Una ballena de once metros y 8.000 kilos para el Charco de San Ginés
La estructura ósea de un ejemplar de ballena del tipo rorcual tropical, de 11 metros de longitud y 8.000 kilogramos de peso, embellece desde este mismo viernes una zona del Charco de San Ginés gracias a un proyecto financiado por el Cabildo de Lanzarote y el Gobierno de Canarias, a través de fondos europeos, que ha contado con el asesoramiento de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC), con sede en Lanzarote.
El proyecto ha sido ejecutado por la entidad Canarias Conservación-Gabinete Estudios Ambientales, que cuenta con experiencia en la preparación museística de esqueletos de grandes cetáceos con exposiciones llevadas a cabo en el Real Jardín Botánico de Madrid, el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, en diversos emplazamientos de Fuerteventura y en el Museo de Cetáceos de Canarias, en Lanzarote.
El presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, quien estuvo acompañado por el presidente de la SECAC, Vidal Martín, el vicepresidente primero, Joaquín Caraballo, el consejero de la Reserva de la Biosfera, Juan Antonio de la Hoz, y el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Arrecife, Rafael Juan González Robayna, durante el montaje de la estructura ósea, explicó que “antes de la instalación que se está llevando a cabo en estos momentos, el esqueleto de este ejemplar de ballena, ha sido sometido a un proceso de restauración y articulación por parte del equipo técnico de la citada entidad”.
El nombre científico de esta especie tropical migratoria que se encuentra protegido por la normativa internacional y de la Unión Europea, es ‘balaenoptera brydei’ y perteneciente a la familia ‘balaenoptiradae’ (del latín, ‘ballena alada’).
“Canarias es el único lugar de España donde está presente la especie”, apuntó Pedro San Ginés, quien también afirmó que “esta escultura de la naturaleza se ha recuperado no sólo para embellecer esta zona de la capital de Lanzarote, sino para generar un espacio de concienciación y sensibilización ambiental sobre la importancia de conservar nuestro mar, nuestros recursos naturales y biológicos y las especies que habitan en el medio marino del archipiélago, y que lamentablemente están ahora mismo expuestos a un tremendo riesgo por las prospecciones petrolíferas que nos han impuesto frente a nuestras costas”.
“El coste del proyecto de restauración e instalación del ejemplar óseo ha sido de 18.000 euros, financiados a través del convenio rubricado entre el Cabildo de Lanzarote y el Gobierno de Canarias para las acciones que se incluyen en los Planes de Desarrollo Rural (PDR-2014)”, especificó el presidente.
Tanto el Ayuntamiento de Arrecife como el Cabildo de Lanzarote, a través de la Reserva de la Biosfera, mostraron en su día la intención de restaurar este esqueleto y rescatarlo para su exposición en una zona degradada del Charco de San Ginés. Es por ello que la SECAC ha cedido al ayuntamiento el uso del esqueleto para su exposición en tiempo indefinido, sin contraprestación económica alguna, y con la único condicionante de que el esqueleto se encuentre asegurado durante el tiempo que el Ayuntamiento desee mantenerlo expuesto.
Según explicó el concejal de Medio Ambiente, Rafael Juan González Robayna, “desde el Ayuntamiento estamos muy agradecidos al Cabildo de Lanzarote y a la SECAC por esta cesión de la estructura ósea" que el ayuntamiento velará a partir de ahora por su conservación y buen estado.
Según detallaron igualmente durante el montaje, "dada su ubicación en un espacio expositivo público, ha primado en todo momento la seguridad del público visitante, tanto en el diseño de la estructura de sujeción y anclajes del esqueleto como en el sistema de montaje”.
Por su parte, el presidente de la SECAC, Vidal Martín, destacó que “el espécimen quedó varado en 1995 en aguas de Tenerife y su estructura ósea permaneció depositada en la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria hasta el año 2003 en que se trasladó a Lanzarote para ser expuesta en el Museo de Cetáceos de Canarias (SECAC)”.
El esqueleto natural del espécimen pertenece a una hembra juvenil de 11 metros de longitud y unos 8.000 kilos de peso. Forma parte de las colecciones osteológicas de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC) con sede en Lanzarote y proviene de un caso de varamiento ocurrido en 1995 en la isla de Tenerife. La necropsia reveló que esta joven hembra había muerto por causas naturales.
El rorcual tropical (Balaenoptera brydei) es de los mayores animales que existen en el planeta. Se distribuye en las aguas cálidas y tropicales del mundo y es del grupo de las ballenas sin dientes que, como otros gigantes del mar, se alimenta filtrando plancton y pequeños peces.
Las Islas Canarias están dentro de sus rutas migratorias y es un área de alimentación y reproducción. Se avistan con frecuencia en las aguas de Lanzarote donde son particularmente abundantes en primavera y verano. Las hembras, algo mayores que los machos, pueden llegar a alcanzar hasta 13 metros de longitud y un peso superior a las 10 toneladas.
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