La empresa familiar propietaria del parque se encuentra en una situación límite tras el precinto de la finca, donde en pandemia se iba a habilitar un centro de menores
Pardelas Park: la agonía de llevar 20 meses cerrado
La empresa familiar propietaria del parque se encuentra en una situación límite tras el precinto de la finca, donde en pandemia se iba a habilitar un centro de menores
La imagen es desoladora. Lo que un día fue un punto de encuentro entre los más jóvenes de la Isla con la naturaleza, hoy se ha convertido en una mezcla de árboles secos y rofe. El Pardelas Park, ubicado en el norte de Lanzarote, muy próximo al pueblo de Órzola, lleva 20 meses clausurado y no porque la empresa haya desistido de un centro turístico y rural, que estuvo a pleno funcionamiento durante más de dos décadas con una importante vertiente educativa.
Durante la pandemia de Covid, la empresa propietaria de Pardelas Park alquiló las instalaciones a la Fundación Respuesta Social XXI, encargada de acoger a menores migrantes por encomienda de las instituciones públicas. A principios de noviembre de 2021, los dueños de la finca, de 14.000 metros cuadrados, firmaron un contrato para arrendar las instalaciones para alojar a menores migrantes, en un momento de urgencia, “siempre y cuando” no se incumpliera la normativa.
La citada fundación llevó a cabo unas obras menores, de adecuación de las edificaciones: el cambio de una puerta en mal estado, algunos tabiques interiores o colocar azulejos en una terraza de cemento. En ningún caso aumentar la superficie construida de los inmuebles. El Ayuntamiento de Haría inspeccionó la zona a mediados de noviembre y abrió un expediente sancionador, con paralización de los trabajos y precinto de todas las instalaciones. Hasta la fecha de hoy.
El Pardelas Park está ligado a la figura del emprendedor Carlos Dizy, que aterrizó en la isla de Lanzarote en 1976, proveniente de Gran Canaria, junto a varios compañeros para poner en marcha el Hotel Salinas. Aunque ahora tiene ya 74 “largos años”, lleva toda la vida trabajando. Comenzó con 13 años y siempre estuvo vinculado al turismo hasta que en 1988 adquirió una finca en el norte de Lanzarote, cerca del casco de Órzola. Dos años después comenzó a fraguarse la idea del parque y hace 27 años montó la empresa, Yerbabuena Lanzarote, junto con su familia.
Como cualquier proyecto que arranca, los inicios no fueron sencillos. “Fue difícil porque era una idea nueva, no se entendía bien y creo que todavía sigue sin entenderse lo importante que es que los niños no pierdan el contacto con la naturaleza”, resalta Carlos.
Pardelas Park nació como un proyecto que pretendía crear un espacio donde los más pequeños tuvieran la oportunidad de estar en contacto con el medio rural. Fueron más de dos décadas donde multitud de niños pudieron entrar en contacto con los animales y conocer la historia de Canarias. “Queríamos acercar a los visitantes al mundo natural y también hablar de nuestra historia, de los majos, de los guanches, de nuestras costumbres, incluso de los fenicios o de los romanos”, resalta el fundador de Pardelas Park.
La visita a las instalaciones de este parque se convirtió en una excursión habitual de los centros educativos de Lanzarote. “Hace pocos días me encontré en la presentación de un libro a un profesor del colegio de Arrieta y nos decía que qué pena que estuviésemos cerrados, para que los niños volviesen a ir de acampada”, destaca Carlos. “Pasaban dos o tres días en el parque y hacían talleres de gofio, les dábamos paseos en burro, alimentaban a los animales o hacíamos senderismo para que conocieran el entorno”, enumera sobre las actividades que realizaban los jóvenes.
Además de centros educativos de Lanzarote y de otras Islas, también han acudido durante años usuarios de asociaciones como El Cribo o Adislan. Entre los visitantes más leales se encuentran los de la Universidad de Chichester, del sur de Inglaterra quienes, de la mano del reconocido doctor Duncan Reavey, visitaron el parque durante 25 años. Una visita anual en la que acudían varios profesores y hasta una treintena de estudiantes para realizar diferentes cursos bajo el principio de aprender “viviendo la experiencia”.
