Aloe vera: un cultivo con gran potencial
Canarias produce “uno de los mejores aloes del mundo”, pero necesitado de un mayor respaldo institucional para su revalorización
Raquel Caraballo Valdivia, gerente de la empresa Aloe Plus Lanzarote, destaca el potencial de la industria del aloe vera y la repercusión que podría suponer para la economía de Lanzarote y de Canarias, en general, como una alternativa para diversificar la economía y una fuente de creación de empleo cualificado, a pesar de no contar con todo el respaldo institucional que precisa. En su opinión, “la administración ha tardado mucho en dotar de ayudas a este sector. A día de hoy, seguimos necesitando mayor implicación”.
Como hito más significativo está el hecho de que a partir de 2018 se aprobó la introducción del cultivo del aloe en el Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias (POSEI) con el objetivo de promover la diversificación de la agricultura de Canarias, financiado por el Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA). “Teniendo en cuenta su potencial, sería más que conveniente aumentar las ayudas al sector”, insiste la gerente de Aloe Plus Lanzarote.
Una de las ventajas con las que parte el aloe autóctono frente a las grandes producciones foráneas es que Canarias y, en particular las islas orientales como Lanzarote y Fuerteventura, presentan unas “condiciones climatológicas excepcionales” para el cultivo de aloe vera, lo que favorece que en esta zona la planta desarrolle mucho mejor sus propiedades internas en comparación con otras regiones. “Esto se debe principalmente a la alta incidencia solar, unas temperaturas estables durante todo el año, las escasas precipitaciones, la constante influencia de los vientos alisios y el tipo de suelo volcánico poroso, ligeramente ácido, y con una alta concentración de minerales”, explica Caraballo. “Todo ello hace que el aloe de Canarias esté muy bien valorado, e incluso sea considerado uno de los mejores aloes del mundo”, añade la gerente.
Durante la última década se ha producido un incremento notable en la superficie de cultivo de aloe vera en la isla de Lanzarote. Se desconoce la cifra concreta. Según datos de los mapas de cultivos de Canarias de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, Lanzarote cuenta con un total de 14,66 hectáreas del cultivo en producción de aloe vera. Por su parte, según datos del ISTAC, la superficie de cultivo de aloe vera en 2015 ascendió hasta 25,4 hectáreas en la Isla.
Aloe Plus Lanzarote cuenta con el 25 por ciento del cultivo total de la Isla. En la actualidad, dispone de cuatro plantaciones de aloe vera que albergan alrededor de 52.134 metros cuadrados. Todas estas áreas de cultivo cuentan con certificación ecológica otorgada por el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), lo cual garantiza que los aloes son cultivados de forma respetuosa con el medio ambiente y evitando, sobre todo, el uso de sustancias químicas que pudieran mermar la calidad de la materia prima.
Según explica la gerente de Aloe Plus Lanzarote, esos cultivos permiten a la empresa contar con “suficiente producción de materia prima para abastecer la demanda real de clientes, tanto finales como mayoristas y sostener la producción cosmética de la empresa”.
Sobre la posibilidad de que estos cultivos se vean incrementados, explica que “la empresa viene trabajando en el acondicionamiento de nuevos terrenos con el fin de tenerlos en perfectas condiciones para su puesta en producción”. Asegura que “siempre ha sido una constante en la empresa el tener disponible hijuelos suficientes, no sólo para la venta, sino para destinarlos a nuevos campos de cultivo propios”.
La industria de la transformación del aloe vera requiere de una innovación constante
Actualmente, Aloe Plus Lanzarote cuenta con un centro de transformación de 1.500 metros cuadrados ubicado en el municipio de Arrecife. Parte de este centro está destinado a fábrica, donde se lleva a cabo el proceso de transformación de la hoja de aloe en jugo, y otra parte, a producción.
De hecho, Aloe Plus Lanzarote dispone del certificado de Transformadores ecológicos de jugo de Aloe Vera. “Esto es garantía de que hacemos llegar al cliente final un jugo de aloe lo más natural posible, además de responsabilizarnos de otras cuestiones del proceso que determinan la calidad del producto final”, explica la gerente. La Asociación Nacional de Empresarios del Aloe (Asocialoe), a la que pertenece la empresa, expone que “el papel del transformador consiste en seleccionar la mejor hoja y procesarla, eliminando todos los elementos que puedan ser tóxicos, como las antraquinonas, estabilizar el gel y convertirlo en materia prima para uso en productos alimenticios, dietéticos, cosméticos, etcétera”. “Un trabajo que comienza en el campo y termina en el cliente final”, matiza Raquel Caraballo.
Interior de la fábrica de Aloe Plus Lanzarote. Un operario muestra el producto final.
Otra de las potencialidades de la industria de aloe vera es apostar por la diversificación de productos, “una premisa desde los inicios de Aloe Plus Lanzarote, junto con la innovación”, según expone la gerente. “No solo como una estrategia para lograr un crecimiento continuo en el mercado, sino también como respuesta a las nuevas tendencias en cosmética. Este sector requiere de una innovación constante para poder ajustarnos a los gustos y preferencias del consumidor”, explica.
