-Acaba de cumplir 100 días en la presidencia del Cabildo y, sin duda, el problema más acuciante que se ha encontrado es el del agua, con un verano plagado de cortes de suministro. Ha anunciado un plan de inversiones urgentes de 90 millones de euros. ¿De dónde va a salir ese dinero?

-Ese plan para inversiones es todo lo que se tiene que hacer a corto plazo, pero a largo plazo es mucho más. Estamos ya con la elaboración del presupuesto del próximo año y vamos a destinar buena parte del remanente del Cabildo a inversiones hidráulicas, además de solicitar al Gobierno de Canarias una ficha financiera considerable. No es menos cierto que el Consorcio del Agua lo componen, en un 40 por ciento, los ayuntamientos. Por eso, cuando algún alcalde cuestiona la financiación, habría que preguntarle cuánto va a poner su ayuntamiento.

-¿Deberían contribuir los ayuntamientos, para sufragar las inversiones hidráulicas, de forma proporcional a su participación en el Consorcio del Agua?

-Esa sería la teoría, pero he sido alcalde y soy consciente de que hay ayuntamientos que pueden y otros que no. Por eso, voy a intentar que su parte la ponga el Gobierno. También vamos a crear la Oficina de Asuntos Europeos para buscar líneas de financiación específicas. Mire, no le tengo miedo a conseguir los recursos económicos, que es cierto que hay que lograrlos, pero lo que me preocupa es que no se materialicen los proyectos. Por eso se han acometido cambios en la estructura del Consorcio, con el objetivo último de conseguir agilizar las obras. Lo que ha ocurrido en los últimos años está ahí, con pérdidas de financiación. No le quito la ilusión y las ganas al anterior gerente [Domingo Pérez, destituido en septiembre], pero el cambio ha sido una decisión muy meditada: lo que viene necesita una estructura con nuevos aires.

-Dos cuestiones más sobre el tema del agua: por un lado, todo parece indicar que le va a tocar como presidente subir el precio del agua, después de dos mandatos en los que se tenía que haber afrontado contractualmente con Canal Gestión. Y, por otro, ¿es realista la estimación de que son necesarios otros 200 millones de inversión para garantizar el suministro?

-Como mínimo... sólo arreglar los bastidores [de las plantas desaladoras] suponen unos 12 millones de euros. Ahora estamos centrando el esfuerzo en la desalación y en mejorar la red de abastecimiento, interviniendo allí donde hay más roturas. En cuanto a la subida de precios del agua, hablar de ello hoy, cuando el anterior grupo de gobierno no tramitó los expedientes para actualizar las tarifas y sin que tengamos el resultado de un estudio que he solicitado, es como salir a un escenario sin tener nada que contar. Eso sí, el PSOE debería explicar por qué demoraron este asunto, cuando sabían desde hace dos años que los recursos no iban a prosperar. Una prueba de ello es que adelantaron un pago a cuenta a Canal Gestión de 1,5 millones de euros. Pero, eso sí, evitaron una subida de tarifas antes de las elecciones. Nos tocará afrontar la situación cuando tengamos el estudio encargado.

-En estos algo más de tres meses en la presidencia del Cabildo, ¿qué le ha sorprendido de forma negativa del funcionamiento de la institución insular?

-Me ha sorprendido muchísimo la falta de proximidad y de empatía con el ciudadano, la lejanía que tenía el Cabildo con la sociedad. En este escaso tiempo de gobierno hemos abierto varias tardes la institución al público. Hay quien me dice que llevaba esperando mucho tiempo para que le dieran una cita o a quien le parecía raro que le llamase para abordar un problema. A ello se suma la falta de planificación, de la existencia de un modelo real de Isla. Hay muchos documentos en las gavetas del Cabildo, pero falta una planificación transversal, que incluya desde las infraestructuras al sector primario, pasando por el ocio y la cultura. Me he encontrado un Cabildo que funcionaba con parcelas independientes, y una institución que recaudaba mucho, pero ejecutaba muy poco y tenía que devolver fondos. Era como un grifo abierto. Nada más llegar, se tuvieron que devolver seis millones de la residencia de mayores de Tahíche -que vamos a analizar si conforme a la ley se puede desbloquear-, otro tanto en obras, y encima pagando intereses. Le he trasladado al presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, que lo que se ha tenido que devolver debe regresar a Lanzarote. Y mire, sobre todo destacaría la desconexión que existía con el tercer sector, con las organizaciones sociales, cuando debemos estar cerca de las personas más vulnerables. Se hablaba mucho de inclusión, pero sin acciones reales.

