Nuevo disco de Cumbia Ebria

“Baila conmigo” (y que le den a la Troika)

Fotos: Gerson Díaz.
M.J. Tabar 1 COMENTARIOS 07/05/2016 - 09:06

En su décimo cumpleaños, Cumbia Ebria alcanza la madurez musical que hace falta para elegir cómo y cuándo. Su último trabajo, Baila conmigo (El Hombre Bala Records, 2014) incluye dos temas con un sonido “pulido” y lleno de detalles, además de dos remezclas hechas por dos ilustrísimos de la escena musical canaria.

Su identidad permanece, pero su música evoluciona. “Después de unos años, te vas entendiendo con tu pareja”, explica Fernando Robayna (voz y guitarra). “Sí, bueno, hasta que venga otra”, interrumpe uno de sus compañeros. Risas.

Después de año y medio de parón, el sexteto lanzaroteño vuelve con un nuevo y mimado trabajo, de nuevo grabado en los estudios Neptar, con Ane Fernández como maestro de la producción y la masterización. “Es un estudio donde se aprende muchísimo: te escuchas, te fijas en lo que haces mal, corriges…”.

En 2015, hicieron la primera presentación de Baila conmigo en formato acústico para Canarias suena, el programa que hasta hace poco dirigía Fran Laforma en Radio3. El pasado 9 de abril lo presentaron en directo en El Hombre Bala Rock & Coffee de Tenerife y desde el 11 está a la venta y disponible en Spotify.

Por primera vez incluyen una colaboración femenina —la susurrante voz de Camy Tardieu (The Vagabonds, Zombie Love)—, también por primera vez les edita El Hombre Bala, “un sello que es de lo mejorcito que hay en Canarias” y tienen managers: Partners in crime.

Como dice Jonathan Delgado (Los 80 pasan factura), el remix de Fafe (Brutalizzed Kids, Ataúd Vacante) acerca el tema “a la pista de baile” y le da un aire electrónico. El de Juanjo Jorganes (Hissop, Moral Femenina) es una versión absolutamente personal y libre. “Al principio es rarísimo escuchar el punto de vista que tiene otra persona de una canción que tienes tan adentro. Pero estamos encantados, es un lujo”, dice la banda.

“Algo se enciende y cobra fuerza”

En territorio cumbiero, no rige ni la disciplina ni la metodología. La composición nace con algo de “magia” y muchas horas de trabajo. Así pasó con Baila conmigo: Vicente dio un guitarrazo, dos toques. “Algo se enciende y cobra fuerza”, alguien se da cuenta (“para, esto vale”). , se improvisa y se trabaja.

Fuck la troika es un desparrame de amor para sobrevivir en este ruin sistema del “banquiarato” gestionado por “ratas con corbata”. “Todo evoluciona y sale de ahí dentro”, dicen señalando el cuarto insonorizado donde ensayan, en la segunda planta de una ferretería industrial de Puerto Naos. “Trabajamos mucho las canciones, nuestros discos no son nada lineales, hay muchos arreglos, toques distintos…”.

David GP repite como realizador de su videoclip. “Tiene un ojo increíble para registrar las cosas bonitas, para hacerlas interesantes”, dicen los músicos, que grabaron el tema en el Callejón Liso y en exteriores volcánicos.

Dicen tener “influencias claras del funk o el raggamuffin”, pero aborrecen las etiquetas. En la coctelera de adjetivos que les describen flota el “funky”, el “indie”, la “fusión latina de los 90” y el “pop”. Sus referencias son demasiado diversas como para listarlas. Fernando suele tener fiebres puntuales con los discos. Agarra uno y no lo suelta hasta que lo gasta. Le pasó con el London Calling de The Clash. “Te lleva a experimentar con los pedales, modifica tu música; es inevitable —asume— Tocas por patrones, ¿no? Para crear siempre copias; nada es cien por cien original”.

Han pasado 10 años desde que tomaran al asalto los micrófonos de A la Bartola

El directo de Cumbia Ebria consigue una potente comunión con su público, aunque no siempre es así. Todavía recuerdan la noche que se subieron al escenario de la sala Tequila, en el barrio de Argana Baja (Arrecife) —un local acostumbrado al dúo Los Conejeros y a la Orquesta Travesía— y la gente se quedó ‘muerta’ cuando empezaron a sonar sus guitarras.

“Si la gente tiene ganas… nosotros tenemos bastante actitud”, advierten. Han hecho turné por las fiestas de muchos pueblos, han tocado (casi) en toda Canarias —les falta El Hierro— y han hecho incursiones en la Península. Están rodados y eso se nota sobre el escenario. Ya han pasado 10 años desde aquel día que tomaron al asalto los micrófonos de A la Bartola, en Famara, y con el animoso empuje del alcohol improvisaron una versión del Sunday Bloody Sunday de U2. “Con un la y un sí hacemos maravillas”.

Acaban de tocar en el Mercado de la Ribera, en Bilbao, dentro de la gira del festival Sonidos Líquidos; a finales de junio presentarán su último trabajo en El Mojo Club (Las Palmas) y están a punto de cerrar una cita en Madrid. Para casa, Lanzarote, se reservan un concierto especial, será en julio. Será en julio y a su manera. Muy a su manera.

Comentarios

Buena producción, buen sonido...pero nada nuevo bajo el sol de Canarias. Esto parece un batido de Calamaro y Coquillos en el túrmix.

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