“Hay que planificar la jubilación con actividades intelectuales para combatir la demencia”
Este médico lanzaroteño trabaja como especialista en neurología en un ensayo para crear una vacuna contra el alzhéimer creando anticuerpos que puedan limpiar el cerebro de las proteínas nocivas que provocan la enfermedad. Espera que pueda comercializarse en cinco años.
- ¿Qué le motivó a estudiar medicina?
- Tuve una vocación precoz porque desde los seis años quería estudiar medicina y fundamentalmente para ayudar a la gente y me parecía que era la mejor forma de hacerlo para poder curarles. También influyó que en mi familia había médicos y me atraía esa figura. Después, con la carrera y la práctica me apasionó el trato con el paciente y la ciencia, cómo conocer el cuerpo humano, cómo se puede llegar a curar, y cuando no, podemos acompañar y aliviar al paciente.
- ¿Fue fácil siendo lanzaroteño desarrollar sus estudios en Navarra?
- Como yo, mucha gente de la Isla tenía que ir a la Península a estudiar y en concreto la elección de la Universidad de Navarra es porque se trata de una de las más prestigiosas, además de que mi familia tenía conocidos allí. También estuve mirando otros lugares, como Madrid o Barcelona, pero al final me quedé allí y estoy muy contento de haber elegido esta opción y también por la formación que ofrecen.
- ¿Cuáles son los orígenes del estudio sobre el alzhéimer en el que está trabajando, cómo lucha contra la enfermedad y qué le diferencia del resto de tratamientos?
- La molécula se desarrolla en España y nosotros somos un centro que se dedica a reclutar a los pacientes para el estudio y probar el nuevo fármaco. Actualmente, la tendencia es utilizar tratamientos de inmunoterapia, consistentes en depositar de forma anómala en el cerebro dos tipos de proteínas, amiloide y tau, de las que se piensa que están relacionadas con el inicio del alzhéimer. El pensamiento es que si podemos retirarlas del cerebro, es decir, limpiarlas de alguna manera, se consigue evitar el proceso neurodegenerativo y podríamos atajarlo. Una de las líneas que hay dentro de la farmacología son estos estudios de intentar limpiar estas proteínas del cerebro con anticuerpos, igual que con los virus. Hay dos formas de conseguir el anticuerpo, una es introducir esos anticuerpos y ya tenemos ensayos en ese sentido inyectándolos a fin de que limpie el cerebro de amiloides y se ha demostrado que es efectivo, y otra de las líneas es que el individuo cree sus propios anticuerpos y eso es lo que hace este estudio que resulta tan novedoso.
- Ahora con sus estudios se ha dado un paso relevante en el mundo de la medicina y más concretamente para tratar el alzhéimer ¿cuántos años de estudio y ensayos le ha supuesto al equipo?
- Este fármaco desarrollado por una compañía farmacéutica española ha llevado mucho tiempo de pruebas antes de empezar a suministrarlo en ensayos a pacientes. Supone primero probar en laboratorio con animales y estos estudios pueden representar más de cinco o diez años.
- ¿Ahora cuál es el siguiente paso?
- Actualmente estamos en la fase dos. Analizando cómo lo tolera el paciente y si es seguro, se mide si efectivamente se producen esos anticuerpos y cuánto tiempo duran y si eso puede ser efectivo. En una siguiente fase comprobaríamos si estos anticuerpos sirven para frenar la enfermedad, es decir, si los pacientes se estabilizan o puedan llegar a revertir los problemas asociados a la enfermedad. Para ello primero se tiene que completar el ensayo clínico a fin de comprobar la tolerancia y seguridad y en una segunda etapa pasaríamos a la fase de eficacia.
- ¿Cuándo podría estar en el mercado esta vacuna?
- Probablemente estemos hablando de más de cinco años hasta que pueda estar comercializado si pasa todos estos hitos. Porque para que un fármaco puede aplicarse en el ser humano debe pasar unos criterios muy férreos.
- ¿Quiénes pueden ser candidatos a esta nueva vacuna?
