“Es muy complicado contar con campeones de España, de Europa o del Mundo”
Acumula en su haber decenas de títulos de campeonatos de Canarias e insulares de vela latina -tanto de 5 como de 8,55 metros- así como numerosos trofeos de distintas clases de vela ligera, J 80 y cruceros, ya fuera como patrón o como tripulante. Pero seguramente la mayor huella que Estanislao Bethencourt ha dejado en la vela insular han sido los más de veinte años que se ha dedicado a transmitir sus conocimientos náuticos a cientos de jóvenes regatistas lanzaroteños, muchos de ellos convertidos en campeones con el paso del tiempo.
Entre los cuales figuran Rayco Tabares y Alfredo González, que forman parte de un ambicioso proyecto emprendido por el Real Club Náutico de Arrecife y avalado por la Federación Canaria de Vela que persigue la clasificación de esta todavía joven, por edad, y a la vez veterana, por experiencia, pareja de regatistas lanzaroteños para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 en la clase 470. Años después de haberles enseñado a manejar el timón de un Optimist -el barco de formación de la vela para los más pequeños- Estanislao se ha reencontrado ahora con ellos para, de forma desinteresada, dirigir sus entrenamientos y ayudarles así a conseguir el objetivo que mayor ilusión hace a la gran mayoría de deportistas.
- ¿Qué posibilidades hay de que Rayco y Alfredo sean olímpicos en Río de Janeiro?
- Cualidades como regatistas tienen de sobra. Y aunque existe mucha competencia porque sólo se clasifica un barco de cada clase por país, lo que verdaderamente dificulta su participación son los problemas para financiar su preparación. Lanzarote tiene la ventaja de contar con uno de los mejores campos de regatas de toda España como es el de la bahía de Arrecife, pero también el gran inconveniente de que para competir o prepararte para alcanzar un objetivo como este tienes que disponer de mucho dinero para los desplazamientos.
- ¿Te queda pena de no haber tenido la posibilidad de intentar un reto así cuando navegabas en vela ligera?
- Posibilidad de intentarlo sí tuve. De hecho llegué a prepararme en dos clases olímpicas distintas, Soling y Tornado, con Toy Hernández, que fue con quien empecé a regatear en la clase snipe como proel de su barco. Pero es que al margen de las dificultades de encontrar financiación, participar en unos Juegos Olímpicos es algo muy complicado aunque seas buen regatista, porque hay mucha competencia. Como también lo es que una isla como Lanzarote cuente con campeones de España, de Europa o del Mundo. Lo que pasa es que nos hemos acostumbrado a tenerlos debido al gran nivel que tiene nuestra vela.
- ¿Cómo ha evolucionado la vela en Lanzarote desde que comenzaste a navegar?
- Cuando yo empecé hace ya 40 años apenas había recursos económicos, con lo que ni siquiera te planteabas la posibilidad de llegar tan lejos. A lo que podías aspirar como mucho era a salir a competir a Gran Canaria o a la Península. Después fue mejorando la situación económica, aumentó mucho el número de patrocinadores y se fueron creando nuevos clubes náuticos y escuelas municipales de vela, que hoy prácticamente han dejado de funcionar debido a la crisis económica. La verdad es que las autoridades podrían hacer un poquito más. A pesar de todo, la demanda para ingresar en la Escuela de Vela del Club Náutico de Arrecife es muy alta.
- Has regateado en vela ligera, vela latina, cruceros, J 80... ¿cuál es tu mejor recuerdo?
- Me gusta navegar en todo tipo de barcos. Lo que pasa es que ahora sólo participo en la vela latina y en J 80 porque tampoco puedes abarcarlo todo. Son dos clases en las que hay bastantes barcos compitiendo aunque también es verdad que la vela latina ha vivido mejores tiempos en la Isla. Mi mejor recuerdo es cuando participé en la vuelta a España de cruceros con Pedro de Armas como patrón. El peor, cuando navegando en Snipe con José Damián García nos fuimos al garete. Casi no lo contamos.
- ¿Es la vela latina la hermana pobre de la vela?
- No diría que sea así. La vela latina siempre ha contado con mucha afición en Canarias y además ha estado bien cuidada institucionalmente al ser un deporte autóctono. Lo que ocurre es que al variar el tipo de barco según el sitio donde se practique no tiene una estructura competitiva como las otras clases de vela. Pero hubo una época en que era impresionante ver la cantidad de gente que seguía las regatas en la bahía de Arrecife, a pesar de que la vela sea un deporte complicado de seguir para los aficionados.
Una nueva saga en la vela insular
A diferencia de otros destacados regatistas que ha dado la Isla, la afición por la vela de Estanislao Bethencourt no le vino por tradición familiar. Es más, su primer snipe se lo tuvo que costear él mismo “con los ahorros que me iba sacando de dar cursillos de vela”. De hecho, Estanis ha dirigido las escuelas de vela del Ayuntamiento y del Real Club Náutico de Arrecife, del que fue además directivo (capitán náutico) durante 7 años al igual que lo fue también de la Delegación Insular de Vela. Y aunque hace ya tiempo que no dirige ninguna escuela, ha seguido transmitiendo sus conocimientos a las nuevas generaciones de regatistas que han tenido la oportunidad de navegar con él.
Uno de los grandes favorecidos ha sido sin duda su hijo mayor, Alejandro, quien a los 14 años quedaba campeón de España sub-16 y subcampeón absoluto de Láser 4.7, realizando una buena competición en los campeonatos de Europa y del Mundo de esta clase en la que además se proclamó campeón de Canarias. Su último logro lo consiguió en marzo pasado cuando consiguió el trofeo de Patrones Noveles de Vela Latina patroneando el mismo barco con el que compite su padre, el Furia II.
Y es que, a sus 15 años, Alejandro Bethencourt (quien ya con sólo 11 formó parte de la tripulación del barco patroneado precisamente por Rayco Tabares que se proclamó campeón del mundo de J 80) se presenta como otra de las grandes realidades de la vela lanzaroteña, a la que el futuro le puede reservar grandes logros. Y más teniendo en cuenta la disposición de su padre de “volcarme en ayudarle en todo”, incluso en convencerle de que “tan importante como la vela son los estudios”.
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