La recogida de firmas en la Red, a través de la plataforma Change.org, ha sido una de las medidas de rechazo al proyecto de instalación de medio centenar de torretas entre Mácher y Playa Blanca. La campaña ha recopilado ya más de 3.000 apoyos.

La iniciativa se dirige a Red Eléctrica, que tiene previsto ejecutar el proyecto de tendido aéreo en el primer semestre del año, y al Gobierno de Canarias, que autorizó la declaración de impacto ambiental y la declaración de utilidad pública de los terrenos.

El tendido aéreo se extendería a lo largo de más de 14 kilómetros de distancia, internándose en el Monumento Natural de Los Ajaches, como ha denunciado el Ayuntamiento de Yaiza, que ha reclamado de manera formal al Gobierno canario que anule la declaración de impacto ambiental.

El argumento principal del Consistorio es que no se evaluó de forma global el proyecto del tendido aéreo, que empieza en Fuerteventura, donde los tribunales lo han paralizado de forma cautelar, y finaliza en Lanzarote. Considera que se fragmentó el proyecto en cinco partes de forma irregular.

Por otro lado, también se argumenta por parte del Ayuntamiento sureño que el tendido aéreo va por suelo rústico de valor paisajístico va en contra del Plan Insular y del Plan General de Ordenación municipal.

En la iniciativa de recogida de firmas se destaca que el cable eléctrico estaría “conectado a enormes torretas de decenas de metros de altura en uno de los espacios más emblemáticos del paisaje de Lanzarote”, discurriendo “por un macizo volcánico de gran relevancia estética y paisajística y gran interés científico”.

En la recogida de firmas en la Red también se advierte de que el cable aéreo “afectaría” a varias zonas de especial interés para las aves y que podría tener consecuencias en especies peligro “como el guirre”.

La iniciativa reclama que se modifique el proyecto “y se sotierre el cableado en paralelo a la carretera existente, afectando lo menos posible a un paisaje protegido, en una isla Reserva de la Biosfera”.

Entre las muestras de apoyo a la recogida de firmas hay numerosos ciudadanos británicos y alemanes, que muestran su preocupación por lo que consideran “un grave atentado al medio ambiente”.