La carretera que transcurre paralela a la playa de Famara, entre La Caleta y la urbanización Los Noruegos (Island Homes) “se desarrolla en las principales zonas de aportación de material y de movimiento dunar del Jable”. Es la zona de la playa donde más arena se acumula y la más transitada. “Esta situación genera una barrera para la aportación de material y de movimiento dunar” y también “condiciones de inseguridad para el tránsito de vehículos”.

Además, el previsible aumento del nivel del mar acabará restando espacio a la carretera. La solución, por tanto, pasaría por modificar los tramos y el diseño de esta carretera (LZ402) de forma que permita el acceso con vehículos al núcleo de Famara y la urbanización Island Homes. La principal solución constructiva es que la carretera sobrevuele la zona de El Jable, facilitando la aportación de material que entra desde el norte.

Y se proponen tres trazados alternativos. La primera alternativa sería hacer dos nuevos ramales que conecten de forma directa con las principales tramas urbanas de Caleta de Famara e Island Homes. La segunda, eliminar la carretera y trazarla sobre el viario preexistente de la urbanización Vista Graciosa, que no llegó a realizarse.

El acceso a Island Homes se realizaría en esta segunda alternativa mediante la adecuación del viario existente de la LZ-403, o camino de Las Laderas, y la tercera opción consistiría en adecuar la pista de tierra actualmente existente y en uso entre los núcleos de Soo y la Villa de Teguise. “Se trata de la opción más interesante a nivel medioambiental ya que retira por completo la transición de vehículos de las principales zonas dunares y arenosas de El Jable de arriba. Si bien, se presenta como la menos eficaz para el acceso a los núcleos residenciales”.

Todo esto lo dice un documento, el Análisis de impactos en el entorno del Jable. Famara, que se debatió en el último Consejo de la Reserva de la Biosfera, celebrado el 7 de febrero en Caleta de Famara. El trabajo se enmarca en medio de un proceso participativo que se inició en la tapa en que Elena Solís estuvo de consejera de Medio Ambiente del Cabildo.

Se llevó a cabo un proceso con actores clave en ese entorno, que ha cristalizado en este documento, que identifica los problemas existentes y aporta algunas posibles soluciones en cinco apartados generales: soporte territorial, patrimonio y paisaje, socioeconómico, infraestructuras, sistemas generales y dotaciones, y finalmente régimen jurídico.

Además de la movilidad, trata el problema del aparcamiento en Caleta de Famara. Señala, en este sentido, que hay dos realidades a considerar: la Avenida El Marinero, por la carga que soporta la vía y la prolongada permanencia de los vehículos, además del efecto paisajístico derivado de la pantalla que genera la hilera de vehículos estacionados en paralelo al frente litoral, y por otro lado los coches dentro del núcleo de La Caleta. En este caso, “la ocupación del espacio público es elevada” y falta orden.

En la Avenida se propone la limitación de los usos permitidos y generar una isla de aparcamientos integrada en la trama urbana de La Caleta. También se propone una zona de aparcamiento entre las calles San Borondón y Arrufo.

Fuera de La Caleta, se propone un estacionamiento en El Rincón y acondicionar el camino de Las Laderas para llegar a Los Noruegos.

Actuaciones

El documento recoge una gran cantidad de actuaciones con su problemática identificada, la solución y las alternativas posibles en los cinco ámbitos antes nombrados. Entre estas actuaciones están la restauración ambiental de jableras, retirada de escombros, restauración de la machacadora Vega de Yágabo, limpieza y retirada de plásticos, instalación de una depuradora en Island Homes, una restauración paisajístico-ambiental de los caminos y pistas que no estén inventariados o que ya no cumplan ninguna función relacionada con las actividades agrícolas, la recuperación del programa de banco de tierras, instalación de cortavientos tradicionales en zonas de cultivo, impulso a la comunidad de regantes con la puesta en funcionamiento de infraestructuras de almacenamiento de agua, así como incentivos agrícolas y ganaderos.

Además de la movilidad, el estudio trata el problema del aparcamiento en Caleta de Famara

También se propone la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) como Paisaje Cultural a El Jable de Arriba y El Jable de en Medio, y otras medidas sobre los caminos tradicionales, los yacimientos arqueológicos, programas de difusión y conocimiento del lugar o crear un centro de investigación y desarrollo medioambiental en El Jable.

Además, el estudio señala otras actuaciones, como la de incentivar las concesiones administrativas de las escuelas de surf, porque ahora no existe un instrumento que vele y haga mediación entre ellas y los usos que desarrollan en la playa, o establecer una zona de acampadas inserta en la trama del núcleo de Famara, “como parte del equipamiento estructurante a nivel insular dentro de la estrategia (aún por determinar) para este tipo de turismo de caravanas”. Sería un sistema similar al que ya existe en la playa de Papagayo.

Por último el documento propone, “dados los valores naturales del entorno de El Jable”, desplazar la realización de algunas actividades deportivas o de aventura a otros lugares, y se nombra la Travesía a nado El Río, el Ironman, Desafío Octava Isla, el Rally Tierra Isla de Volcanes y rodajes de diversas producciones audiovisuales.

“Una vez expuesta la información e identificada la problemática, se diseñan una serie de proyectos que actúan sobre cada impacto de forma que, de ejecutarse de forma coordinada, se espera una recuperación de todo el espectro de valores de El Jable, tanto del soporte territorial, como del patrimonio cultural e inmaterial que existe”, señala el documento.

El objetivo es “poner de relevancia el valor del corredor como manera de conservar un paisaje, cultura y sistema ambiental únicos en el Archipiélago, con el potencial suficiente para colocarse a la altura de otros paisajes agroambientales singulares de la isla como es La Geria o paisajes tan reconocibles como Timanfaya”.

“El Jable, mediante la ejecución de parte de estas propuestas, participadas con los agentes que han venido conservando sus valores hasta el momento, posee las características y valores necesarios para diversificar tanto los productos turísticos de naturaleza como aquellos anudados al turismo cultural y gastronómico”, concluye el estudio.