MEDIO AMBIENTE

Continúa la ‘plaga’ de las figuras de piedra que dañan el paisaje lanzaroteño

La espiral de Jable Chico reaparece pocos meses después de que el CEIP Quintero realizara una intervención en la zona para concienciar del perjuicio medioambiental que se produce al entorno

La asociación cultural Pueblo Maho realiza batidas por las zonas dañadas de la Isla para devolverlas a su estado natural
María José Lahora 10 COMENTARIOS 06/05/2019 - 04:54

La asociación cultural Pueblo Maho continúa con las acciones para devolver al paisaje lanzaroteño su apariencia natural después de que siga proliferando, como “una plaga”, la realización de montículos o figuras con las piedras que componen el legado natural lanzateño, según destacan los miembros de este colectivo. “Ello contribuye a evitar la erosión y son el hábitat de especies vegetales y animales”, aducen.

Orlando Hernández, de la asociación Pueblo Maho, lamenta tener que volver a “limpiar” la playa de Jable Chico, donde ha reaparecido la espiral de piedra en la arena pocos meses después de que los alumnos del CEIP Quintero de San Bartolomé, de la mano de la coordinadora de patrimonio del centro y miembro de la asociación, Luz María Duque, llevaran a cabo la reestructuración de la zona acompañados por padres, profesores y otros miembros del colectivo lanzaroteño que lucha por la preservación de los valores de la Isla. Letras, símbolos y hasta la reproducción de órganos genitales se han contemplado de nuevo en el entorno de Jable Chico.

Pueblo Maho ha iniciado también la recuperación de Montaña Roja donde algunos se empeñan en acumular piedras, pero sólo han podido intervenir “un uno por ciento”, según comenta Orlando. Esta ardua labor tendrá que continuar en posteriores encuentros mientras prosigue la indiferencia de los que se dedican a apilar las rocas.

Otro de los paisajes alterados con los que se han topado es Guanapay, donde se asienta el Castillo de Santa Bárbara, “lleno de letras y corazones”, explica. “Nos parece muy triste que para volver a poner las piedras donde estaban tengamos que pedir permiso mientras cualquier desaprensivo puede hacer las figuras sin que se penalice”, resalta con indignación el representante de Pueblo Maho.

Recuerda que los paisajes están protegidos. Sin embargo, “por desgracia no lo están como deberían en una Reserva de la Biosfera. En cambio, se dedican a colocar esos antiestéticos carteles de Geoparque”, afirma.

La asociación lleva dos años devolviendo las piedras a su estado natural. Tiempo en el que se ha visto cómo se aprobaba una moción en el Cabildo lanzaroteño, presentada por Somos, para la colocación en el inicio de los senderos de carteles de advertencia de que estas acciones pueden acarrear sanciones.

Asimismo, la asociación ha diseñado un tríptico informativo con el objetivo de repartirlo en los establecimientos turísticos sobre el daño medioambiental que causa la huella humana en el entorno, pero aún no ha visto la luz por la carencia de presupuesto de esta asociación, sin ánimo de lucro.

Por su parte, la Corporación insular “todavía no ha hecho nada”, dice. Curiosamente, la propuesta contó con los votos en contra del equipo de gobierno insular. Asegura Orlando que llevar a cabo esta iniciativa “cuesta poco” a las arcas públicas y que si ellos dispusiesen de dinero ya los habrían editado y repartido.

Playa Blanca y Costa Teguise son las zonas más afectadas por esta “lacra”. También en el camino de tierra de Muñique a El Cuchillo se pueden ver ejemplos de la huella humana o en la Peña de las Cruces, donde el colectivo tuvo que intervenir en un yacimiento arqueológico. “Es una plaga”, enfatiza Orlando.

Los turistas se topan con fotografías en sus habitaciones que reflejan estas actuaciones a modo de promoción turística. Orlando muestra la imagen que decora el apartamento de Playa Blanca donde se alojó un amigo de Tenerife en una visita a Lanzarote para, paradójicamente, participar en una batida de la asociación. “Con las cosas que se pueden vender de Lanzarote”, enfatiza el representante de Pueblo Maho.

Recuerdan que estas acciones deterioran la flora, la fauna y el paisaje. “Es una lacra que no está solo en Lanzarote o Fuerteventura. En Baleares se lidió también con esta proliferación y acabaron prohibiéndola por ley”.

La intención del colectivo es regresar a Montaña Roja e iniciar acciones en Guanapay. Además, está en contacto con la Fundación Telesforo Bravo que, recientemente, intervino en una acción similar en el Faro de El Tostón, en El Cotillo, para llevar a cabo acciones conjuntas.

Juan Coello, de Telesforo Bravo, recordaba entonces que “los montículos de piedra no sólo afean el paisaje, sino que además están haciendo daño al medio ambiente. Debemos aprender a dejar las rocas donde deben estar, en el terreno, porque moverlas provoca una alteración del hábitat. Las piedras no sólo ofrecen refugio a especies animales y vegetales, sino que también, en un lugar ventoso como este, contribuyen a frenar la erosión”, subraya.