- Los criterios de los ensayos son los que se aplicarán en la práctica real. Este tipo de tratamiento hay que aplicarlo pronto y en personas que se encuentran en fase inicial de deterioro leve, que llevan una pérdida de memoria sutil, pero que todavía no repercute en el día a día, es decir, siguen funcionando perfectamente. Por ello, cada vez es más importante un diagnóstico precoz y preciso, afortunadamente cada vez se diagnostica antes para poder intervenir.
- Y mientras tanto ¿qué recomendaciones realiza en la primera fase de esta enfermedad?
- En general deben acudir al especialista personas de más de sesenta años que noten que su memoria no es tan buena como antes y que se preocupan y lo comentan con el médico para comprobar si realmente es relevante. En ese sentido, como prevención para la población general, son importantes medidas de salud como ejercicio, controlar los factores de riesgo cardiovascular y llevar una vida intelectualmente rica para que nuestro cerebro pueda tener muchas conexiones.
- ¿Qué incidencia tiene esta enfermedad en la población? ¿Conoce datos de las Islas?
- Es la enfermedad neurodegenerativa más frecuente y a partir de los 65 años se multiplica y aumenta mucho su incidencia. En España se calcula que habría 600.000 personas afectadas, aunque creemos que estas cifras están infradiagnosticadas. En cuanto al porcentaje de la población, cabe reseñar que un estudio señala que a partir de los 65 años afecta a un 5 o 10 por ciento, mientras que a partir de los 85 años este tasa se eleva hasta el 40 por ciento. Algunos científicos piensan que si pudiéramos llegar a vivir todo lo que está en nuestros genes todos llegaríamos a sufrirla porque es una enfermedad muy relacionada con el envejecimiento.
-¿A partir de qué edad debemos preocuparnos más por nuestra salud mental?
- A nivel general, hay que preocuparse por la salud pronto. Y está visto que las personas que se cuidan en edades medias, a partir de los cuarenta años, tienen una mejor vejez. En materia de memoria habría que preocuparse a partir de los 65 años si vemos indicios de pérdida aunque no tenga repercusión en el día a día, que muchas veces no tiene porqué significar nada o por el contrario podemos actuar con terapias que ayuden a paliar esta enfermedad. Hay tratamientos sintomáticos para la enfermedad de alzhéimer y cuanto antes se trata mayor calidad de vida tienen los pacientes, no modificamos el curso de la enfermedad con respecto a los años de vida que nos quedan, pero sí que los años son mejores.
- ¿Hay alguna forma de prevenir este tipo de enfermedades?
- Realmente, no hay nada a nivel farmacológico que ayude a prevenir estas enfermedades, sí que se ha comprobado que cuidar el estilo de vida desde edades medias ayuda a evitar que aparezca demencia. Es importante controlar los factores de riesgo cardiovascular, hipertensión, diabetes, colesterol, hacer ejercicio físico regularmente, porque se ha comprobado que ayuda a tener más volumen cerebral, y llevar una vida intelectualmente activa. Hay que planificar la jubilación con actividades que sean enriquecedoras a nivel intelectual que ayudan a combatir la enfermedad.
- Supongo que este hallazgo además de un triunfo profesional lo recibirá como una satisfacción personal…
- El poder investigar sobre la enfermedad de alzhéimer es importante y aunque yo no he desarrollado el fármaco sí que participo en esta primera fase y ver que efectivamente podamos modificar el curso de la enfermedad y poder ofrecer a los pacientes algo más de lo habitual es importante, sobre todo en este tipo de enfermedades porque por el momento hay pocos avances. Ofrecerles algo más para poder darles esperanzas y más en un campo que hacía mucho tiempo que no se movía.
- ¿Cómo valora la sanidad en Lanzarote?
- En Lanzarote hay buenos profesionales, pero en muchas ocasiones de lo que adolece el sistema es de medios en una sanidad que es pública, aunque es muy caro asumirlo. Lo digo porque estoy en un centro donde sabemos los costes reales. Además contamos con una población cada vez más envejecida y que requiere más recursos. Sí es cierto que hay que luchar por una sanidad inclusiva y de calidad.
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