“Pasión y paciencia” para hallar la fragancia ideal
Los perfumistas Luca y Alberto, artífices de Alma de Canarias, ejemplos de la visión empresarial de la artesanía
Luca Fissolo y su socio Alberto Sanino son los únicos perfumistas de la Isla. La marca Alma de Canarias ampara su producción artesana. Estos técnicos en Química optaron, un buen día, por especializarse en perfumería con una formación en el epicentro de la creación perfumista francesa, cerca de su región de procedencia, al norte de Italia. Tras concluir sus estudios, se trasladaron a Lanzarote. Luca llegó como avanzadilla y convenció a Alberto para que le acompañase en su aventura
por la tierra de los volcanes. Asegura que la empresa que ahora atesora el secreto de sus fragancias nació “casi como una broma”. Siempre les atrajo la cosmética y quisieron aprovechar la oportunidad de llenar un hueco, hasta el momento, vacío en la Isla. “A nivel químico y de laboratorio teníamos toda la parte teórica. Nos faltaba ponerla en práctica en una vertiente que nos atraía”, comenta Luca.
Para ser un buen perfumista hay que “ponerle pasión y paciencia, porque hacen falta muchas pruebas para llegar a la formulación ansiada y las variaciones son infinitas”, subraya. Cuando dan con las formulaciones más adecuadas a la fragancia deseada utilizan como conejillos de indias a sus familiares y amigos para saber cuál es la que tendrá mejor aceptación y, por tanto, salida comercial.
Comenzaron su experiencia perfumista en una nave en Arrecife y ahora tienen una tienda en pleno centro de Tías con mucho más glamour y que bien podría servir de boutique. A modo de escaparate, en el interior del establecimiento exhiben su laboratorio para la confección de perfumes y cremas, donde los componentes naturales son parte fundamental del proceso de elaboración.
Aunque las creaciones son resultado de una sabia combinación de aceites esenciales, también cuentan con un artesanal alambique para hallar la base de un nuevo aroma. El alcohol desnaturalizado y el agua pura son las otras fuentes de las que se alimenta este aromático laboratorio. Inicialmente, encargaban el agua de La Palma para, finalmente, instalar su propio sistema de osmosis.
Los aceites esenciales con los que realizan las formulaciones son, principalmente, de procedencia italiana o francesa, aunque también gustan de alcanzar su propia esencia, en el alambique que preside la estancia de la zona de venta, con agua y flores seleccionadas como lavanda o romero, que se pueden encontrar más fácilmente en época de floración.
El perfumista explica el proceso: “El vapor de, por ejemplo, cinco litros de agua extrae los aceites esenciales que se recondensan en un litro de agua madre (perfumada) y que, finalmente, con un embudo de separación se extraerá en aceite, del que obtendremos entre 15-20 centilitros, si bien, el agua perfumada se aprovecha, también, para la elaboración de las cremas”.
Luca asegura que se puede instruir al olfato para llegar a ser un buen perfumista, al igual que al cocinero se le enseña a combinar sabiamente los ingredientes. “Se llega con la experiencia y la prueba”, destaca. Comenta que, además, la preferencia por uno u otro perfume puede estribar, no solo por el gusto personal, sino por la procedencia del cliente. “A la mujer alemana no le gusta nada la fragancia dulce, mientras que para la española es su preferida”.
“Todo el proceso es manual -sostiene- desde la elaboración al envasado”. Una trabajadora se encuentra envasando parte de la producción de sus delicados perfumes mientras presenta la sala donde se lleva a cabo esta labor. Luca y Alberto han logrado el sueño de todo artesano, crear una empresa que genera ingresos. Así, están acogidos tanto a la marca Artesanía Canaria como a Asinca, Asociación de Industrias de Canarias.
“Somos la única empresa con carné artesanal. Es un paso más, donde el proceso sigue siendo artesanal pero se amplía la producción y permite contratar más personal”, puntualiza el perfumista. Para alcanzar esta meta hace falta también contar con “visión empresarial”.
Fundada en 2006, Alma de Canarias cuenta en el mercado con cinco perfumes, los dos últimos creados en el décimo aniversario de la marca, y una gama de cosmética donde el aloe vera juega un papel relevante. Recientemente, se han introducido en la vertiente de las bebidas con un vermú elaborado con vino de Lanzarote. La formulación es propia y cuentan con un acuerdo comercial con la bodega Reymar Los Perdomos, a la que compran el vino con sello de la denominación de origen, para incorporar a las hierbas y extractos, también de creación propia, y producir la bebida espirituosa.
Las fragancias para el hogar completan, además, su catálogo de productos. A Luca y Alberto les gusta resaltar la importancia del trabajo en equipo de toda la plantilla, compuesta por cinco mujeres, que forman parte de la gran familia que es Alma de Canarias.
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