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“Ningún fotógrafo joven imaginaría lo que era el trabajo antes de Internet”

“Tuve problemas por la captura o publicación de fotos de interés general”, señala José Luis Carrasco, que acaba de poner punto y final a una trayectoria profesional de 36 años

Myriam Ybot 1 COMENTARIOS 10/02/2024 - 08:09

-A lo largo de su trayectoria, ha sido testigo de la transformación socioeconómica y política de la Isla. ¿Cómo recuerda sus inicios?

-Trabajar en aquellos tiempos era distinto, más sencillo. No había tráfico y siempre podíamos aparcar. Ahora andamos estresados todo el día, han cambiado el ritmo de la vida y los valores. También la actualidad es otra muy distinta. Afortunadamente, la inestabilidad de las instituciones, las mociones de censura, los políticos entrando en la cárcel, las reuniones clandestinas para cerrar o romper pactos de gobierno... todo eso parece haber quedado atrás y hay más transparencia. Y otro cambio notable es la presencia de mujeres y jóvenes como protagonistas de las noticias.

-También ha vivido el paso de lo analógico a lo digital, que ha tenido un impacto trascendental en el trabajo periodístico.

-Ningún fotógrafo joven alcanzaría a imaginar lo que era el trabajo del fotoperiodista en aquel Lanzarote previo a Internet. Antes de disponer de la tecnología digital, quienes trabajábamos para medios regionales impresos teníamos que revelar los negativos en el laboratorio, elegir y esperar por las copias en papel, conducir hasta el aeropuerto, buscar a alguien que volara a Las Palmas y aceptara llevar las fotos y entregarlas a un taxista, que le trasladaría de manera gratuita a la capital, de camino al periódico, y llamar a la redacción para dar los datos del vuelo y la descripción del improvisado mensajero. ¡Y eso era a diario! De lunes a domingo. Algunos pasajeros ya me conocían y me buscaban. Y solo en una ocasión, lo recuerdo bien, las copias nunca llegaron a su destino. Eran imágenes de José María Aznar y Rodrigo Rato paseando por la avenida de La Mareta en Costa Teguise, en pantalón corto y con calcetines con la banderita... ¿Y ahora? apretamos una tecla y listo.

-Respecto a lo ideológico ¿es más fácil mantener una mirada neutral como fotógrafo que como periodista?

-Pues aunque pueda parecer lo contrario, he tenido problemas en varias ocasiones por la captura o la publicación de fotos que yo consideraba que eran de interés general, sobre todo desde que se generalizaron los gabinetes de prensa. Pero siempre he contado con el respaldo del delegado de Canarias 7 en Lanzarote y de la dirección del periódico. Por otra parte, desde que se pueden visualizar las fotos en la pantalla de la cámara, he sufrido intentos de “censura previa”, de imponerme una selección de las imágenes antes de su publicación, aunque debo decir que no es lo más habitual.

-José Luis Rojas, compañero de ‘Lancelot’ en aquellos primeros tiempos, falleció recientemente sin que se haya reconocido de manera oficial su papel pionero en la fotografía de prensa. ¿Mantiene Lanzarote una deuda hacia su persona?

-Sin duda, José Luis Rojas ha tenido una importante función como transmisor y divulgador de la imagen de Lanzarote a través de sus fotografías. Desconozco el estado de su archivo, que forma parte de su legado profesional, pero sí, creo que se merece un homenaje.

-¿Y qué puede decir de su propio archivo?

-Tengo mis fondos de imágenes perfectamente ordenados y controlados. Nunca he olvidado el consejo que me dio un compañero de Diario de Las Palmas: “El archivo es la despensa del fotógrafo”. Cuando dejé Lancelot negocié con la empresa que las copias en papel las conservarían ellos y yo me quedaría con los negativos. Después he sido autónomo, y desde el 12 de diciembre de 2002, cuando empecé con el equipo digital, guardo todas las fotografías que he tomado, organizadas por fechas. Una de las primeras era de la alcaldesa María Isabel Déniz con la concejala Nuria Cabrera. Y ese día llovió.

-¿Dispone también de una memoria fotográfica como ventaja añadida?

-(Se ríe). Tengo buena memoria. También recuerdo que cuando tenía que hacer fotos de la lluvia, siempre preguntaba: ¿Quieres un par de paraguas o el agua corriendo por los barrancos?

-¿Qué foto hubiera preferido no tener que haber tomado?

-Las relacionadas con el caso de un niño que desapareció en Costa Teguise y apareció muerto y enterrado en la escombrera de Argana Alta. Fueron varios días de mucha tensión en torno a la búsqueda del pequeño y tras la detención de un sospechoso, que finalmente confesó. El desenlace fue muy doloroso.

-¿Y qué otra le genera más orgullo?

-Elijo dos. Una la tengo ampliada en mi casa, la inauguración de la Fundación César Manrique, con el artista de perfil, aplaudiendo y con el logo por detrás de la cabeza, como una corona. Y la otra, que anda mucho por ahí, es la de César en la Playa de los Pocillos, con el megáfono en la mano, en blanco y negro.

-¿Cuáles son sus planes a partir de ahora?

-Pues lo normal de los jubilados, ir a mirar obras (se ríe). Es broma. Mi primer objetivo es liberarme del teléfono, que me ha tenido encadenado todo este tiempo. Quiero visitar a la familia que vive fuera de la Isla, viajar con mi pareja, leer más, profundizar en herramientas de tratamiento de imágenes, tengo tres nietos...

-¿Y cuándo colgará la cámara de fotos?

-Nunca. Haré la fotografía que me gusta, más artística, de paisajes, con planificación y tiempo.

