“No debemos ser conformistas y hacer tanto el campus universitario como el Palacio de Congresos donde se debe, y no meramente donde se puede”, afirman los candidatos de Coalición Canaria a la Presidencia del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, y al Ayuntamiento de Arrecife, Rafael Juan González.

En este sentido consideran que “el lugar idóneo para ubicar el campus universitario es la capital de la Isla, y más concretamente Los Cuarteles, absolutamente infrautilizados con apenas unas decenas de militares y emplazados en un valiosísimo suelo que debe ser devuelto a la ciudad”.

San Ginés asegura que como presidente de la primera Corporación insular zanjó “la disputa entre Teguise y Arrecife sobre el emplazamiento del Campus, con la puesta a disposición de suelo propio del Cabildo en una zona limítrofe entre ambos municipios”.

El Gobierno de Canarias ha tramitado en los últimos años la modificación del Plan Insular para habilitar unos 309.000 metros cuadrados en las inmediaciones del centro penitenciario de Tahíche como emplazamiento para el campus.

“Dado que aún no se ha puesto la primera piedra, no debemos conformarnos y aspirar a construir esta importantísima infraestructura en el lugar donde pensando en el futuro reúne las mejores condiciones, esto es en Los Cuarteles”, añadió San Ginés.

“Habría que sentarse con la propiedad” del Francés “y no levantarse hasta al menos hacer un último esfuerzo para alcanzar el consenso”

Para ello, agregó el candidato nacionalista, “será necesario que los partidos estatales reclamen para la ciudad los terrenos donde está emplazado el pabellón militar”.

Por lo que respecta al Palacio de Congresos, “y dado que tampoco se ha puesto la  primera piedra en el suelo puesto a disposición en su día por el Ayuntamiento, junto a la carretera de circunvalación y el Cabildo”, Rafael Juan González considera que “el lugar óptimo para ubicarlo sería en realidad el Islote del Francés”.

Para el candidato de Coalición a la alcaldía, es “algo a lo que no debemos renunciar” y para lo que “habría que sentarse con la propiedad” del islote “y no levantarse hasta al menos hacer un último esfuerzo para alcanzar el consenso que permita su edificación en dicho suelo urbano".