El Ayuntamiento de Teguise decidió en el pleno imponer una multa de 15.000 euros a Ignacio Laynez, un cardiólogo del Hospital clínico de Tenerife y veraneante habitual de La Graciosa por organizar, sin permiso, una carrera sansilvestre el 31 de diciembre de 2015 en la que participaron unas setenta personas. La denuncia la efectuó una agente de Parques Nacionales, pasó después al servicio de medio ambiente del Cabildo y es el Ayuntamiento el que ha puesto la sanción.

Se trataba de una carrera a pie para todas las edades, de cinco kilómetros, que salía a las 12:00 del mediodía desde un extremo del pueblo hasta el Barranco de los conejos, y vuelta. La carrera no requería de inscripción, no tenía cuota y no se montó ningún tipo de infraestructura en la meta, ni tampoco megafonía.

La sanción se tipifica como una infracción muy grave a la Ley de actividades clasificadas y espectáculos de Canarias por el desarrollo de una actividad deportiva sin licencia. El afectado presentó alegaciones en las que señalaba que era un evento de carácter privado y familiar. El Servicio de medioambiente del Cabido desestimó las alegaciones.

En un expediente de 15 folios, aseguran que en la carrera participaron unas cien personas, que no era de carácter familiar porque el afectado no demostró el parentesco con todos los participantes y que la prueba se anunciaba en Facebook.

Laynez destaca que la carrera transcurrió por el mismo camino por el que todo el mundo sale a correr o a pasear todos los días y que no tiene ánimo de lucro 

También señalan que la carrera transcurrió por un espacio de dominio público especialmente protegido, que se entregaron los dorsales en el teleclub, así como que había árbitros y que se entregaron trofeos por la noche durante la verbena, que fue retransmitida por la TV canaria, "por lo que es un evento abierto a la ciudadanía y de interés público". En la resolución no se indica ninguna afección al medioambiente.

Laynez, en conversación con Diario de Lanzarote, señala que era la octava ocasión en que celebraban esa carrera. Es un visitante habitual de la octava isla, junto a toda la familia de su mujer, y tiene casa en Caleta de Sebo desde hace más de 15 años. "La carrera no se le esconde a nadie, todo el mundo sabe que existe y corre la gente que está esos días de vacaciones en el pueblo", asegura. "Lo único que se hizo fue correr".

Actividades en Navidad

Todas las navidades organizan actividades, como esta carrera, o un potaje de berros en el muelle. "Fueron mis hijas las que pusieron en Facebook que se iba a hacer la carrera", señala. Destaca que las personas de la familia que no corrían, cronometraban el tiempo y que un hermano envió desde Madrid unos trofeos para entregarlos.

Señala que se siente dolido y herido pero no sólo por el dinero sino porque le estén acusando de hacer alguna actividad dañina para la Isla, de la que es “un enamorado”

Además, dice que la carrera transcurrió por el mismo camino por el que todo el mundo sale a correr o a pasear todos los días, que no tiene ánimo de lucro y que se hace "por hacer alguna actividad más en fin de año".

Señala que una de sus hijas vio a la vigilante de Medio Ambiente haciendo fotos y le preguntó si había algún problema y le contestó que no, pero después puso la denuncia. "Si nos hubieran dicho que había que pedir permiso lo hubiéramos pedido", asegura. De hecho, en 2016 pidieron permiso a Medio Ambiente del Cabildo y se lo concedieron, "pero al final no hicimos la prueba porque estaban los ánimos muy enconados".

Por último, destaca que se siente dolido y herido pero no sólo por el dinero sino porque le estén acusando de hacer alguna actividad dañina para la Isla. "Yo soy un enamorado de La Graciosa y no se me ocurriría hacer nada así".