Tras la puerta de Jason
Al abrir la puerta del estudio sentimos que entrábamos, de alguna forma, en otra realidad, nos dimos cuenta que ese lugar tenía una energía especial. No era el mar atlántico tan presente, no era el silencio riguroso del trabajo concentrado en equipo, no era el olor a yeso y latex; lo que nos sedujo fue el misterio de ese mundo esperando a ser desvelado. Nos dimos cuenta poco a poco que estábamos ante un gran creador, alguien que trascendía lo normal. El estudio de Lanzarote del escultor inglés Jason deCaires Taylor es una puerta a la eternidad. Esa es la energía que percibimos, la que dejan los cuerpos que han sido modelados para vivir bajo el agua.
Jason deCaires Taylor es, quizás, el artista que trabaja dentro del land art con uno de los elementos menos usados en esta corriente artística, el fondo marino. El land art, línea que genera arte a partir de un lugar, y que de alguna forma ya trabajó César Manrique en la isla en los años 60 y 70, servirá para crear esta vez el primer museo subacuático de Europa, el llamado Museo Atlántico. Estas esculturas realistas, que tienen la particularidad de ubicarse bajo el agua, con el tiempo se convierten en arrecifes de coral. El Museo Atlántico será un jardín botánico donde modelos sacados de la propia Lanzarote, se dirigen hacia una puerta que lleva a otro mundo, el mundo submarino, al que Jason nos invita a transitar. Una visión, la del fondo del mar, que una isla referente mundial como Lanzarote no debería olvidar.
Mientras seguimos adentrándonos en su taller vamos identificando los distintos procesos de elaboración de su particular forma de mirar el mundo, los moldes, las ropas, los trozos de cactus, junto a las fotos de sus obras que él mismo ha tomado y que le han valido premios internacionales. Jason es algo tímido, con delicioso humor inglés, perfeccionista y estricto con el trabajo, pero cercano. Sorprende verle trabajar con su equipo, colaboradores venidos de diferentes partes, en perfecta armonía, como si de una colmena se tratara. A nosotros nos hace recordar al grupo de trabajadores que cambiaron Lanzarote con las ideas de Manrique, en “Las manos”, nuestro último documental se ponía en valor el trabajo en equipo, la fuerza del conjunto.
Mientras hemos compartido vida con él, han pasado por allí televisiones de medio mundo para interesarse por su obra, ha respondido a entrevistas de radio y ha dado las últimas directrices a otro proyecto ubicado en Indonesia. Lo que él hace es único y su poder mediático es enorme. En Septiembre cuatro de sus creaciones, que también estarán presentes en el Museo Atlántico, se ubicarán en el río Támesis de Londres, la ciudad dónde se formó, dónde pintaba graffitis en los vagones del metro. Sentimos que se ha hablado mucho de su obra pero queremos saber más de la persona, nos sentimos afortunados de poder hacerlo.
Su trabajo tiene una parte de azar provocado por los ciclos naturales. La obra es entregada a la Naturaleza para que esta la modifique y le de otro valor añadido que no es el valor humano. Jason busca que sus esculturas sean intervenidas por la Naturaleza, creando una sinergia entre la creación artística y la riqueza natural. Jason reivindica con su obra a la naturaleza como creadora, desde la sensibilidad hacia su protección y defensa. La principal vinculación con Lanzarote quizás está ahí, la Naturaleza como protagonista, como creadora en el concepto de ARTE/NATURALEZA/VIDA que defendió César Manrique toda su vida.
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