José Miguel Fontes: “El público te exige mucho en un terrero, pero te da mucho más”
Durante sus 30 años en activo militó en algunos de los mejores equipos y junto a algunos de los mejores luchadores de la historia reciente de la lucha canaria. De hecho, la Federación de Lanzarote le entregó en octubre de 2012, con 42 años de edad y al inicio de la que iba a ser su última temporada como luchador, la Medalla de Oro por su brillante trayectoria deportiva. Y aunque no se plantee volver a vestir la ropa de brega, José Miguel Fontes quiere seguir ligado a los terreros difundiendo tanto los conocimientos técnicos como los valores humanos de este deporte autóctono.
¿Cuál fue tu mejor luchada?
Me quedo con toda mi trayectoria en la lucha canaria. El recuerdo de los compañeros que he tenido, de los lugares por donde he pasado y sobre todo el cariño de la gente. Ojo, no quiero decir con esto que no haya ganado dinero en la lucha canaria, como lo han ganado otros luchadores, pero me quedo con la faceta humana. Hay gente que me ha abierto su casa para invitarme a cenar, sin conocerme de nada, sólo por haber disfrutado con una luchada. El público te exige mucho, pero te da mucho más.
El público exige, y más aún a un puntal como lo fuiste tú…
Hay también grandes luchadores que no llegan a ser puntales. Es conveniente diferenciar entre el puntal que gana las luchas y el luchador que ejecuta buenas mañas. Puedes ser un gran luchador sin ser puntal y un gran puntal sin ser un gran luchador. Hay gente que le cuesta entenderlo, pero no todo en la lucha es corpulencia. Aunque los hay también muy buenos luchadores, el principal cometido de los puntales es tirar a los contrarios. Y más en los últimos tiempos en que los clubes no pagaban para que los puntales hicieran buenas luchadas, sino para que ganasen títulos.
¿Ha cambiado mucho la lucha en ese aspecto?
En los 60, 70 y 80 en la lucha canaria no había ni tanto peso ni tanto dinero para pagar a los luchadores. Por lo tanto, una importante fuente de ingresos era lo que cada luchador recaudaba en el corro. Y el público sólo premia a los luchadores que emplean buenas técnicas. Pero con el paso del tiempo mejoró la economía y se cambiaron los roles dentro de los equipos. Los clubes ya no querían buenas mañas sino títulos. Tanto daba hacer una cadera como dar un empujón, con tal de tirar al contrario. Por eso, en algunos casos, para ser puntal no había que ser un gran luchador. Eso fue en detrimento de la lucha, porque antes que la técnica se primó el resultado. Con eso fue desapareciendo también hasta el orgullo del luchador. Lo que antiguamente era un deshonor, se convirtió en tener un mal día si te tumbaba un rival de forma inesperada. Hoy en día con la crisis económica se gana mucho menos dinero que antes.
¿Te sentiste humillado alguna vez que te tumbaron?
No, porque soy de los que pienso que de las derrotas se aprende más que de las victorias. No se trata de avergonzarte ni de sentirte humillado. Pero sí de tener el honor de hacer autoevaluación y pensar por qué te han tirado para buscar soluciones de cara a la próxima vez. Yo no me distinguía por mi técnica sino por mis cualidades físicas. Y por ser intuitivo y saber mantener la posición. Pero si algo creo que me ha caracterizado es que siempre he querido crear grupo donde quiera que he estado. Siempre he admirado a aquellos luchadores que aunque no tumben a muchos rivales son unos puntales en los entrenamientos a la hora de apoyar a los compañeros y crear equipo. Esos son factores que los clubes deberían tener en cuenta a la hora de repartir los incentivos, si se quiere ser equitativo.
¿Siempre es noble la lucha canaria?
Indudablemente la lucha canaria se ha distinguido siempre por su nobleza. De hecho hay luchadores que se convierten en verdaderos embajadores de la isla a la que representan por los valores que transmiten. Por eso pienso que ahora que se están cambiando nombres de calles sería justo reconocer, dándole su nombre a alguna de ellas, la figura de personas como el Pollo de Arrecife, el Pollo de Máguez, etcétera. Eso no quita que también haya quienes han querido hacer trampas con malos modales, porque cuando hubo más dinero también eran mayores las exigencias. Pero afortunadamente son los menos. Desde las federaciones y desde el propio Gobierno de Canarias se han hecho esfuerzos para corregir malos hábitos y se tienen que seguir haciendo porque los niños imitan siempre a los grandes y el futuro de la lucha está en ellos.
