María Isabel Arrocha, de 73 años, llevó este martes a las puertas del Cabildo de Lanzarote su reivindicación de que se ingrese a su hijo en la Unidad de rehabilitación psicosocial Julio Santiago Obeso. “No voy a parar hasta que vea a mi hijo ingresado”, afirma.

Su hijo, de 39 años de edad, tiene un diagnóstico de “retraso mental leve, trastorno histriónico de la personalidad y politoxicología” y, de hecho, ya estuvo ingresado en el citado centro meses atrás.

Arrocha reclama a las instituciones públicas que se impliquen para buscar una solución a la situación de su hijo y que se decrete su ingreso por orden médica, para evitar que “se marche del centro” cuando le dan “episodios” de crisis.

La madre asegura que la situación se está “yendo de las manos”, que ha “llamado a todas las puertas” y que nadie le ha hecho “caso”.

El lunes recibió una llamada de Servicios Sociales del Cabildo para que “parara” las acciones de protesta, que ha comenzado este martes y tiene pensado continuar hasta las elecciones del domingo.

“No quiero irme al otro mundo dejando a mi hijo abandonado”

María Isabel Arrocha dice que no tiene “confianza” en las instituciones públicas y reclama atención para su hijo, a quien “le puede pasar cualquier cosa”. “No quiero irme al otro mundo dejando a mi hijo abandonado, sin que se sepa defender como una persona normal”, afirma.

Arrocha explica que cuando su hijo estuvo ingresado en el centro Julio Santiago su estado “dio una vuelta”, como “de la noche a la mañana”. “Ahí es donde mejor puede estar”, señala.