Entre esta diversificación de productos se encuentran la introducción de la sal o la vinoterapia en sus preparaciones cosméticas. “Nos ha permitido la posibilidad de combinar y potenciar lo mejor del aloe vera con las propiedades de otros recursos naturales de la isla de Lanzarote, como la capacidad antioxidante y antienvejecimiento del vino, o la capacidad exfoliante de la sal”, explica.
Sobre el potencial de este cultivo, Raquel Caraballo lamenta que “el auge de la farmacia moderna haya dejado en el olvido la mayoría de plantas medicinales, y con ellas, el aloe vera”. Explica que en 1970, el farmacéutico Bill Coats consiguió separar la aloína de las células de la corteza y estabilizar el gel extraído de las hojas, lo que propició el inicio del uso masivo y polivante del producto.
A partir de este momento las líneas de investigación se han centrado en demostrar a través de estudios y ensayos clínicos, la actividad biológica de los componentes de la planta del aloe vera. “Sin ningún género de dudas, todavía queda mucho por descubrir. Las reacciones sinérgicas que ocurren entre los activos internos del aloe vera son numerosas y siempre pueden surgir nuevas líneas de investigación”, añade Caraballo.
A modo de ejemplo, destaca la tesis doctoral presentada y realizada por Tatiana Yebra en el año 2017, ‘Evaluación y valoración de la funcionalidad del extracto de aloe vera en cultivos celulares in vitro’, por la Universidad de Alcalá de Henares en Madrid. Este estudio es resultado de siete años previos de investigaciones, en los que se demuestra la función fisiológica que posee el aloe vera a nivel dermatológico y a nivel del sistema inmune, “lo que sin duda abre nuevos campos y caminos para seguir investigando”, expone.
Aloeturismo
A pesar de las circunstancias actuales que atraviesa el sector turístico, Aloe Plus Lanzarote es un firme defensor del concepto de aloeturismo: “Un turismo que se mueve en torno al aloe y sus aplicaciones, y que contribuye a promover el desarrollo rural vinculado a la agricultura y a otros productos locales como el vino, la sal, la cochinilla e incluso la ceniza volcánica”, especifica Caraballo.
Aloe Plus Lanzarote es un firme defensor del concepto de aloeturismo
“La actividad generada en torno a estos productos contribuye a diversificar la oferta turística de Canarias, de modo que nuestras puertas están abiertas a los intermediadores turísticos que operan en las Islas, que han visto en el aloeturismo un aliciente de ocio y cultura, incluyendo nuestros museos en sus visitas”. No en vano, sus centros forman parte de la Guía de Museos y Espacios Culturales de Canarias y están certificados con el sello SICTED, que reconoce la calidad turística en destino, “una garantía más de nuestro trabajo diario para mantenernos como pioneros en este tipo de actividad turística”, comenta la gerente de Aloe Plus Lanzarote.
“El aloeturismo es también el referente para toda la actividad que generamos de la que forman parte la sal, los paisajes canarios que generan nuestras plantaciones con la vid, la tunera y el aloe vera, nuestros museos y el cuidado del cuerpo, a través no solo de los productos que ofrecemos, sino también de generar información sobre hábitos saludables imprescindibles para estar en forma”, concluye.
Raquel Caraballo Valdivia, gerente de Aloe Plus Lanzarote.
La mayoría de publicaciones coinciden en situar el origen del aloe vera en el sur de África y la Península arábiga, aunque no se descarta que la planta también pueda ser nativa de las islas macaronésicas. Estudios consideran que la especie fue introducida en Canarias, y que, posteriormente, su cultivo se extendió debido, en gran parte, a las condiciones climatológicas de las Islas. Sobre el uso que tenía esta planta en sus orígenes, cabe citar un artículo elaborado por el Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de La Laguna a cargo de W. Wildpret, C. Hernández y P. Pérez titulado ‘Aloe vera en Canarias: aspectos botánicos y etnobotánicos’: “Los antiguos aborígenes de las Islas Canarias ya conocían, al parecer, las virtudes medicinales de la planta, lo que aboga a favor de su presencia en el Archipiélago desde épocas prehispánicas. Su uso tradicional en Canarias entronca con la cultura mediterránea, empleándose como tónico amargo laxante o purgante (uso interno) y más frecuentemente en uso externo como dermática o vulneraria, para curar empeines, eccemas, quemaduras, etcétera”. A partir del uso tradicional que se le ha dado a esta planta a través de distintas civilizaciones antiguas como la china, la hindú, la egipcia, la romana o la griega, el aloe se fue postulando como un auténtico remedio contra multitud de dolencias internas y externas. A lo largo de la historia, el valor del aloe vera se ha convertido en protagonista del trabajo de distintos médicos como Hipócrates, Teofrasto, Dioscórides o Galeno, sentando algunas de estas obras, las bases de la medicina moderna. En el siglo VIII, los árabes, conocedores de las virtudes del aloe, se dedicaron a cultivar grandes extensiones de esta planta y a propagar su uso. A ellos se debe la difusión del aloe en Europa. Y posteriormente Cristóbal Colón y los jesuitas españoles se encargaron de introducirlo en aquellos lugares donde aún no había llegado a través de sus asentamientos. A pesar de caer casi en desuso en el Renacimiento, el aloe recupera todo su valor terapéutico utilizado después de la Segunda Guerra Mundial, para curar las heridas y quemaduras de los afectados por las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
Comentarios
1 2punto Mié, 31/03/2021 - 13:46
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