La Historia naufragada
El Océano lo abrazo todo con sus aguas, decía el poeta latino Avieno, rodea por entero el círculo terrestre y excava innumerables golfos…los navíos se desplazan lentos y lánguidos entre monstruos que nadan por medio.
Ciertamente, los océanos cubren el setenta por ciento de la superficie terrestre, pero más que un límite ha sido a lo largo de la Historia una vía de comunicación que interconectaba territorios lejanos a los que llegar por tierra era complejo, mucho más lento y peligroso, al tener que cruzar zonas ocupadas por pueblos de muy diversas características. Así, desde muy antiguo el ser humano se aventuró a explotar los mares con la idea de conquistar nuevos territorios, de adquirir riquezas, de comerciar y ampliar el mundo que conocían.
Con el tiempo, la navegación se fue perfeccionando y algunos pueblos constituyeron lo que se ha definido como talasocracias, a través de las cuales diversas potencias mostraban su superioridad política y económica basada en el dominio de los mares y océanos. Un dominio y ejercicio de poder que trasladó la guerra hasta la superficie líquida que no siempre es fácil de domeñar.
Desde la Antigüedad, marinos experimentados exploraron mares y océanos, trazaron rutas, redactaron periplos, dibujaron portulanos con los que guiar a quienes vendrían después: comerciantes, aventureros, soldados, colonos, que más de una vez no supieron manejarse bajo las estrellas o dominar los vientos y sus naves terminaron zozobrando, adornando el fondo marino con enseres de todo tipo, monedas de oro y piedras preciosas, con quillas, cuadernas, puentes y velámenes, amén de los restos humanos que no lograron vencer una tempestad o el asedio de potencias enemigas, ya fuesen armadas de guerra o de los corsarios que han vagado por la traidora planicie marina, en palabras del propio Avieno. Naufragios que, por un motivo u otro, han ido conformando un rico patrimonio cultural a lo largo de los siglos y que ahora excavan, estudian e investigan arqueólogos submarinos, pero también historiadores y archiveros que tratan de localizar entre legajos de diversa índole cualquier información sobre el lugar en el que pudiera haberse producido un naufragio o donde un barco hubiese perdido su carga, lo que unido a las exploraciones submarinas nos ayudan a entender cómo ha evolucionado la navegación, de qué manera se manejaban los marinos, qué mercancías transportaban hacia qué lugares, qué reveses sufrieron quienes se atrevieron a ir más allá.
Con la idea de dar a conocer el rico patrimonio submarino que ha quedado de estas experiencias humanas, se organizan las VI Jornadas de Historia de Teguise bajo el título La Historia naufragada, para que tras el estudio de los restos del fracaso sufrido por algunos de los que nos precedieron podamos aprender a valorar el esfuerzo que hicieron y protejamos su legado.
Se celebraran entre los días 8 y 30 de noviembre, y contaremos con la participación de Rafael Sabio González, Director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena; Esther Cruces Blanco, Directora del Archivo General de Indias; Rita Marrero Romero, arqueóloga del Cabildo Insular de Lanzarote; Germán Santana Pérez, profesor titular de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; Josué Mata Mora, de la empresa LAWANA, Estudio de Arqueología Submarina; y Guillem Mauri Galí, arqueólogo del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña.
Las jornadas están organizadas por el Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Teguise y cuentan con la colaboración de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, el hotel Palacio Ico y el hotel Casa de las Flores.
El programa completo puede verse en: https://archivoteguise.es/noticia/70/vi-jornadas-de-historia-de-teguise.
La inscripción es gratuita. Sólo es necesario enviar un correo indicando nombre, apellidos y DNI, especificando si la asistencia será presencial u online (será retransmitidas por el canal de YouTube del Ayuntamiento de Teguise) a la dirección jornadasteguise@gmail.com
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