"El pregón, llave con la que abrimos la puerta de las celebraciones patronales, es parte esencial del programa de actividades pues pone en contacto la tradición cultural de nuestro pueblo, narrada y coloreada por los recuerdos de quien nos dirige la palabra, con este hoy, que a veces nos parece tan distante de aquel entonces".

Así presentó la alcaldesa de Arrecife, Eva de Anta, a la pregonera de las fiestas de San Ginés, la médico arrecifeña Elizabeth de León. El acto de apertura oficial de las celebraciones patronales de la capital lanzaroteña se celebró el viernes por la noche en un salón de actos abarrotado de público.

Por su parte, el concejal de Festejos David Duarte agradeció de forma especial a Elizabeth de León por acceder a ser pregonera "y seguir engrosando ese histórico de pregoneros de Arrecife que desgranan sus vivencias y que forman parte de nuestra historia".

"Con el pregón de Elizabeth arrancan unas fiestas que se hacen con el único objetivo de que vecinos, vecinas y visitantes disfruten de una ciudad rica por sus rincones, por su mar y por su tradición", añade Duarte.

La médico, ex alcaldesa y ahora pregonera de San Ginés, reflexionó sobre sus vivencias en su profesión: "La primera reseña que hace referencia a la presencia de un médico en la Isla, la encontramos en la segunda mitad del siglo XVI que vivía en Teguise llamado Don Diego Carrillo del Castillo".

"En los recuerdos de mi niñez se juntan un sinfín de olores, sabores y colores. El olor de la tierra cuando jugamos a la soga o al teje. El de las planchas de carbón que las mujeres ponían en las esquinas de las calles para que el carbón prendiera rápido y así planchar las enaguas almidonadas que se ponían las niñas... El olor del petróleo de las cocinas de fuelle o mecha donde se cocinaban los potajes que luego las familias degustaban como deliciosos manjares", manifestó De León.

También su pregón tuvo un momento para la nostalgia de la época en plenas fiestas: "Resuenan en mis oídos las voces de la chiquillería cuando con la marea vacía íbamos al charco de San Ginés y en la zona central del morro de la Elvira. un siento la sensación de libertad que percibía y como esa libertad me hacía inspirar profundamente absorbiendo los olores del mar", relató.

Elizabeth de León recordó anécdotas como "los pejines que ponían los marineros a sacar en las piedras del morro de la Elvira” o “las visitas a la Fábrica de las Nieves donde fondeaban barcos que necesitaban arreglo”.

Al finalizar, hizo hincapié en que no era su intención hacer un pregón nostálgico. “Cualquier tiempo pasado no fue ni mejor ni peor”. “La sociedad evoluciona y en cada tiempo las situaciones y vivencias que quedan grabadas en nuestra memoria son diferentes. Eso es lo que he querido relatar, vivencias y recuerdos de una niña de una modesta y numerosa familia", destacó.

Tras el pregón, los asistentes pudieron disfrutar de los productos tradicionales de las fiestas en la Recova Municipal. Garrapiñadas, algodón de azúcar y los helados Acuña volvieron en una noche que destacó por las buenas temperaturas y la música del timplista Alexis Lemes.