“Agramar como pulmón cultural sería una realidad antes que el Auditorio”

-Ha mencionado la falta de una planificación integral en las políticas del Cabildo. ¿Cómo se puede corregir ese déficit?

-En este mandato debemos diseñar el modelo de la Isla que queremos para la próxima década. No hablo solo de planeamiento territorial, que también, sino de coordinar las acciones del Cabildo hacia un objetivo compartido. Estamos en un proceso de escucha. En octubre empezaremos a plasmar las ideas que estamos recibiendo y a principios del próximo año queremos ponerlas sobre la mesa. La sociedad de Lanzarote debe ser escuchada, aquí no sobra absolutamente nadie. También queremos imprimir un cambio en las relaciones con el Gobierno central y con el Ejecutivo canario, que Lanzarote recupere su peso y que los consejeros conozcan de primera mano los problemas y las necesidades.

-Ha desvelado que existe un borrador de convenio con Red Eléctrica, que supondría desembolsar unos 18 millones para soterrar la nueva línea de alta tensión de Playa Blanca a Mácher, que contempla más de medio centenar de torretas. ¿Será un problema el dinero para evitar ese impacto visual?

-Nada más llegar, Red Eléctrica presenta una posibilidad de soterramiento y asegura que la anterior presidenta les había trasladado que la financiación saldría del Cabildo. No voy a criticarlo, pero pensé que había ficha financiera y no hay absolutamente nada. Se ha planteado una inversión de 4,6 millones anuales durante cuatro ejercicios. Una de las claves es que exista disponibilidad de los terrenos, algo que le corresponde tramitar al Ayuntamiento de Yaiza. Resulta sorprendente que el PSOE, que trajo una moción al pleno, solo para soterrar entre Femés y Las Casitas, se cerrase en banda a mejorarla y ampliar el soterramiento a otros tramos de la línea eléctrica. Teguise lo ha pedido y he invitado a otros ayuntamientos a que hagan sus planteamientos. ¿Qué maldad hay en eso? Pero traen la lección escrita y cuando los vi mirando el WhatsApp...

“El Plan de La Geria se contrató en semanas, los anteriores no quisieron”

-¿Le da la impresión de que quien decide sobre el grupo socialista no está sentado en el salón de plenos?

-Por supuesto. Sé que quienes están en los plenos no son los que toman las decisiones, los consejeros del PSOE tienen que pedir permiso. Mire, creo que han gobernado con mucha tranquilidad en el desorden. En las primeras semanas hemos contratado la elaboración del Plan Especial de La Geria, que los anteriores responsables del Cabildo no lo hicieron porque no quisieron, y la ordenanza de infraestructuras energéticas. En esta Isla ha faltado voluntad política. También hemos presentado alegaciones contra el Plan de Transición Energética del anterior Gobierno, porque hay valores medioambientales y paisajísticos que hay que proteger a la hora de implantar las renovables. El nuevo Gobierno nos asegura que va a tener en cuenta la zonificación que planteemos los cabildos. Está claro que hay que descarbonizar la economía insular, evitando impactos visuales. En este Cabildo se ha hablado de forma reiterada los últimos años de sostenibilidad y somos insostenibles en muchos ámbitos.

-¿Verá Lanzarote alguna vez el Auditorio o Palacio de Congresos?

-Es verdad que llevamos 30 años hablando de ese proyecto. Ahora el Ayuntamiento de Arrecife ha hecho su trabajo y ha cedido el suelo, y volveré a pedir al Gobierno ficha financiera. Vamos a impulsarlo, pero no es menos cierto que no nos podemos quedar ahí. Hay un expediente sobre la antigua parcela de Agramar, con una tasación de alrededor de 11 millones, que puede suponer un pulmón cultural y que, si es una realidad, va a llegar antes que el Auditorio.

“Los consejeros del PSOE traen la lección escrita y tienen que pedir permiso”

-En su programa electoral apostaba por buscar una alternativa a una nueva autovía entre Arrecife y Playa Honda, un proyecto adjudicado antes de las elecciones. ¿Ha trasladado su parecer ya al nuevo Gobierno?

-He trasladado al nuevo consejero de Obras Públicas, Pablo Rodríguez, que debe haber consonancia con la ciudadanía de Lanzarote. Para este tipo de proyectos hay que reunir al Consejo de la Biosfera y ver con detalle la parte medioambiental. Está de acuerdo en no imponer. Se analizará el soterramiento de la autovía en Playa Honda. Lo cierto es que tenemos un embudo ahí, y en la entrada a Arrecife desde San Bartolomé y Tahíche, y hay que buscar soluciones, algunas a corto plazo, como habilitar carriles de acceso, y otras de mayor calado.