000 euros que debía y, desde aquel momento, asegura que pagaba “todos los meses”.

Años más tarde, en junio de 2022, su banco “no hizo la transferencia de los 295 euros del alquiler". "Yo no sabía que no se había transferido, hasta que hace un año llegó una demanda de que yo debía un mes de alquiler”, relata, a la vez que se pregunta: “¿Quién se iba atrever a no pagar el alquiler un mes sabiendo que ya habían pasado dos años y seguía pagando puntualmente? Claro, al deberse un mes, cabe desahucio”.

Sin embargo, la conclusión de Jorge es clara: “Como yo pago 317 euros de alquiler, soy un estorbo, porque no le conviene tener un piso de tres habitaciones y dos baños por ese precio”.

Hace dos meses les notificaron el desahucio, pero recurrieron, dice mientras recalca que tiene “tres niños”. Terminaron aplazando el procedimiento. Sin embargo, el Ayuntamiento de Arrecife informó de que no tenían “constancia” de que residían en el piso.

“No sabían quién era yo, cuando llevo más de 20 años aquí. Tengo hijos nacidos aquí y llevo viviendo 13 años empadronado legalmente en este piso”, aclara, a la vez que se pregunta: “¿Cómo dice el Ayuntamiento que no tiene constancia de nuestra residencia?”.

“¿A dónde me voy yo ahora?"

Los siguientes pasos no están nada claros. Por ahora, están guardando las cosas en un almacén y tienen planeado seguir recurriendo a través de su abogado. También esperan algún tipo de apoyo o respuesta por parte del Ayuntamiento. “Quiero que se pongan la mano en el corazón y digan qué fallo cometieron. ¿Cómo es que le van a decir al Juzgado que no tienen datos nuestros?”, insiste este padre de familia que recalca que este desahucio se da “por un error administrativo”, por una transferencia que no hizo su banco “hace dos años”. Cuando le interpusieron la demanda, asegura que lo que hizo fue pagar “automáticamente”.

De momento, la realidad para esta familia de Arrecife es que se encuentra sin un techo y con un mercado de alquiler escaso y prácticamente inasumible para el alquiler de larga duración. “¿A dónde me voy yo ahora? Estuve buscando, porque me quería ir, pero es que no hay”, concluye Jorge.