Aquellas campañas de Navidad y Reyes
El Ayuntamiento de Arrecife organizaba en los años cincuenta y sesenta las Campañas de Navidad y Reyes, una recogida de donativos y reparto del dinero a los más necesitados
La campaña comenzaba con una circular de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS dirigida al Ayuntamiento de Arrecife, en la que se daban las normas a seguir. La campaña debía poner “a prueba la caridad cristiana y la hermandad entre los hombres” y para llevarla a cabo se debían constituir las Juntas locales que estarían presididas por el jefe local de Falange o el alcalde, en caso de que no fuera la misma persona y formadas por el juez, como tesorero, el secretario municipal como secretario y algunos vocales, como los delegados locales de Auxilio Social, Frente de Juventudes o de la Sección Femenina.
El primer expediente de estas campañas que se guarda en el Archivo municipal de Arrecife es el del año 1954. Ese año el alcalde era Federico Coll, al que sustituyó al año siguiente, y hasta 1960, José Ramírez Cerdá. Decía la circular que la misión específica de la campaña era la de “allegar fondos para que no quede ningún hogar pobre de la localidad sin recibir el presente que le haga partícipe de la alegría navideña”.
Para cumplir con el objetivo se hacían visitas, casa por casa, para recaudar donativos y, por supuesto, se apuntaba al donante y la cantidad. Ese año hay más de 200 donantes, la mayoría particulares, pero también empresas como el Banco Hispano Americano, las conserveras o la fábrica de la luz, entre otras.
El alcalde también enviaba una carta a los presidentes de otras instituciones, como el Cabildo, el Batallón de Infantería o las diversas sociedades instándoles a que colaboraran “con la espléndida colaboración que le dicten sus sentimientos generosos” para recaudar lotes de víveres para Navidad y juguetes para el día de Reyes.
El Frente de Juventudes era el encargado de llevar a cabo la Cabalgata de Reyes aunque la pagaba el Ayuntamiento que a su vez tenía que encargar la ropa y el resto de los materiales porque “carecía tanto de la indumentaria como del material preciso”, mientras que el cura debía ponerse manos a la obra para aportar la “relación de necesitados según el padrón parroquial de pobres”, así como el listado de niños pobres para el día de Reyes.
Ese año se recaudaron más de 20.000 pesetas para ambas campañas. La mayoría de los donantes aportaba 10, 25 o 50 pesetas, alguno 100 y un vecino dio 200. Se organizó un partido de fútbol “de viejas glorias” que recaudó 915 y el Gobernador Civil de la provincia entregó 3.000.
El dinero sirvió, por un lado, para constituir 238 vales de comida que equivalían a un kilo de azúcar, uno de arroz, otro de gofio, uno de patatas (sic), otro de garbanzos y medio litro de aceite. Y también para hacer una gala en el Cine Atlántida, el 6 de enero, con juguetes para 890 niños.
Foto: Manolo de la Hoz.
Los siguientes años la cosa fue mejorando. El Ayuntamiento enviaba más cartas: a empresas y comercios, a los cines, al Círculo mercantil, al Casino o al Torrelavega, que organizó un baile benéfico y recaudó menos que con el fútbol: 555 pesetas.
En 1956 ya hay más de 330 donantes particulares, todos en la lista con sus nombres, apellidos y cantidad. Con el Gobernador Civil, no obstante, no siempre hubo tanta suerte. En 1957 el gobernador era Honorato Martín Cobos y responde así a la petición del alcalde: “Aún sintiéndolo muchísimo, de momento no es posible el ofrecerle la ayuda que interesa por cuanto la campaña de Navidad y Reyes se ha centrado este año exclusivamente en Las Palmas donde han sido sorteadas 15 viviendas entre los pobres y necesitados”.
En los años posteriores, en los expedientes que se encuentran en el Archivo, siguen apareciendo los nombres de los donantes y las cantidades y poco más. Por ejemplo, en 1963 ya se recaudan 29.230 pesetas y hay muchas más empresas porque la Isla y la capital van saliendo de una larguísima posguerra.
Hay hasta una agencia de viajes, Tisalaya, además de estancos, muchos bares, ferreterías, peluquerías, zapaterías, talleres, una pensión, una confitería, una peletería, comercios, bazares, almacenes o droguerías.
Con el paso de los años también se van profesionalizando los bailes. En 1965, el último año del que hay expediente, se celebró una “Gran función procampaña de Navidad y Reyes” a las diez de la noche del jueves 23 de diciembre en el Teatro Popular Insular, que estaba en la calle Juan de Quesada.
Esa noche se anunciaron tres actuaciones: la bonita comedia de los Hermanos Quintero, ‘El Jardín del diablo’, con la Compañía de Araceli Méndez, la actuación del conjunto musical ‘Los Rítmicos’, y la actuación de Mara Sigut, con un gran sorteo de regalos como fin de fiesta.
Foto: Félix Sanz Illescas (Memoriadelanzarote.com)
Comentarios
1 Rememorando Sáb, 05/01/2019 - 11:09
2 Pufete Sáb, 05/01/2019 - 17:57
3 Cuato Dom, 06/01/2019 - 09:43
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