Melvin Fermín, también conocido como Jamaica, es conductor de guaguas en el sector turístico. Se reúne cada domingo en un terreno ubicado en la parte trasera del CEIP Adolfo Topham, en plena Rambla Medular, junto a otras 40 personas para practicar softball bajo el nombre de Los Felinos de Lanzarote.

Este deporte guarda grandes similitudes con el béisbol, aunque las diferencias son más que notables. La primera es la distancia entre las bases, donde hay unos 18 metros de distancia en lugar de los más de 27 metros del béisbol. Además, la pelota en el softball es más grande y pesa más, se juega a siete entradas en vez de a nueve, y el bate es de menor longitud y cuenta con un límite de peso de 1,1 kilogramos.

“El béisbol es más profesional, se paga mucho más dinero por jugar mientras que el softball se juega por hobby. Se compite y hay sitios donde sí pagan, pero nosotros aquí jugamos para divertirnos y competir”, explica Melvin. En concreto, llevan más de dos décadas practicando este deporte en la Isla. “En Lanzarote hace 22 años que estamos jugando de forma organizada, aunque algunas islas llevan más tiempo jugando”, relata.

Melvin comenzó a jugar siendo un adolescente. Como la mayoría de sus compañeros empezó con el béisbol y luego dio el salto al softball. “Jugamos softball porque no tenemos infraestructura. No disponemos de un campo en condiciones para jugar al béisbol porque aquí los espacios son muy pequeños y no son los adecuados”, explica.

A lo largo de sus 22 años de historia, el combinado lanzaroteño ha ido dando saltos por diferentes espacios de la capital de la Isla. Al principio, comenzaron a jugar en un llano del barrio de Argana, “donde se encuentra ahora el Mercadona”, señala Melvin. Luego se fueron a un llano en San Francisco Javier, pero también tuvieron que marcharse al tratarse de terrenos privados.

La falta de infraestructura impide al combinado lanzaroteño organizar torneos

“Nos metimos aquí, en el campo junto al Adolfo Topham. Nos han sacado y hemos vuelto. Ahora estamos de forma estable, pero en cualquier momento nos sacan y no tenemos otro sitio”, relata. El suelo, de titularidad privada y clasificado de uso público, ha estado envuelto durante años en litigios y el Ayuntamiento ha sido obligado a pagar una indemnización de unos 2,5 millones de euros por los más de 9.500 metros cuadrados.

La falta de un espacio donde jugar no es por falta de iniciativa. “Mejor no te cuento sobre la experiencia con los políticos, porque ya estoy cansado”, comenta Melvin, que asegura haber mantenido reuniones con Fernando Clavijo, Marci Acuña o Echedey Eugenio. “Nos hemos reunido con todos ellos, muchos ahora están en el gobierno y no tienen excusa para no echarnos una mano”, dice. En otras islas como Tenerife, Gran Canaria, La Gomera e incluso la vecina Fuerteventura cuentan con campo de softball. Algunas disponen de varios espacios habilitados. “Como no tenemos campo no podemos ejercer el softball como realmente tenemos que hacerlo”, añade.

Felinos

El club de Los Felinos de Lanzarote está compuesto por alrededor de medio centenar de peloteros. “Eso solo son los jugadores, luego están los familiares, que no vienen a vernos porque no tenemos instalaciones para que puedan acudir”, lamenta. El club trató en su día de organizar un evento en la Isla, pero Melvin es exigente. “Lo intentamos, pero la infraestructura que tenemos ahora mismo no es la adecuada y fue muy mediocre”, reconoce.

En cuanto al origen de los miembros, Fermín señala que normalmente los jugadores son de origen venezolano, dominicano o cubano, y también hay algunos conejeros. En muchos países americanos, el béisbol es el deporte nacional. La gran mayoría de miembros del club vive en la capital.

Lanzarote es la única isla que no cuenta con un campo acondicionado de softball

El combinado conejero disputó este mes de mayo un torneo en Tenerife, una isla que cuenta con hasta seis campos de softball. El conjunto lanzaroteño participará, también allí, en un torneo internacional el próximo octubre con equipos de Canarias, la Península y países europeos. Además, Los Felinos de Lanzarote han representado a la Isla no solo en Canarias, sino también en diferentes puntos de la Península como Madrid o Zaragoza.

“Cuando salimos a jugar, sobre todo en Canarias, el club más temible es el equipo de Lanzarote. Somos el equipo a batir porque tenemos un bloque bastante compacto, muy bueno, y hemos ganado varios torneos tanto en Tenerife, Gran Canaria como Fuerteventura”, cuenta con orgullo. Melvin señala que “los mejores peloteros de las Islas y parte de España están aquí, aunque parezca complicado porque esto es pequeño”. Una prueba de ello es que cuando el equipo no puede participar en un torneo, les llaman para otros conjuntos. “Cuando no jugamos como equipo, hasta 10 jugadores de aquí vamos a reforzarlos”, presume.

Federación

En Canarias existe una Federación que regula la actividad, tanto del béisbol como del softball. Los Felinos de Lanzarote notan “bastante apoyo” por su parte y les anima a buscar ayuda con los diferentes organismos existentes en la Isla, para conseguir un campo donde practicar el deporte. “La única isla de toda Canarias que no tiene un campo donde jugar al softball es Lanzarote”, lamenta Melvin, quien recuerda que el equipo está federado. El peregrinaje por las instituciones “queda en promesas”, explica.

Los Felinos de Lanzarote han ganado varios torneos en otras tres islas

Melvin indica, además, que tener una infraestructura adecuada no es tan costoso. “Con que se acondicione el terreno nos vale”, señala. Otra posible solución es la que llevaron a cabo en la isla de Fuerteventura, donde los propios jugadores acondicionaron el campo. “Si nos dejan este terreno, nosotros mismos lo acondicionamos, pero no podemos hacer nada porque es del Ayuntamiento. Nos gustaría que nos lo cedieran”, relata.

Mientras tanto, Los Felinos de Lanzarote seguirán reuniéndose en este descampado de la capital cada domingo por la tarde para jugar y prepararse. Practicando este deporte que aman en unas condiciones mejorables y a expensas de que los políticos locales les “echen una mano” para tener una mejor infraestructura y dotar a la Isla de un espacio donde poder llegar incluso a organizar eventos de gran calibre y demostrar la relevancia que tiene este deporte. “Esto es lo que nos gusta, para estar por ahí en los bares bebiendo y jodiendo preferimos venir aquí”, concluye Melvin.