Se reabre el ‘eterno’ debate sobre Arrecife: las claves del nuevo Plan General de Ordenación
El futuro de Arrecife se va a decidir ahora. De manera inminente se abre el debate público sobre la hoja de ruta que marcará las próximas décadas de la capital de la Isla: el nuevo Plan General de Ordenación (PGO). Un documento estratégico en el que se decide prácticamente todo lo relacionado con la ciudad: dónde se puede construir y dónde no, en qué lugar va un parque, en qué zona no encontrará problemas una gran superficie comercial para implantarse o el sentido del tráfico en las calles.
La Consejería de Política Territorial que controla Domingo Berriel se ha comprometido a que en agosto se dará al pistoletazo de salida al periodo de exposición pública del Plan General en el que vecinos, empresas y entidades podrán presentar sus alegaciones para discutir el modelo de ciudad que ha elaborado Gesplan, que depende del propio Berriel.
Arrecife lleva más de dos décadas con un planeamiento que ha quedado desfasado y del que derivan buena parte de los ‘pecados’ urbanísticos que amenazan ahora las arcas del Ayuntamiento, como la calificación masiva de suelos privados para su uso público pero sin haber compensado ni expropiado a sus propietarios, que reclaman cifras astronómicas, que superan de largo los 400 millones de euros.
El Islote del Francés, el solar utilizado como aparcamiento frente al bar Ginory, varias piezas de suelo en la vía Medular junto a los Juzgados, los colegios Mercedes Medina y Los Geranios, el campo de fútbol de Altavista… la lista de contenciosos por expropiaciones es amplia. De momento, el Ayuntamiento ha ido escapando en varios pleitos cuestionando la propiedad del suelo, la superficie acreditada o el procedimiento seguido. En otros no ha tenido tanta suerte, y ahora mismo los vecinos de Arrecife están pagando 4,6 millones por la ocupación de los terrenos del parque de Altavista a sus dueños, los herederos de Librada Díaz.
Gesplan y el Ayuntamiento han renunciado en el nuevo Plan General a parte de esas zonas verdes o de uso público, calificadas el siglo pasado y cuyos dueños son privados, con la esperanza de que la guerra judicial abierta se pacifique, aunque hay propietarios como Jaime Cortezo, dueño del Islote del Francés, que ya han aireado su rechazo.
Así, lo que se plantea en suelos que antes tenían solo la calificación de zona verde es combinar su desarrollo urbanístico con la reserva de espacios libres de construcciones. Según el Plan General, se triplicaría la superficie de parques urbanos que existen en la realidad, pasando de 200.000 metros a 600.000, con la propuesta de diez nuevas áreas de esparcimiento, pero sin que fuera necesario expropiar. Esos nuevos parques estarían en Los Mármoles, en las salinas de Naos, en el Islote del Francés, en La Vega, La Bufona, Los Alonso, Altavista, El Cable y las Maretas del Estado.
Así será la expansión urbana de la capital
La futura expansión urbana de la ciudad pasa por ocho grandes zonas que se recogen en el Plan General, con la categoría de suelo urbanizable sectorizado: en el ámbito residencial se encuentra el polígono Maneje II, al sur de la circunvalación, junto a Altavista. Son 218.000 metros de superficie y la posibilidad de levantar unas 879 viviendas como máximo.
Entre la sede del Cabildo, la zona de El Cable y la autovía se localiza una bolsa de 201.500 metros, denominada La Bufona, de uso residencial (504 viviendas) y con uso turístico, comercial y comunitario como alternativas. Por otro lado, entre la vía Medular, San Francisco Javier y la circunvalación están encajados 143.000 metros de una futura zona residencial, con 358 viviendas y también usos turísticos, comerciales y comunitarios.
En el otro extremo de la ciudad se ubican las salinas de Puerto Naos, que están divididas en dos futuras urbanizaciones, cada una de unos 91.000 metros, y también cada una con la previsión de ‘salvar’ 12.000 metros de las antiguas salinas. Entre ambas urbanizaciones se estiman un máximo de 460 viviendas.
El Plan recoge tres futuros polígonos industriales: el de Los Mármoles, en la trasera del muelle, de 224.000 metros; Altavista Este, de 190.500 metros, al lado del polígono de Ikea; e Industrial Altavista, de 161.000 metros, pegado a Tenorio, que se legaliza.
Tres piezas clave
01. GARAVILLA. Hace una década se llegó a plantear la construcción de dos ‘torres’ de pisos, un centro comercial y un parking subterráneo. En el Plan General se descarta en la práctica el uso residencial en la manzana, de más de 52.000 metros cuadrados, donde se ubican tres superficies de alimentación. Se la considera un área de renovación urbana de uso industrial “con la posibilidad de desarrollar” el uso comercial “como alternativo”. Su ordenación se remite a un estudio específico con varias premisas: “Garantizar pasos de uso público” en el interior de la manzana y “dar respuesta a la fachada principal, en especial hacia la calle León y Castillo, dada la importancia de la misma”.
02. SOLAR FRENTE A GINORY. La misteriosa propietaria, Aurora Fuster Conrado, ha interpuesto pleitos en los que el Ayuntamiento se ha librado, por ahora, de pagar entre 20 y 31 millones de euros por calificarla de uso público también en los años 90. Fuster asegura tener 10.700 metros, el Ayuntamiento dice que la finca original tenía la mitad de superficie y que se amplió al mar, y la dueña acredita en títulos de propiedad apenas 1.630 metros. En el Plan General se plantea permitir que se construya sobre 2.800 metros, con la edificabilidad del casco de Arrecife. Se reservarían otros 9.205 metros para el denominado “Parque urbano Charco de San Ginés”.
03. ISLOTE DEL FRANCÉS. Una de las piezas más codiciadas y estratégicas del litoral de Arrecife, se calificó en su totalidad en la década de los noventa como parque urbano. Los propietarios (Jaime Cortezo y la familia Lamberti) han valorado el islote en más de 200 millones de euros. En el Plan General se dice que mide 57.093 metros. De su superficie, se reservan 15.000 metros para un parque y 5.700 para viales. ¿Qué se podrá construir? Edificios de uso residencial (141 viviendas como máximo), turístico o comunitario (deportivo, cultural o sanitario). ¿Y cuánto? Una superficie edificable máxima de 39.965 metros cuadrados y nueve plantas de altura tope. También se establece como criterio ubicar las construcciones “de forma que no se generen barreras visuales entre el Charco de San Ginés y el frente marítimo”. Cortezo ha criticado el planteamiento para el Francés.
Comentarios
1 Anónimo Sáb, 09/08/2014 - 08:52
2 Clara Sáb, 09/08/2014 - 10:05
3 ana Sáb, 09/08/2014 - 11:06
4 tanausú Sáb, 09/08/2014 - 13:38
5 maciot Sáb, 09/08/2014 - 13:43
6 Jaime Cortezo Sáb, 09/08/2014 - 21:25
7 Abogado Dom, 10/08/2014 - 14:27
8 tanausú Lun, 11/08/2014 - 10:57
9 Cada dia somos mas Mar, 12/08/2014 - 16:33
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