La nueva Ley del Suelo que impulsa el Gobierno de Canarias presidido por el nacionalista Fernando Clavijo permite que “en cualquier categoría de suelo rústico donde existan explotaciones vitivinícolas se podrá autorizar la construcción de bodegas”.

Esas bodegas pueden ser “individuales, cooperativas o colectivas”, y se entiende que, además de las bodegas, también se pueden autorizar “instalaciones vinculadas a las explotaciones que tengan que ver con la ordenación del aprovechamiento del potencial agrícola”.

La principal condición que se plantea es que “no exista prohibición expresa en el plan insular de ordenación o en el planeamiento de los espacios naturales protegidos” en donde “se pretenda ubicar la instalación”.

También se debe acreditar “la necesidad de su implantación en el entorno de la explotación” y que “permanezcan las edificaciones o construcciones directamente vinculadas a la actividad agraria”.

“Las bodegas e instalaciones deberán ser construidas enterradas o semienterradas, acomodándose en cuanto a materiales y condiciones constructivas al entorno agrícola y al paisaje del espacio donde se localicen”, concluye la nueva ley.

Este precepto se incluye dentro de los usos, actividades y construcciones que se permiten en el suelo rústico. El borrador de la nueva Ley del Suelo de Canarias se aprobó el lunes y viene a sustituir tanto al texto refundido de la Ley del Territorio del año 2000 como a las Directrices de Ordenación del territorio de 2003, entre otras normas.

“Las bodegas e instalaciones deberán ser construidas enterradas o semienterradas”, precisa la nueva Ley del Suelo

En la legislación del territorio de Canarias que se aprobó a comienzos de la década pasada no existía una referencia expresa a las bodegas. En la denominada Ley de armonización y simplificación en materia de protección del territorio, que aprobó el Gobierno de Paulino Rivero cinco meses antes de las últimas elecciones, se recogió en gran medida la normativa sobre las bodegas que ahora se consolidaría con la Ley del Suelo.

Así, en la nueva redacción se introduce la precisión de que podrán autorizarse bodegas “en cualquier categoría” de suelo rústico y se apostilla que las bodegas e instalaciones “deberán ser construidas enterradas o semienterradas”.