José Luis Carrasco, 36 años retratando a Lanzarote

Alguien dijo en el grupo de WhatsApp habilitado para la organización de su fiesta de despedida que “pocos profesionales de los medios concitarían tanta avenencia y afecto en Lanzarote como José Luis Carrasco”, por su generosidad, bonhomía y profesionalidad. Su mirada comprometida y afable ha estado durante más de tres décadas y media detrás del objetivo, testigo insobornable de los acontecimientos que han marcado el cambio de siglo.

Ya sea porque el lenguaje periodístico exige claridad, brevedad y concisión o por las prisas que acosan a la profesión como una carabina impenitente, lo cierto es que, a lo largo de su extensa trayectoria, José Luis Carrasco ha pasado a ser Carrasco y luego Joluca (por la suma de las primeras sílabas de su nombre y apellido) hasta llegar al Jolu definitivo. Y a medida que perdía letras por el camino, ganaba reconocimiento a su trabajo, aprecio por su calidad humana y amistades para los restos.

Una circunstancia que no fue óbice para que el coro de voces desafinadas de buena parte del gremio de periodistas y cámaras de Lanzarote le recibiera el pasado sábado al grito de “Joluca, cabrón, te vas de jubilación”, poco noticioso como titular, pero excelente lema para dar comienzo a su fiesta sorpresa de despedida, tras 36 años en la brega informativa. Compañeras y compañeros de prensa, radio y televisión, gráficos y plumillas, pioneros y de las nuevas hornadas, rindieron homenaje al veterano fotógrafo, que el miércoles siguiente, 31 de enero, daba carpetazo a la vida laboral.

‘Pronósticos’ fue, en el año 1987, el soporte de sus primeras imágenes como profesional

En los corrillos y durante el almuerzo se sucedió el relato de anécdotas y comentarios sobre Jolu, del que la única crítica que se escuchó fue la relativa a su fidelidad al Real Madrid. El recuerdo de la noche pasada en un coche ante la inminente entrada en prisión de Honorio García Bravo, los viajes al aeropuerto a llevar las copias de las fotos con destino a Las Palmas, o los recorridos al volante por toda la Isla, a la caza de la noticia, fueron desgranados como parte de la memoria colectiva de aquellos tiempos convulsos de inestabilidad política, reivindicación social y muchos certámenes de misses.

Casi cuatro décadas

Nunca pensó que los conocimientos sobre revelado de fotografía en blanco y negro, adquiridos en Madrid en cursos vespertinos y sin continuidad, serían los que le abrirían las puertas de un oficio que le ha apasionado desde el primer día al último de su larga trayectoria profesional. Al enterarse de que Lancelot buscaba fotógrafo para una revista de deportes que se nutría de material los fines de semana, cuando los laboratorios estaban cerrados, José Luis Carrasco no se lo pensó dos veces y abandonó la repetitiva y predecible hostelería para siempre.

Pronósticos fue, en el año 1987, el soporte de sus primeras imágenes como profesional, y aunque la publicación tuvo una existencia breve, confirmó su gusto por la fotografía deportiva “por su complejidad técnica pero, sobre todo, porque te permite trabajar con tranquilidad”.

El paso a la redacción del semanario Lancelot, en el que estuvo ocho años, fue una transición natural al quedar demostrada la calidad de su producción y de su talante, siempre amable. En el reparto de tareas con su compañero José Luis Rojas, a este le tocó la fotografía publicitaria para las páginas centrales a color, y al recién llegado, los deportes y las noticias. El director de la revista, Jorge Coll, lo recuerda de aquella etapa como “compañero de fatigas” y una de las personas más generosas que ha conocido.

Un grupo numeroso de plumillas y cámaras de la Isla homenajean al veterano fotógrafo en su paso a la jubilación

Luego llegaría Canarias 7, la Agencia Efe -que le permitió ver su firma en El País, Cambio 16 y Diario 16-, las colaboraciones con otros medios como Isla Informativa o La Voz de Lanzarote, y los encargos particulares, que nunca invadieron el tiempo para la familia y las relaciones.

Capítulo aparte merece su abierta disposición a colaborar con la escuela Pancho Lasso para facilitar prácticas a su alumnado del ciclo de Fotografía. Una decena de estudiantes se beneficiaron de su afectuosa tutela y valiosos consejos, como el que recuerda con nitidez Rubén Acosta, quien recibió de su mano su primera oportunidad laboral: “Ninguna foto vale una vida”.

En los últimos tiempos, con la tecnología digital al servicio de la velocidad y el vértigo de la inmediatez marcando el paso de la actividad informativa, Carrasco ha mantenido su ritmo, sin renunciar nunca a un saludo con beso, a una conversación o un café, con su “sonrisa casi perpetua”, al decir de la escritora y periodista Mariajo Tabar.

Será esa la razón del barullo de mensajes de cariño llegados de todas las esquinas del gremio insular de la comunicación, que no dejan espacio a la duda sobre quien ha sido, quién es y quien seguirá siendo Joluca para su gente. Por citar solo unos pocos: “Se ha ganado a pulso el respeto y cariño de la profesión”; “Grabado para siempre en mi corazón”; “Un maestro fundamental en mis comienzos”; “Trabajar sin él no va a ser lo mismo”; “Todo un honor haber compartido oficio con uno de los grandes”.

El delegado de Canarias 7, un emocionado José Ramón Sánchez, concluye con la voz rota: “¿Qué puedo decir de Carrasco después de más de 30 años trabajando juntos? Que hemos sido compañeros y sin embargo, amigos”.

Comentarios

Recuerdo como para publicar una foto en gran canaria, me solicitaron una vez si las podía llevar en el avión. Sin conocerme de nada!... Una persona cuando llegué se las entregué y supongo que sería para algún periódico.

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