Una sociedad remando al unísono en círculos
Decía en un anterior artículo acerca de por qué Lanzarote es un lugar mediocre, y lo normal es que lo siga siendo, que la clave estaba en las instituciones, formales e informales. Esto no es ninguna noticia de última hora: llevamos años leyendo lo de "mejorar la gobernanza" en caros dossieres con gráficas molonas, pero al parecer nadie ha podido demostrar que esas recomendaciones hayan servido para nada, ni aquí ni en ningún lado. Más que para que cobraran los consultores.
Decíamos también que las buenas instituciones favorecen la creación de riqueza y su reparto equitativo. Y que, con malas, no hay sociedades funcionales, que puedan reflexionar sobre sí mismas y mejorarse. Sino una masa desordenada de individuos a la expectativa de conseguir sus objetivos en un entorno incierto: zorros y pobres diablos. O la combinación de ambos, alienando a otros y/o siendo alienados ellos mismos, cada uno en función de su poder y del azar:
Medios de comunicación que se autocensuran drásticamente porque dependen -también drásticamente- de una publicidad institucional de opaco reparto.
Cargos electos que se limitan a cobrar e intentar pasar desapercibidos, porque han descubierto que mejorar de verdad lo que sea es un infierno, y no ven a casi nadie que se lo vaya a agradecer.
Empresarios que tragan con toda la porquería que les caiga de las administraciones -retrasos en tramitaciones, inseguridad jurídica...- porque consideran que, con la mala imagen que tienen, mejor jugar desde la invisibilidad.
Ciudadanos que sufren muchas veces estas mismas penurias a nivel particular con sus proyectos y propiedades, pero que consideran que si los poderosos no pueden hacer nada, a lo máximo que pueden aspirar ellos a descargar su frustración con insultos bajo seudónimo en algún periódico digital.
Trabajadores en las administraciones públicas que renuncian a dar la batalla por su pequeña parcela de profesionalidad, y se dejan arrastrar por el torbellino de la mediocridad.
Jóvenes recién formados que olvidan pronto los grandes proyectos que soñaban desarrollar en su isla, y acaban adaptándose a lo que sea y centrándose en cumplir una jornada laboral. Y en coger olitas.
Creadores culturales que diseñan cositas cool, siempre con tono reivindicativo, pero que son en el fondo los más adaptados de todos, porque saben que dependen siempre de una autoridad que les sufrague reivindicar frente al sistema.
Todos colaboran para conformar lo contrario a una sociedad viva. Todos comen con temor y apresuramiento las oportunidades que logran arrebatar a la suerte, y hacen sus necesidades sobre las futuras oportunidades de sus hijos. Todos perpetúan, por acción y por omisión, una sociedad que parece incapaz de mantener un mínimo diálogo público y tomar decisiones razonables de futuro. Todos dicen anhelar una isla sobre la que cada día echan un pequeño o gran puñado de tierra.
Comentarios
1 Anónimo Mié, 02/11/2022 - 07:53
2 Ano-nimo Mié, 02/11/2022 - 20:08
3 El viejo Jue, 03/11/2022 - 06:32
4 Luis Arencibia Jue, 03/11/2022 - 15:56
5 El viejo Vie, 04/11/2022 - 06:51
6 Luis Arencibia Vie, 04/11/2022 - 14:28
7 pobrecito hablador Sáb, 05/11/2022 - 19:46
8 Roberto Dom, 06/11/2022 - 19:50
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