Jaume Portal

Mentiras en/hacia los centros educativos ¿Guerra sucia?

Hago referencia al mensaje en redes sociales de 4ab_pdc, reproducido en la imagen que acompaña este texto, que es el nombre que ha utilizado un usuario cercano al IES Pto. del Carmen (municipio de Tías, Lanzarote), y digo cercano porque solicita que los interesados en matricularse en el centro contacten con esa cuenta. Hasta ahí la cercanía.

Puede que ese mensaje no diga nada a muchas personas, pero sí significa algo, tanto para algunos que están instalados en la descalificación permanente, como para aquellos en los que cala. Por supuesto, dice mucho a los centros educativos que son víctimas de estas campañas.

Es obvio que en ningún centro educativo está permitido fumar y que garantizar el cumplimiento de la ley corresponde en primera instancia al equipo directivo. Publicitar unas enseñanzas con el eslogan "Pintar y no fumar", por obvio, en el marco de un centro docente parece una simpleza, a no ser que lleve algún mensaje sólo apto para los que estén en la gracieta y para los supuestos afectados. Por tanto, ignoro si la propia comunidad educativa participa, si lo hace el profesorado, si queda restringido al equipo directivo o si, ni tan siquiera, tenga algo que ver con el centro.

Para quienes conocemos cómo se las han venido ventilando algunos, nos asombramos de las cotas de estupidez que puede alcanzar la naturaleza humana en el escenario educativo.

Sabemos que las manifestaciones de supuestas prácticas prohibidas o delictivas faltan a la verdad. Ha sido muy habitual durante años afirmarlo con el objeto de que se resienta el prestigio que cada centro se ha ganado con su trabajo, con la calidad de sus instalaciones y con la buena imagen que las familias y el alumnado trasladan de su propia experiencia y que los padres hemos conocido.

Además, "no fumar", y ahora lo entenderán mejor, se utiliza en su segunda acepción, la de las sustancias prohibidas, con lo cual se agrava la campaña de difamación que se publicita para divertimento de algunos. No se atrevieron a tanto, pero lo que habrían querido decir, y es lo que dicen habitualmente en la calle y en los pasillos, es "Pintar y no fumar canutos". Si la guerra sucia empieza así, no sé dónde acaba, por lo que esperaría que quien tenga constancia de hechos que contravengan la ley deben denunciarlo donde corresponda. Deben acudir a la Inspección Educativa o requerir la intervención de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. No quiero pensar que aquí subyace una guerra sucia para captar alumnado que prefiere optar por otros centros, y que lo hagan metiendo mierda sobre esa elección. Lo han hecho con los padres, con las madres y con el propio alumnado y ahora desde el anonimato. Esto complementa una práctica de la que muy pocos pueden negar tener conocimiento, que ha venido consistiendo en derivar fuera del centro a aquel alumnado con problemas de rendimiento, y hacerlo hacia otros centros durante el cambio de etapa, eso, a pesar de contar con los instrumentos y el personal para aplicar una respuesta educativa adecuada que o no saben o no desean dar. Sabemos que, felizmente, y no puedo utilizar un mejor término ni más preciso, este alumnado ha culminado con éxito su etapa en el centro al que ha sido derivado. Del mismo modo, siguiendo esta perversa política no escrita, se trata de mantener a toda costa en el centro de origen al alumnado que con buenos expedientes académicos ha manifestado su deseo de cambiar de centro educativo. Los argumentos para retener a ese alumnado son del mismo tono del motivo de este escrito, el del supuesto consumo de sustancias prohibidas en el centro al que se desea trasladar. Podemos imaginar la decisión de los padres cuando la fuente de esa información es persona autorizada ante los ojos de las familias, y podemos imaginar como se correrá la voz.

Si ese es el ejemplo que trasladamos al aula; si de la difamación hacemos una celebración en el centro; si esa es la forma de proceder y no hay quien ponga un reparo (por ejemplo, la dirección del centro, o de los centros), debemos concluir que la Educación en esta isla goza de una muy mala salud. Si ese mensaje se traslada al alumnado, a los padres y madres, y quien lo difunde tiene la autoridad que le confiere ser parte de la estructura de la función pública, por ejemplo, la situación se sale de madre fácilmente.

Hablar de pedagogía, de calidad de la educación, o de éxito escolar con semejante panorama, ya imaginan lo que importa con esta sociedad que estamos construyendo. Lo cierto es que no siendo ejemplar lo que sucede ahí fuera, no estamos haciendo nada para contrarrestar los déficits del sistema. Y no, seguro que no se fuman porros en ningún centro, pero que haya gente necesitada de alguna pastillita, no me extrañaría nada. Dejémoslo así.

Comentarios

me ha costado pillarlo, pero la verdad es que tiene razón, bastante rastrero el anuncio
He sido docente de ese centro y me parece que este artículo es una aberración al centro, su alumnado, profesorado y las familias que lo forman. No se qué tipo de intereses habrán ocultos tras esta crítica sin sentido sobre algo que ni si quiera es una cuenta oficial. Señor periodista, por llamarlo de alguna manera, qué está insinuando??? infórmese mejor. Supuesto periódico, por llamarlo algo, aquí puede escribir cualquiera lo que quiera??
Chor, para ser docente, no sabes leer.

Añadir nuevo comentario