¿Te has planteado entrenar a la base?
No me importaría entrenar a la base porque el deporte ayuda a formar a los chinijos como personas. Y a la hora de formarlos es importante transmitirles nuestros valores para no olvidarnos nunca de quiénes somos y de dónde venimos. Pero ahora mismo quiero estar con mi familia y desconectar un poco porque no es bueno saturarte si quieres disfrutar de lo que estás haciendo. He colaborado durante muchos años con la Federación insular como coordinador de formación y saben que pueden seguir contando conmigo. Para mí fue toda una sorpresa y un honor que me concedieran la Medalla de Oro, y más aún estando todavía en activo. Lo llevo con mucho orgullo.
Un deporte también exigente
Demostró tan pronto sus cualidades que a los 15 años ya entraba en las convocatorias de las selecciones absolutas de Lanzarote y de la provincia de Las Palmas, con la que bregó a esa edad en un escenario especial para la lucha canaria: la plaza de toros de Tenerife. De su participación con el combinado lanzaroteño también guarda especial recuerdo de la luchada de inauguración en 1985 del terrero de La Graciosa, al que regresaría 22 años más tarde (con 37 de edad) integrando de nuevo la selección lanzaroteña y como único luchador que se mantenía en activo desde aquella primera luchada en el terrero graciosero.
“En esa época muchos juveniles ocupaban puestos importantes en los equipos séniors de la Isla; pero hoy apenas salen puntales”, se lamenta Fontes a la vez que achaca esta circunstancia a que “la vida en Lanzarote ha cambiado mucho y hoy se pueden hacer muchísimos deportes que no te exigen tanto como la lucha canaria; porque un luchador sólo dispone de unos pocos minutos y unas pocas agarradas para demostrar sobre un terrero sus habilidades cada semana”.
“Malgastar el dinero”
Arrecife (donde se inició a los 13 años “después de que Alfredo, el carnicero del supermercado Aldi, convenciera a mi madre de que me metiera en la lucha”), San Bartolomé, Unión Norte, Tao, Playa Honda, Tías, Productos de El Hierro (como compañero del Pollito de Frontera, que marcó toda una época en la lucha canaria), Santa Cruz (en el que coincidió por primera vez con otro puntal histórico como Melquiades Rodríguez con el que también compartió equipo en el Arguama Igueste (donde acabó la temporada subiendo a la categoría de Puntal B regional), I’Gara Cabo Blanco, Unión Jardina, Llano del Moro, Tijarafe (se emociona al recordar al público palmero corear su nombre en el terrero)…
Tras haber militado en numerosos clubes de Lanzarote, Tenerife, La Palma y El Hierro, y competir en diferentes categorías insulares y regionales, Fontes asegura que “al aficionado no le importa tanto la categoría en la que milita su equipo como que la competición en la que participa sea igualada”.
Por eso considera un acierto que los clubes de Lanzarote apuesten por competir todos en segunda categoría, “porque cuando algún año algún club se ha desmarcado del resto para competir en primera con clubes de otras islas ha sido como conducir un Ferrari en una carretera mala. Al final lo único que se ha conseguido es malgastar el dinero, porque a los aficionados lo que verdaderamente les gusta es la rivalidad insular”.
En este sentido, Fontes afirma que la lucha canaria está viviendo actualmente un buen momento en Lanzarote -“las competiciones siempre han estado muy bien organizadas por la Federación insular”- en cuanto a afición: “Sólo los festivales de gimnasia o el Ironman tienen más público en la Isla que la lucha”. Y eso, añade, “a pesar de que las nuevas tecnologías han restado asistencia, porque ahora para ver a un luchador no se tiene que ir obligatoriamente al terrero como pasaba antes; hoy en día puedes ver en internet cualquier luchador o luchada”.
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