Nieves Rodríguez Rivera

Ángel Guerra: un escritor comprometido

El 11 de febrero todos los canarios, pero especialmente los de Lanzarote, tenemos algo que festejar. Ese día, José Betancort, más conocido por el seudónimo de Ángel Guerra, será el protagonista del día de las letras canarias. De una vez y por todas, sale nuestro escritor de la postración y el olvido en el que se encontraba sometido, ya sea por desconocimiento, abandono o por el centralismo insular.

Por esta razón, no podemos más que alegrarnos de esta oportunidad que nos ofrece la posibilidad de descubrir la figura Ángel Guerra, no solo como escritor, periodista, político sino como un hombre profundamente humano.

Porque José Betancort fue, sobre todo, un escritor comprometido no solo con la sociedad de su tiempo y de su isla (durante una década fue parlamentario por la isla de Lanzarote) sino defensor de las causas nobles y los abandonados de la tierra. Con una mirada lúcida y cruda nos relata, a través de sus cuentos y novelas, las condiciones sociales y el empobrecimiento en el que estaba sometidas las islas a finales del S XIX y principios del S XX, haciendo especial hincapié en las relaciones sociales y la influencia del paisaje.

Combativo defensor de la igualdad de la mujer, tradujo del catalán al castellano la novela “Solitud” de la escritora catalana Caterina Albert (Víctor Catalán). En una época, donde la mujer era considerada un apéndice del hombre, fue un claro valedor de la igualdad de la mujer como reflejan sus crónicas, artículos periodísticos y toda su narrativa y en donde puede observarse el rechazo hacia la violencia machista.

Aunque vivió desde muy joven lejos de su tierra, como corresponsal en París, Londrés o Madrid, siempre llevó el amor a su isla por todas partes. Amigo de Galdós y de Emilia Pardo Bazán, entre otros, su generosidad le llevó a interceder como embajador de autores canarios, como Tomás Morales y Alonso Quesada en Madrid.

Humanista y hombre de acción, (siendo director de prisiones mejoró las condiciones de los presos). Su modo de combatir las injusticias fue siempre a través de la escritura, tanto en sus cuentos como en los diferentes medios periodísticos.

“Escribir en este momento se ha convertido en un verdadero compromiso social” expresa el premio nobel de literatura Le Clezio porque “Escribir es actuar (...) el único modo de acción que tiene el escritor es escribir”, hacernos conocer a través de la mirada del otro a nuestros vecinos, pero también de reconocernos; sirviéndonos de esta premisa, es indudable que el escritor de Teguise lo consigue, pues su escritura es su forma de combatir las injusticias sociales.

El autor lanzaroteño en sus cuentos, en sus novelas cortas nos descubre unos personajes labrados con jable y sal, nos describe la desgracia, la pobreza, la incomprensión, la brutalidad o la crueldad para denunciar el incivismo, el odio o la intolerancia. Pero también nos señala y nos muestra un paisaje propio, nos reconocemos en el vocabulario, en su su forma de contar y en la visión del mundo, nos reconocemos en ellos y nos reencontramos, formando parte de una isla, de una comunidad, con identidad propia que, desgraciadamente, en estos tiempos vemos como va desapareciendo.

Ta vez, el hombre adelantado que era, previó la aculturación que vendría después. Por eso, nombra para que existan, para que perduren en el tiempo, para rescatar del olvido nuestro léxico y reencontrarnos en él.

Léanlo y disfruten. Leerlo, hoy y siempre, es el mayor tributo que podemos hacerle.

Comentarios

Leer "La lapa" no lo hizo santo de mi devoción. Adjunto este enlace a mis notas de lectura de ese libro en 2018 tal y como las pasé a goodreads: https://www.goodreads.com/review/show/2519193355

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