Sobre la peatonalización y el comercio de Arrecife
No sé si nuestra alcaldesa no sale de su despacho o si, simplemente, cuando lo hace, lleva puesta una mascarilla sobre los ojos, que le impide ver la realidad. En la reciente entrevista concedida a M. Riveiro para el Diario de Lanzarote, publicada el pasado 9 de mayo, sus declaraciones me producen una mezcla de estupor e indignación. Ante la pregunta de la pérdida de empuje comercial del centro de Arrecife a causa de la crisis generada por la pandemia, la buena de Ástrid achaca parte del problema (y cito textualmente) a "la actitud empresarial. Somos la única ciudad de Canarias en la que hay comercios que cierran por las tardes entre semana". Pues ahora me entero... ¿Dónde están esos comercios que solo abren por las mañanas o esporádicamente? Porque yo soy uno de dichos comerciantes, de los que de lunes a viernes estoy a pie de calle, abriendo de mañana y de tarde (¿le suena a usted de algo el turno partido, señora alcaldesa, o ese horario no se estila demasiado por el Ayuntamiento?) y lo único que veo es que la gran mayoría de las tiendas y comercios abren también por la tarde y muchos, entre los que me incluyo, los sábados por la mañana, algo que jamás, en su historia, han hecho los organismos oficiales. Así que no me hable usted de "actitud empresarial" y de que somos la única ciudad de Canarias cuyos comercios cierran a mediodía y no abren por la tarde (otra cosa es que unos pocos tengan horarios de verano, que de todas maneras no han entrado en vigor todavía), porque si algo nos sobra a los comerciantes son ACTIDUD y GANAS, virtudes que no abundan demasiado entre los dirigentes de la clase política. Ahórrese usted las amenazas, eso de que los comerciantes "van a tener que hacer un esfuerzo, porque se trata de un tema empresarial. El ayuntamiento no puede ponerles el dinero en las cajas registradoras", porque más bien es al revés: es usted —usted y su equipo, ya que tanto se vanagloria de haber aumentado la plantilla— quienes tendrían que ponerse las pilas, porque somos nosotros, los comerciantes, quienes llenamos, en parte, sus bolsillos. No confunda ni tergiverse el orden de las cosas.
Pero lo que me asquea de verdad es su demagogia barata respecto al tema de la peatonalización. Ahora resulta que, al contrario que en el resto del mundo (¿pero ha viajado usted por cualquier capital de Europa, mi niña?), la culpa de que bajen las ventas se debe al cierre de "dos vías principales de acceso al comercio: la Avenida Marítima y la calle Porlier y Sopranis, que es una calle fundamental". ¿En serio? ¿Cerrar una avenida y una calle al tráfico es impedir las vías de acceso al comercio, solo porque los coches no puedan rodar? No se puede estar más ciega. Lo que de veras potenciaría hasta límites insospechados el comercio y la belleza de esta maltrecha ciudad sería, para empezar, peatonalizar todo el centro de Arrecife. Embellecer sus calles, llenarlas de árboles e impedir el acceso al tráfico. Así las personas, ya sean residentes o turistas, podrían caminar en paz, entrar y salir de las cafeterías y las tiendas (algo básico para poder comprar) sin temor a que las atropellen, o sentarse tranquilamente a desayunar en una terraza sin necesidad de estar todo el santo día bombardeados por el ruido del tráfico, por no hablar de la contaminación, el humo y otras menudeces que usted, imagino, no percibe desde su despacho. No se necesita encargar ningún estudio para ello, sino aplicar un poco de sentido común, de lógica humana y comercial. Y dudo que la "mentalidad conejera" sea diferente al resto en ese plan; ya basta de abusar del tópico con fines políticos. Así que lamento decirle que la reapertura de la Avenida marítima o cualquier otra calle céntrica que proyecte usted reabrir (se intuye leyendo entre líneas), no es la panacea al entramado comercial de Arrecife, sino más bien su condena definitiva.
En una cosa le doy la razón, cuando usted dice que el "problema de fondo es que hay que peatonalizar con inteligencia". Eso es cierto. Lo malo es que yo no detecto ni un ápice de inteligencia en todo su discurso. Porque usted, lo que pretende, en el fondo —y ahí está la reapertura de la Avenida marítima al tráfico para demostrarlo, nada más jurar el cargo—, es DESPEATONALIZAR Arrecife, convertirla en un hervidero de coches y motos y camiones y hasta de patinetes eléctricos si me apura. Llevo casi tres años abriendo mi librería casi a diario en la calle Porlier y Sopranis, calle que usted tanto cita (por cierto, no la he visto pasar ni una vez por aquí, a ver cuándo viene a hacerme una visita; ¿o es que no tiene tiempo para leer?) y los pocos pivotes que limitaban la entrada del tráfico, los ha quitado usted, para habilitar una zona de carga y descarga al principio de la calle. Y lo que habría que hacer, aparte de regularizar la situación legal, es aumentar el número de esos pivotes, o buscar una solución práctica para que el tráfico no se cuele desde cualquier calle aledaña. Porque entran, impunemente, a todas horas y desde todos lados. ¿O necesito recordarle el árbol que atropellaron durante la pasada cabalgata de Reyes, cuando un camión, ¡nada menos que un camión!, entró por la calle Porlier porque ninguna medida se lo impide? ¿Y si llega a ser un peatón al que embiste? Dígame, y si llega a ser un chinijo, ¿qué? En su mano está prevenir la desgracia.
No suscribo, en absoluto, su afirmación de que "en Porlier genera más perjuicios que alegría para el centro". Aquí lo único que genera perjuicios, se lo garantizo, es el tráfico indiscriminado de la noche a la mañana. Perjuicios humanos y comerciales. Miedo me da usted cuando dice que "sobre esa calle vamos a estudiar seriamente qué hacer". Ojalá se refiera a cerrarla definitivamente al tráfico, y no a reabrirla otra vez, como parecen dar a entender veladamente sus palabras. Porque eso no beneficiaría a nadie.
¿Sabe? Le confieso que dentro de diez días tengo cita para empadronarme en el Ayuntamiento de Arrecife. De lo que usted haga, de las medidas que adopte respecto a este municipio, dependerá mi voto en las próximas elecciones.
Sin más, le saluda un ciudadano y comerciante preocupado por el pasado, el presente y el futuro de su ciudad.
* Propietario de la Librería La Madriguera, sita en el n.° 6 de la calle Antonio Porlier y Sopranis
Comentarios
1 Ventus Arborum Sáb, 14/05/2022 - 14:25
2 Anónimo Sáb, 14/05/2022 - 16:08
3 Comerciante Sáb, 14/05/2022 - 17:57
4 Librero Dom, 15/05/2022 - 11:51
5 Ventus Arborum Dom, 15/05/2022 - 15:25
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