“La dignificación de la identidad del ser humano”, “la generosidad y solidaridad de una vida entregada al servicio de los demás” y “la grandeza de espíritu” fueron sólo algunos de los calificativos y expresiones que anoche, en la ceremonia de entrega de los primeros premios ‘Referentes de la Biosfera’ se atribuyeron a Sor Ana y por extensión al voluntariado que fue premiado de la Asociación 'Calor y Café'.

También fue premiado, a título póstumo, el Hijo Adoptivo de Lanzarote y maestro artesano del Cabildo, Jesús Soto. Fue su hija, Jesús del Carmen Soto, la escultura 'Estabilidad', como uno de los dos galardonados en esta primera edición de estos premios de la Reserva de la Biosfera.

El presidente del Cabildo reiteró que la contribución de Soto a la obra de los Centros Turísticos, y concretamente con el primero de ellos, la Cueva de Los Verdes, del que fue autor y que este año cumple su cincuenta aniversario, “nunca será lo suficientemente reconocida y correspondida como se merece”.

“Hombre que por su carácter humilde, trabajó en la sombra, contribuyendo como nadie en la obra de César y en la suya propia”, apuntó el presidente de la Corporación. Y es por eso, recordó Pedro San Ginés, que “el Cabildo de Lanzarote este año abrirá un espacio en el Monumento al Campesino para acercar a la sociedad insular y poner en valor la obra y la vida de este artista y su especial contribución y sensibilidad con la isla de Lanzarote”.

El espacio espera abrirse al público en el Monumento al Campesino, coincidiendo con este cincuenta aniversario de la Cueva de Los Verdes, gracias a la donación de una colección de archivo documental, fotografías y obras, cedidas al Cabildo por sus familiares.

La ceremonia contó también con la especial participación de Mario Ferrer, historiador y doctor en Periodismo, que ofreció una síntesis histórica del vigésimo aniversario de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote.

Después, Paula Perera al piano, Aitana Hernández con su saxofón, Andrés Crespo al clarinete y Salomé Hernández y Pablo Haro con sus violines, alumnos del Conservatorio y Escuela Insular de Música, deleitaron al público presente con un concierto que dio paso a la entrega de premios.

José Curbelo, voluntario de Calor y Café y miembro del Consejo de la Reserva de la Biosfera, llevó a cabo una pequeña semblanza de la historia y fundación de esta asociación, poniendo en valor el “duro trabajo” que se realiza a diario en ella y la importante labor de todos los voluntarios que “sin su ayuda esta causa sería imposible de desarrollar”. El acto se clausuró con la actuación del grupo folclórico Coros y Danzas de Arrecife.