Espiral con piedras decora un hotel de Playa Blanca.

Concienciación

Mientras los recuperadores de espacios prosiguen con sus actuaciones, solicitan la colaboración ciudadana para que denuncien estas intervenciones. “Nos encantaría que quien vea a alguien haciendo estos montículos o figuras de piedras llame la atención a los autores, les informe de que no se puede hacer porque deteriora el paisaje y avisen a las autoridades. Nadie va a casa de nadie a recolocar sus cosas. Debemos tomar conciencia de que el paisaje es de todos y, en cambio, aquí se promocionan estas conductas”, concluye Orlando.

“Nos parece muy triste que para volver a poner las piedras donde estaban tengamos que pedir permiso, mientras cualquier desaprensivo puede hacer las figuras sin que se penalice”

El biólogo Domingo Concepción defiende también el fuerte impacto que supone esta acción desde el punto de vista de la biodiversidad y de la cultura paisajística. “Los ecosistemas que conocemos en las zonas costeras son el resultado de procesos naturales tanto de los volcanes, como en el litoral de una acción conjunta con el mar y aunque no lo creamos hay toda una serie de biodiversidad, alguna visible como los vegetales y otra diminuta de pequeños insectos” cuyo hábitat se ve alterado si se mueven estas piedras y “esta nueva moda”, que a su juicio, “tiene pinta más de negocio que de moda altruista, provoca sobre esta fauna invertebrada un perjuicio más que notable”.

En cuanto a la huella humana sobre los paisajes, Concepción recuerda que la intervención humana es exclusivamente para cubrir necesidades vitales que han redundado en paisajes de gran valor, como también pueden ser las salinas.

“Sin embargo, este no es el caso porque no hay una necesidad vital que cubrir y sí un negocio encubierto”. Señala, al respecto, que ha podido comprobar que hay una intención de negocio a través de redes sociales.

“Me consta que antes se hacía a través de Facebook, pero han debido de ser advertidos, por lo que ahora se manifiestan a través de grupos de WhatsApp en los que se venden imágenes de estas construcciones y también se aprovecha el turismo para ofrecer visitas a estos lugares, es decir, venden la imagen con el engaño de que forma parte de un paisaje o de la cultura patrimonial de la Isla”, concluye.

Comentarios

Hay que concienciar al turista de que no modifique el paisaje, a los empresarios de que no son obras de arte para exponerlas en los apartamentos, a los vecinos de que si las ven intenten volver a poner las piedras como deberían estar, y a los políticos que dejen de mirarse el ombligo y se pongan de una vez a trabajar por Lanzarote
En la Playa de Las Coloradas, en frente del hotel Papagayo Arena, es donde más ocurre esto. El ayuntamiento ha puesto carteles prohibiendo esta práctica, pero justo en el otro lado de la playa. Deberían poner carteles justo a la salida de este hotel, ya que sus 1200 clientesson los que lo hacen, al asomarse desde sus habitaciones ven los nombres que han puesto los clientes anteriores y bajan para poner los suyos, la cuestión es "dejar una huella por donde paso".
Es cuestión de educación. En vez de poner carteles horrorosos, deberían crear campañas de concienciación.
Hay que concienciar a los de aquí. Eso lo empezó haciendo gente de aquí, para “dejar su huella”, algunos de esos que se creen súper canarios. Dejen de cobrar subvenciones de las administraciones donde mandan los de ustedes y bajen la voz que se ve que estamos en elecciones y quieren hacer ruido. Que pena que los besugos se junten con los sifios!!!
Esto es lo que ocurre cuando los caciques de siempre promueven un turismo masivo de la mano de políticos ignorantes. Esto sólo es la punta del icerberg, los volcanes del interior de la isla estan siendo devorados por la presencia diaria y sin control.de cientos de turistas desaprensivos y sin respeto por nada.
mira nona cogiendo piedras analizalas
Eso de que los vecinos la pongan como estaba es casi más peligroso que dejarlo como estaba. Cuando entenderemos de que cuando hacemos una intervención en un sitio con importancia ambiental, cultural, etc., es necesario tener conocimientos previos, si no el desastre puede ser mayor.
Si es un delito, ¿por qué la Guardia Civil o quien corresponda no da con los publican y se regocijan de su actos?, si no es un delito, ¿por qué no se legisla para evitarlo?. Los responsables son los que dan las ordenes y los que deberían legislar, los políticos, como siempre, impresentables, irresponsables e inútiles figuras.
Lo que pasa es que es bonito y la gente no ve el problema. A mí ese cuadro las espirales me gusta, lo que pasa es que donde pongo yo la toalla? Yo eso no lo hago, sobretodo porque para cargar piedras, prefiero que me paguen. Besis
Esa foto de las piedras apiladas es del patronato de turismo, que se dedicaba a promocionar la isla con ella hasta hace un par de meses: incultos

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