Alex Salebe

Jijiji-jajaja

En el mundillo político cada vez más colmatado por homo sapiens de ideología ambidextra y permeado por intereses personales y empresariales, el poder adquiere una dimensión perversa. Leí hace unos días el artículo ‘Semiótica del poder’ del mexicano Fernando Buen Abad, en el que este especialista en filosofía de la comunicación hace un repaso del poder desde las comunidades “pre-estatales” hasta nuestros días.

Plantea, y solo hay que ver lo que tenemos a nuestro alrededor, “que algunos quisieran que el poder dependiera de la simpatía o el carisma individual, de la belleza o del ingenio particular. Otros disfrutan con reducir los secretos del poder al exhibicionismo de los privilegios o de las riquezas de los interfectos”.

Nos empujan al carrusel del jijiji-jajaja, a la anestesia del espectáculo, que banaliza, con toda la intención y perversidad, problemas y desigualdades sociales. En una cena que tuve el pasado viernes en casa de una pareja de amigos, salió a la palestra el tema de los servicios sanitarios en Lanzarote y Canarias. Siendo un grupo bastante reducido, de apenas cuatro personas residentes en Lanzarote, todos habíamos sufrido por las carencias de un servicio público y esencial, y en uno de los casos, estando de por medio un problema muy delicado de salud.

La amiga anfitriona preguntó y respondió: “¿Saben cuántas camas UCI hay en Lanzarote?, el Hospital General solo tiene diez box”.  Si ya la dotación es insuficiente para la población local, no podemos obviar los miles de visitantes nacionales e internacionales que pasan cada semana por la Isla y el crecimiento del sector turístico, que deja riqueza, pero asimismo demanda servicios.

También, por experiencias propias y cercanas, salieron en la conversa las dificultades para la atención de mayores dependientes en los hogares y los costes del servicio de atención en los centros de respiro familiar. Aunque la Comunidad Autónoma asegura que ha reducido el tiempo medio de espera de los solicitantes para acceder a las ayudas por la Ley de Dependencia, las familias hacen de tripas corazón para llegar a fin de mes. El sistema de bienestar social debe adaptarse a las realidades que viven los hogares canarios y sus demandas de recursos asistenciales. Hay dudas razonables sobre la posibilidad real de atender a todas las personas reconocidas como dependientes.

Y no tuvimos tiempo para hablar todo lo que quisiéramos de educación y cultura, otro de los asuntos que causa alergia a la mayoría de políticos canarios, pero sí para preguntarnos el porqué estas realidades en servicios básicos que influyen en la salud física y mental de los ciudadanos, en su formación y preparación para ser más competitivos en el mercado  laboral, y por ende en el bienestar general de las personas, no están ocupando la agenda de debate de buena parte de los representantes públicos. ¿Necesitamos o no un nuevo hospital?

Están  centrados en exhibir su “simpatía” en el poder, en demostrar en redes sociales que son más “guay”, en buscar chorros de dinero para invertir en pan y circo y vender grandes conciertos y festivales como sinónimo de progreso y bienestar, un merengue que se desvanece en minutos mientras aumenta el riesgo de pobreza y exclusión social.

Y ahora encima las faltas de respeto a la sociedad también caen en cascada en el “show” del directo. Representantes de ONGs, entre ellas asociaciones que trabajan en defensa de los derechos del colectivo LGTBI+, autoridades e invitados que asistieron a la gala lanzaroteña ‘Abrazando a la diversidad’, organizada por el Cabildo de Lanzarote y el Círculo de Empresarios de la Isla, tuvieron que soportar la semana pasada expresiones homófobas de un empresario “gracioso” que subió al escenario a contar un chiste señalando en su relato a “maricones, cabrones e hijos de puta”. El toque de “humor”  aderezó el gran espectáculo de la subasta de la corbata del presidente del Cabildo que lanzó su prenda como si de una boda se tratara.

No es la primera vez que el afán de exhibición de “simpatía” del poder lleva a una metedura de pata. Aquí en las europas se habla mucho de repúblicas bananeras, pero recuerdo que el mismo presidente del Cabildo salió en un concierto musical, con asistencia masiva de jóvenes, a decirles que si se portaban bien iba a aumentar las becas de estudio y la oferta cultural para la juventud. Mi hijo me lo contó indignado. Puro pan y circo.

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