Extracciones de tierra y escombros. Una pareja de éxito en la Isla. Primero se extrae la tierra vegetal, con o sin permiso, y después se rellena. Ha ocurrido en muchos puntos de la Isla, sin que se hayan llevado a cabo los trabajos de restauración, y sigue ocurriendo en lugares como la Vega de Femés.

Entre Las Casitas y Femés, en el margen izquierdo de la carretera, se pueden ver las extracciones a simple vista, pero, si uno se adentra en el territorio, se puede comprobar cómo hay excavaciones de hasta cinco metros de altura y cómo se han ido trasladando tanto escombros de obra como piedra volcánica en una gran extensión.

La de Femés es una vega agrícola, y así la reconocía el Plan Insular de 1991, que apuntaba que “el criterio general para estas zonas es el mantenimiento indefinido de la agricultura, que debe propiciarse a ultranza por su papel en la formación del carácter paisajístico de la Isla y como sector estratégico frente a posibles reveses del turismo”.

No obstante, a pesar de su carácter agrícola, se considera, junto a la vega de Teguise y la de Mala, también una zona de suelo rústico minero. La extracción solo está permitida con destino a la agricultura y con licencia. Se prohíbe la extracción en esta zona para jardinería y se estipulaba que se debían dejar un mínimo de 80 centímetros de suelo para su posible reutilización como zonas agrícolas, algo que no se está cumpliendo.

Permisos

El Gobierno de Canarias llegó a dar hasta cuatro permisos de extracción en esa zona, y solo queda uno en vigor, hasta el año 2025. De hecho, un cartel advierte de ello sobre el terreno. El autorizado como cantera de áridos para tierras de relleno lo es desde el año 2002 a la empresa Hermanos Tavío Santana.

El Gobierno llegó a dar hasta cuatro permisos de extracción en esa zona

Otro, en La Capellanía, estuvo vigente hasta el año 2008. Otro más, en Las Casitas, lo estuvo hasta julio de 2019 y el último, en Mojón Salado, está en tramitación desde 2002. En cualquier caso, el relleno con escombros o piedras no está autorizado, y hay extracciones en varios puntos y no solo en el autorizado.

El estudio ‘Capacidad agrícola de los suelos de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote’ señala que el 28 por ciento de la superficie insular puede considerarse cultivable de modo intensivo u ocasional. Habla de la importancia de los suelos y de los sistemas como arenados, gavias, jables y bancales. “El nivel de deterioro es elevado, si bien del estudio realizado se deduce que aún un porcentaje alto es merecedor de recuperación. El mantenimiento de estos sistemas y su conservación en buen estado, es fundamental si se quiere sostener el sector agrícola de la Isla”, señala el estudio.

Gran impacto

“La vertiente de conservación, importante en todos los casos, lo es más aún en una zona con alto riesgo de desertificación que, además, es Reserva de Biosfera. Se hace necesario realizar actuaciones que prevengan y mitiguen la degradación y pérdida de suelo y estén dirigidas a mantener la sostenibilidad de los sistemas”, dice el citado estudio.

“Otra medida imprescindible se refiere a aquellas zonas que han tenido una excesiva actuación antrópica, caso de extracciones de suelo con potencialidad agrícola, que han dejado profundos socavones, deberían ser objeto de recuperación”. Son extracciones de gran impacto que, tal como están, se incluyen en la clase improductiva agrológicamente. Es el caso de la Vega de Femés, Vega de San José y otras. Se aconseja realizar proyectos específicos para su recuperación dada la potencialidad de estos suelos”.

Antes del Plan General

Tres de las dos autorizaciones de extracción que hay en la vega de Femés fueron concedidas antes de la aprobación del Plan General de 2014. “El promotor tiene el compromiso de rellenar con residuo inerte o escombro filtrado la zona cuando deje de realizar la actividad para la que fue autorizado. El Gobierno de Canarias comprobará si efectivamente así lo hace”, señalan fuentes municipales.

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