ENTREVISTA

“Con el cambio climático, hay proyectos que pueden funcionar que colapsan”

Beatriz Eugenia Sánchez Mojica, abogada y experta en derechos humanos

Saúl García 0 COMENTARIOS 20/01/2024 - 07:46

Participó en la mesa de debate La emigración en la actualidad, dentro de la última Muestra de Cine de Lanzarote, junto a Sani Ladan, Claudia Masferrer y Mamadou Agne. Es abogada, doctora en derechos humanos y profesora en IE University. Sus líneas de investigación abarcan el desplazamiento interno, el refugio y los efectos del cambio climático en la movilidad humana.

-¿Cuál es la diferencia entre un refugiado climático y un emigrante climático? ¿Hay alguna organización internacional que los reconozca como refugiados?

-Hay mucha confusión respecto a qué término usar para estas personas. Se usa mucho en los medios de comunicación el término refugiados climáticos, que es muy gráfico y da una idea de lo que está ocurriendo. Sin embargo, eso no es correcto, porque los refugiados son personas que están huyendo de persecución o están huyendo de una guerra y con los desastres vinculados al cambio climático puede ocurrir que la gente huya por una combinación de los dos factores, pero no necesariamente. La Organización Internacional de Migraciones usa el término migrante ambiental, que es bastante amplio porque cubre el desplazamiento, que es migración forzada, o migración voluntaria, tanto interna como externa. El problema es que es tan amplio que se pierde el sentido y el concepto no genera mucha empatía.

-¿Pero alguien ha conseguido el estatus de refugiado climático?

-No, sin embargo el Comité de Derechos Humanos, que es un órgano de Naciones Unidas, recibe quejas individuales en relación al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Sus decisiones no son sentencias porque no son vinculantes. Hace un par de años, una persona de Tuvalu emigró, o bien huyó con su familia a Nueva Zelanda, solicitó asilo y Nueva Zelanda le dijo que no porque no reunía las condiciones para ser refugiado. Entonces acudió al Comité Internacional de Derechos Humanos y el Comité le dijo: “Usted no es un refugiado y la situación en Tuvalu es mala, pero no es tan mala, pero calculamos que si continúa creciendo el nivel del mar a este ritmo porque no solamente es que el mar se coma la tierra sino también los pozos de agua potable y la tierra está quedando completamente infértil y la falta de alimentos hace que se generen todo tipo de conflictos y fricciones entre la población... Entonces, en este momento usted puede volver, pero si las cosas siguen así, en unos años, Nueva Zelanda y todos los países que reciban a esta gente no van a poder retornarlos, no porque sean refugiados, sino porque hay un principio de derecho internacional de acuerdo con el cual tú no puedes devolver a una persona a un país donde su vida, su integridad, correría peligro.

“Los desastres por el cambio climático imponen obligaciones de protección”

-También habría que diferenciar, entonces, aquellos lugares que se convierten en inhabitables porque suba el nivel del mar o por sequías de otros que sufren catástrofes ambientales, que puede ser circunstancial.

-No, no es circunstancial. De hecho, la voluntad de los Estados es muy importante. Por ejemplo, tenemos un país que tiene una inestabilidad política de unos factores históricos, políticos, geopolíticos... y que es constantemente golpeado por desastres, Haití, con el horrible terremoto de 2010, pero también hay huracanes cada año… Estados Unidos ha reconocido a los haitianos que ya estaban en su territorio un estatuto de protección temporal y les garantiza la posibilidad de recibir y trabajar legalmente en Estados Unidos. Lo mismo ha ocurrido con centroamericanos después del huracán Mitch, que desde 1998 todavía se mantiene. Entonces, más que a nivel global, tenemos estados conscientes que determinadas situaciones que involucran desastres relacionados con el cambio climático imponen ciertas obligaciones de protección. México tiene un visado que se llama humanitario, Argentina también, Ecuador tiene también un tipo de visado humanitario. Han sido creados para acoger temporalmente a personas que están huyendo de un desastre, pero la idea es que se queden un tiempo.

-Muchos de estos riesgos en realidad también son provocados, como desastres ambientales de los que son responsables algunas empresas y que deberían ser responsables, o bien sus países, de acoger a las personas que tengan que huir...

-En Derecho Internacional son muy claras las reglas de lo que le puedes atribuir a un estado. Y a menos que la empresa esté actuando a nombre del estado no le puedes atribuir ese acto y por lo tanto no la responsabilidad. Hacia donde está avanzando más el Derecho es a intentar convencer a los países que reciben este tipo de flujos de personas, a darles estatutos temporales, y un poco menos, programas de migración circular que permitan que la gente salga durante la época de inundaciones, por ejemplo. Trabajar en el país tres, cuatro, seis meses y regresar a su casa y poder hacerlo año tras año. Son soluciones temporales y no estás arreglando al fondo del problema.

“El migrante ambiental no es solamente el que llega desde el sur global”

-¿Cuántas personas ya se están viendo obligadas a marcharse de su casa por cuestiones ambientales?

-Encuentras muchos autores con diferentes cifras pero cada uno dice una cifra distinta. Hay gente que dice que en realidad no va a ser por el cambio climático sino por otra serie de factores. Hay algún autor que dice que en 2050 va a haber más de 1.200 millones de personas desplazadas por los efectos de la subida del nivel del mar, incluyendo desplazados internos y gente que se ha movido externamente. Hoy en día las únicas cifras claras son las que da el Internal Displacement Monitoring Center (IDMC). Tienen un informe anual, Global Report on Displacement, que dice que hay 8,7 millones de personas desplazadas internamente por desastres. Solo desplazados internos. Pero es muy difícil de saber.

