Desplazarse por Arrecife no es sencillo. Al contrario, en ocasiones se convierte en un caos. El debate en los últimos años se ha centrado en si permitir o no el tráfico en la Avenida marítima, pero el problema del transporte en la capital de la Isla es mucho más amplio. Sobre la mesa del Ayuntamiento y del Cabildo está el nuevo Plan de movilidad urbana sostenible. El documento aspira a convertirse en una hoja de ruta para cambiar de forma radical la manera de moverse por Arrecife.

El diagnóstico está claro: el parque de vehículos, que incluye también camiones, guaguas y furgonetas, asciende a más de 46.000 unidades, en un municipio que tiene algo más de 61.000 residentes. Siete de cada diez hogares tienen coche propio, pero apenas dos de cada diez familias tienen bicicleta propia. Frente a un elevado uso del vehículo privado, con pocos ocupantes en la mayoría de los desplazamientos, la red de guaguas urbanas es “de baja calidad”, con “escasa frecuencia” y “falta de información”.

Tampoco hay un servicio de bicis públicas. “No hay cultura de uso de bicicleta” para desplazarse, salvo con “fines deportivos”. Para los peatones también hay “numerosos problemas”, como una “anchura insuficiente y obstáculos en las aceras”, pavimento en mal estado, falta de iluminación o ausencia de señalización.

El estudio elaborado por la consultora Tool Alfa para el Cabildo y el Ayuntamiento, que tiene que ser aprobado, plantea objetivos para diseñar la movilidad del Arrecife del futuro, pero también una serie de propuestas a corto plazo para implantar de forma inmediata si hay voluntad de las instituciones. Estas son las principales líneas estratégicas:

PEATONES. Frente a la actual configuración de calles en las que pueden circular todo tipo de vehículos, el Plan apunta a definir “células urbanas”, agrupando varias calles según su uso residencial o comercial, en cuyo interior “la circulación se encontrará restringida”. Sus límites serían “las vías de mayor jerarquía, que son las que garantizan la conectividad de la ciudad”.

En las células urbanas con uso “eminentemente residencial” sólo penetrarán los vehículos de residentes, de emergencias o de limpieza, así como de proveedores comerciales, y sólo se permitiría el aparcamiento a los vecinos de la zona o para carga y descarga.

Por el contrario, en las células urbanas de mayor actividad comercial la intervención sería “a más largo plazo”. Y en el casco urbano, la limitación de acceso que se plantea es “más severa, tendiendo a la peatonalización”.

A corto plazo se plantea dividir el centro de Arrecife en tres células urbanas: la primera se extendería desde el solar de Ginory hasta las Cuatro Esquinas y las inmediaciones de la calle Real, la segunda abarcaría la fachada del litoral hasta el Arrecife Gran Hotel, y la tercera desde la calle Manolo Millares hasta la calle La Inés.

Para conectar los barrios se propone crear una red de itinerarios peatonales, con cuatro ejes principales que desemboquen en la Vía Medular, donde se encuentra la estación de guaguas, y en las inmediaciones del Cabildo, donde está el intercambiador.

CICLISTAS. El Plan de movilidad sostenible señala que la Vía Medular y la Avenida marítima son las “únicas vías urbanas aptas en la actualidad para implantar carril bici”. El criterio a seguir es que, “siempre que sea posible”, se adecúe una plataforma reservada para bicicletas en las citadas calles.

En las vías en las que no se pueda se utilizarán plataformas compartidas con el resto de vehículos, pero con señalización adecuada, la eliminación de reductores de velocidad en las calzadas y su sustitución por un control de velocidad mediante radares móviles.

En el centro de la ciudad, donde el Plan apunta la división de las calles en “células urbanas” y progresivo uso peatonal, se apuesta por que el espacio se comparta con los ciclistas.

Habilitar aparcabicis en el interior de los centros de trabajo o edificios de uso público, en el exterior y en el puerto Marina Lanzarote, que se use la bicicleta como medio de transporte, por ejemplo, para la Policía Local, apoyar a las empresas de alquiler o ceder bicicletas a empresas para que sus empleados vayan a su puesto de trabajo sobre dos ruedas son otras de las medidas propuestas.

GUAGUAS. Hace unos días, la nueva alcaldesa de Arrecife, Astrid Pérez, denunciaba que de 11 guaguas municipales tan solo seis estaban operativas. Desde la oposición, la portavoz de Podemos, Leticia Padilla, añadía que dos líneas de guaguas llevan “años sin funcionar” por falta de personal. Ambas carencias son problemas de gestión, tanto de recursos materiales como humanos. Para que el Plan de movilidad sostenible no quede en papel mojado, tendrían que resolverse.

El estudio plantea seis líneas de guaguas, que conecten la zona exterior de la ciudad con la Medular, mejorar la frecuencia de la guagua lanzadera por la Avenida marítima y, de cara al futuro, evaluar la incorporación de una nueva línea por el interior del casco urbano.

También se apunta a la necesidad de construir un intercambiador por Valterra o Naos, una tarifa plana única en todo el municipio o integrar los dos tipos de guaguas que circulan por la capital: las urbanas, que dependen del Ayuntamiento y son obligatorias al tener Arrecife más de 50.000 habitantes, y las interurbanas, que son del Cabildo.

TRÁFICO. Cincuenta kilómetros por hora en la Vía Medular, 30 kilómetros en las calles que conforman el viario principal de Arrecife, 20 kilómetros en las células urbanas del centro y en el frente litoral y 10 kilómetros en el casco urbano, con prioridad para los peatones. Esta es la propuesta para limitar la velocidad de circulación que especifica el Plan, que propone varias medidas de control que busquen “la disuasión y no la recaudación”, como radares móviles o fijos.

Además, se plantea el “cierre y vallado de todos los estacionamientos ilegales en los solares”, el estacionamiento “solo para residentes” en partes del centro o un sistema “racional” para gestionar los vados, revocando todos los que no estén al corriente en el pago.

En la distribución de las zonas de aparcamiento se apuesta por la construcción de un parking subterráneo en la Ciudad Deportiva y se cuenta con las nuevas plazas en la manzana de Garavilla si se desbloquea la construcción del centro comercial, cuya licencia se encuentra en la actualidad en litigio en los tribunales.