Cierre
Las restricciones por la pandemia de Covid obligaron a Pardelas Park a cerrar sus puertas. En aquella época les llegó la oferta de alquilar las instalaciones a una fundación que trabaja para el Gobierno de Canarias. Por allí, recuerda Carlos, pasaron el entonces portavoz del Gobierno, Julio Pérez, o la consejera de Bienestar Social del Cabildo, Isabel Martín Tenorio.
La conclusión de las instituciones era que se trataba de un lugar apto para ese fin ante una situación de emergencia. “Al estar amparado por el Gobierno de Canarias nos sentimos seguros”, relata. Sin embargo, una serie de pequeñas obras de adecuación que llevó a cabo la fundación, no la empresa propietaria, terminó en un precinto que se ha prolongado hasta la actualidad. En abril de 2022, el Ayuntamiento concluyó el expediente sancionador.
Piden restituir lo ejecutado por un inquilino y levantar el precinto
El contrato de la empresa propietaria con la Fundación Respuesta Social XXI se resolvió a finales de noviembre. Este pasado mes de enero, Carlos Dizy se dirigió al Ayuntamiento para deshacer las modificaciones de escasa entidad en los inmuebles, para poder hacer uso, de manera urgente, de la vivienda familiar que se encuentra dentro de la finca que ha sido precintada. Una petición que fue denegada en abril por estar “fuera de plazo”.
En junio volvió a solicitar el levantamiento del precinto que pesa sobre toda la finca, mientras espera que el Ayuntamiento revise el caso de Pardelas Park. Verbalmente le acaban de pedir que presente un proyecto, pero teme que el bloqueo continúe dilatándose en el tiempo.
La situación económica del dueño de Pardelas Park se encuentra al límite. Cuando la imposibilidad de utilizar las instalaciones enfila los dos años, las vicisitudes de este empresario amante de la naturaleza y de la educación se acrecientan. Cumplir con los compromisos se antoja cada vez más complicado. “Aunque no lo parezcamos, somos personas y sufrimos al no poder hacer frente” a los pagos, cuenta Carlos.
La familia se ha visto en una situación “desagradable, muy penosa”. Se ha visto obligado a negociar la entrega de su coche habitual al no poder pagar la letra. “Hemos tenido que ir a Servicios Sociales”, cuenta con tristeza. También ha tenido que alquilar su vivienda y dormir en una furgoneta para tener algo de dinero y “seguir cumpliendo” con las obligaciones, con la esperanza de que Pardelas Park pueda volver a acercar el mundo rural a los más jóvenes.
La “casita” de Pardelas Park se construyó antes de 1979, con uso residencial. En 1995 la finca es reconocida como Granja Recreativa. Al año siguiente fue declarada de interés social por la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias. Está inscrita en el censo de empresas turísticas y el Ayuntamiento otorgó, también en los años 90, la autorización como Granja recreativa y bar restaurante.
Comentarios
1 Golfos Lun, 07/08/2023 - 11:30
2 Normal Lun, 07/08/2023 - 11:42
3 Óscar Lun, 07/08/2023 - 11:43
4 Óscar Lun, 07/08/2023 - 11:44
5 Anónimo Lun, 07/08/2023 - 11:46
6 Álvaro Lun, 07/08/2023 - 14:14
7 Andrés Lun, 07/08/2023 - 16:31
8 Milorma Lun, 07/08/2023 - 17:48
9 Milorma Lun, 07/08/2023 - 17:49
10 VVO Lun, 07/08/2023 - 19:05
11 Pena Mié, 09/08/2023 - 06:54
12 Ammon Sáb, 11/11/2023 - 16:48
13 Zayda Dom, 09/06/2024 - 13:25
14 Zayda Dom, 09/06/2024 - 13:25
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