-¿Y cuáles serían las zonas del mundo más afectadas?

-El Pacífico, por supuesto, Sudeste asiático, Bangladesh, parte de la India, Filipinas... Luego en mucha menor medida, el resto de Asia. China y India tienen una afectación altísima por esas situaciones ambientales. Luego, América, con grandes diferencias, porque en Norteamérica, Canadá y Estados Unidos, los desastres son espantosos, la gente se mueve, pero como tienen sistemas de gestión de desastres bastante buenos, la gente puede volver, pero el número de personas que sale huyendo de cada desastre, de cada incendio, es impresionante. África subsahariana está como en tercer lugar, luego el Norte de África y Oriente Medio, y luego tienes Europa y Asia central que son las que menos expuestas están.

“La zona del mundo más afectada será la del Pacífico, seguida de Asia”

-Hay ciudades en las que el aire se está empezando a hacer prácticamente irrespirable. No sería descartable que mucha gente empiece a desplazarse para huir de la contaminación. ¿Serían considerados también emigrantes climáticos?

-Emigrantes ambientales, porque es una categoría más amplia. Sí, por supuesto, porque sería una amenaza tecnológica producida por la actividad empresarial de las fábricas, pero también probablemente combinada con una amenaza natural de presiones, falta de viento, altas temperaturas… La combinación de esas amenazas debería dar lugar a un desastre que generaría desplazamiento de población.

-¿Hay algún indicio de que alguien se está tomando esto en serio?

- Sí. Yo quisiera poder decir que hay mucha gente que se lo está tomando muy en serio. En la COP ya hay una sección específica para movilidad vinculada al cambio climático. En 1990, el Panel de Expertos de Cambio Climático dijo por primera vez que los desastres vinculados al cambio climático generan desplazamiento de población. Tuvieron que pasar 20 años para que en una COP, que tuvo lugar en Cancún, se lanzara una iniciativa directamente orientada a los efectos en la movilidad humana del cambio climático y ahí se dijo que este tipo de desastres afectan a la movilidad humana, cuando una comunidad no puede seguir habitando la misma zona por el riesgo y es necesario moverlos en un proceso que es muy complicado. Y dieron una serie de recomendaciones de medidas de adaptación para que las personas no se tuvieran que mover forzadamente o si migraban para que la migración fuera en sí misma una estrategia exitosa de adaptación. Esto en 2010. Llegamos a 2015 al Acuerdo de París y solo se encuentra la palabra migración en un sitio, solo uno, y es en el preámbulo, que no es obligatorio. Eso fue muy frustrante.

-Se retrocede en lugar de avanzar.

-Sin embargo, dentro de la estructura de Naciones Unidas para enfrentar el cambio climático y en el marco del Acuerdo de París, hay una institución que es el mecanismo de Varsovia de pérdidas y daños, y tiene un grupo de tareas que se creó en 2015 para analizar la situación específica de la movilidad humana por cambio climático. Adicionalmente, este mecanismo de Varsovia ha desarrollado un fondo para compensar las pérdidas y los daños de los países más vulnerables. Están pensando sobre todo en los países isleños en el Pacífico, y el año pasado se consiguió incluir dentro de este fondo de compensación, los desplazamientos y reasentamientos. Esto es una buena noticia. ¿Cuál es la mala noticia? Que cubre solamente a un puñado de países, que son muy muy pobres. Tenemos países que incluso pueden presentarse como renta media, como México, Colombia, Filipinas, que no entran porque no son suficientemente pobres, pero donde hay una gran desigualdad… Cada vez hay más gente trabajando en el tema pero no van ni lo suficiente rápido, ni con suficientes recursos, ni cubriendo suficiente espectro de actuación, pero sí se están haciendo cosas y yo creo que cada vez se van a hacer más.

-Se supone que algunas de las personas que llegan a Canarias por mar serán emigrantes ambientales...

-Sin duda. En el norte de África tenemos sequías súper prolongadas. Y en otras zonas, el patrón de lluvias ha cambiado por completo. Entonces no saben cuándo sembrar, o llueve muchísimo y se lleva todo por delante. Pero también tenemos que tener en cuenta que hay proyectos de supuesto desarrollo, como la minería a cielo abierto, que ya te puede generar un desastre que a su vez tenga que generar movimiento de población. Con los cambios en el clima, proyectos que pueden funcionar, están colapsando muchísimo más rápido debido a, por ejemplo, lluvias torrenciales o avenidas de lodo generando desastres que a su vez pueden generar movimientos de población.

-Aunque sean casos distintos, de la migración del norte al sur… Un jubilado noruego que quiere venir aquí a pasar sus últimos años para no soportar el frío de su país, o un informático americano que decide irse al Caribe como un nómada digital... ¿Son emigrantes ambientales también?

-Sí. Por ejemplo Costa Rica no solo es precioso sino que tiene una gran cantidad de fuentes de agua y ha experimentado en los últimos años una tasa de inmigración altísima de personas de Estados Unidos pero también de diferentes países europeos, porque tienen la certeza de que allí hay acceso al agua. Argentina también en determinadas zonas, incluso hay quejas de comunidades indígenas, de empresarios del norte global que compran grandes porciones de territorio con la excusa de que van a proteger el agua y proteger el bosque, pero impiden el acceso a grupos indígenas o comunidades campesinas tradicionales que usaban esos servicios ambientales de toda la vida, protegiéndolos. El migrante ambiental no es solamente del sur global.

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