Lilium: Cocina de nivel hecha en Lanzarote
Marina Lanzarote es la tercera parada del trayecto para el restaurante Lilium, que abrió las puertas hace ocho años en Tías y luego se mudó a la calle José Antonio de Arrecife. Con vistas a los yates del nuevo puerto deportivo, Lilium sigue siendo “un restaurante elegante donde comer bien y saludable”, destaca Orlando Ortega, su propietario y ‘alma máter’, junto a su esposa, Sandra Guadalupe .
La cocina de Lilium se nutre en buena medida de productos de Lanzarote: es ya un clásico su monturrito de batata, que lleva en su carta prácticamente desde el principio. En su carta hay desde salmón ahumado en Uga con caviar de manzana a garbanzos fritos con chorizo de Chacón y caldo de cochino negro, pasando por lomo de pescado fresco del día con ‘tierra de cebollas’ o cochinillo negro lechal confitado con culís de plátano y maracuyá.
Ortega dice que cocinar con productos de la tierra es “muy divertido, un juego y un reto que entretiene”. El proceso creativo de un nuevo plato surge con “un flash”. “Es como un sexto sentido que vas madurando y entrenando”, aprendiendo cuando “un sabor armoniza con otro o bien contrasta de tal forma que juegan el partido juntos”.
De Lanzarote destaca “los pescados, las carnes de aquí, las verduras, el marisco… todo lo que sea novedoso te atrae”. La carta de Lilium tiene una amplia variedad de vinos, donde ocupan un lugar destacado los caldos de Lanzarote: “Los vinos de la Isla valen lo que valen porque tienen una calidad espectacular, es algo que no tiene discusión, tanto en tinto, como en blanco y en dulces”.
Lilium apuesta por productos de la Isla para elaborar una oferta gastronómica con sello propio
El restaurante Lilium forma parte de la asociación Lanzarote Cocina, que apuesta por fomentar y promocionar la cocina hecha en la Isla. Orlando empezó en el negocio de freganchín en 1987, trabajó de camarero en el laureado El Bulli de Ferran Adriá y acumuló experiencia en varios restaurantes de Lanzarote hasta lograr que fl oreciera Lilium, un proyecto quizá más vital que profesional.
El estado del sector, expone, está mejorando: “Cada vez hay más restaurantes atractivos que te apetece visitar y conocer, y gracias al empuje de las instituciones, de los agricultores y de otros muchos eslabones que formamos esta cadena estamos haciendo bastante ruido en Canarias e incluso fuera”.
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