'Secreto y pasión de la literatura': los grandes del último medio siglo según Juan Cruz
"Antes, si un escritor importante escribía sobre una obra, se hacía un 'bestseller', ahora da igual porque los escritores escriben para que los lea Internet", dice
El escritor Juan Cruz (Tenerife, 1948) ha presentado en Lanzarote su último libro 'Secreto y pasión de la literatura. Los escritores en primera persona, de Borges a Almudena Grandes' (Tusquets), en el que narra sus relaciones y encuentros con autores imprescindibles de la narrativa hispanoamericana del último medio siglo.
Lo ha hecho en la Sala José Saramago de la Fundación César Manrique, de la mano de su hija, Eva Cruz, quien por primera vez presentaba un libro de su padre. Para Eva Cruz, este libro es un trabajo caracterizado por "el entusiasmo y la sensibilidad", un texto que "parece un libro sobre escritores, pero es sobre la amistad".
Eva Cruz comenzó la charla con su padre hablando de Rafael Azcona, a quien este quería conocer, pero creía que era inaccesible. Fernando Trueba le dijo que no, que lo llamara, y se vieron ese mismo día.
"Esa tarde nos emborrachamos Azcona y yo", dijo Juan Cruz, y así empezaron a cimentar una amistad.
"Azcona tenía una vitalidad extraordinaria", recuerda Cruz, quien lo llamaba todos los sábados "porque la gente está muy sola". De hecho, una vez Manuel Vicent le reprochó por qué llamaba a Azcona y a él no y, desde entonces, habla con Vicent todos los domingos.
Eva Cruz explicó que, aunque se trata de un libro alegre, hay muchas despedidas en él y también se dibujan amistades entre escritores. Le preguntó a su padre por los años de la Transición y este le respondió que "eran por la noche y eran muy amistosos".
"El día eran los hechos y la noche los sueños", señaló. "Fueron años en los que teníamos la alegría de haber descubierto la posibilidad de decir no y estábamos estrenando el traje de la libertad", recordó el escritor.
En aquel tiempo conoció a editores como Jorge Herralde, Beatriz de Moura o Carlos Barral, "que inventó un modo distinto de relacionarse con el extranjero, hizo del extranjero una parte de España".
Juan Cruz contó cómo conoció De Moura en Tenerife junto a Domingo Pérez Minik, al que le había encargado el libro sobre la revolución surrealista en la isla, e hizo un inciso para hablar de César Manrique, "que inventó un territorio sin tocarlo"”.
"No rompió nada, solo puso el foco sobre lo irrompible, aunque después algo se ha roto", añadió.
También narró su amistad con Almudena Grandes, con quien salía de noche. Relató que la llevó en coche a Madrid en una ocasión y le confesó que estaba enamorada de un chico que resultó que era Luis García Montero. De Almudena Grandes, Juan Cruz conserva el recuerdo de que era la persona más generosa que ha conocido.
Juan Cruz asegura que su madre es la persona más importante de su vida literaria. Ahora está escribiendo un libro sobre ella, o en el que habla de ella, que sabía leer y escribir, algo que no era muy común entonces, y leía el periódico. "Yo le decía muchas veces: madre, así no se dice". Y ella respondía: "Yo sé decir hilo e hilacha y mierda pa' quien me tacha".
También habló de una entrevista que hizo a Günter Grass en 2015, un mes antes de morir, en la que el autor alemán describe casi con exactitud hace diez años la situación geopolítica actual, el peligro de alejarse de Rusia y lo que podría pasar si ganaban los republicanos en Estados Unidos.
"Lo sorprendente es que no veíamos lo evidente", confesó Cruz, que aclaró que Grass decía lo que decía porque vivió la Guerra Mundial “y lo que está pasando ahora no es muy distinto por completo a aquello que vivió él".
Terminó hablando de Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, de sus encuentros y desencuentros y de cómo se magnificó un puñetazo.
Ellos tenían "relaciones laterales" a través de Carmen Balcells y de él mismo: "Me llamó Gabo para que le dijera a Vargas Llosa que 'La fiesta del chivo' era un libro extraordinario y yo se lo dije".
De la misma manera, Vargas Llosa estaba en Oxford cuando se enteró de que estaban operando al escritor colombiano y le escribió un telegrama. "No eran amigos pero tenían una relación de respeto y nunca se zahirieron después, nunca se dieron otro puñetazo", aseguró.
Le preguntó Eva Cruz si hay poca generosidad entre escritores, pero su padre contó el encuentro entre Javier Cercas y Vargas Llosa, en una cena el 11 de septiembre de 2001.
Cruz había leído 'Soldados de Salamina' y lo envió a Vargas Llosa, que lo leyó, le entusiasmó y escribió un artículo laudatorio sobre la obra, que acabó encumbrando a Cercas: "Antes, si un escritor importante escribía sobre una obra, se hacía un 'bestseller', ahora da igual porque los escritores escriben para que los lea Internet".
El escritor tinerfeño alabó a Vargas Llosa, de quien afirmó que tiene una leyenda, una fama, por una "razón mezquina, porque es de derechas", pero sostuvo que él ha defendido al pueblo palestino y es un adalid de la libertad.
Añadir nuevo comentario