Los giros del mirador de Malpaso: las instalaciones sufren un abandono absoluto
En la fragua de los Perdomo, en el pueblo de Haría, se afilaron las herramientas con las que se construyó la sinuosa carretera de Malpaso. Primero fue un camino real sólo transitable a pie o en burro, luego se convirtió en pista de tierra para que pudieran pasar los carros que transportaban papas o gofio desde Los Valles. Más tarde se hizo la carretera que terminó de asfaltarse y ancharse con la llegada del tráfico rodado y el turismo.
En una de las curvas de la serpenteante LZ10, en una montaña abierta a tajos, Jesús Soto y César Manrique diseñaron un mirador en los años 60 del pasado siglo. Desde aquí la vista alcanza bancales, volcanes, palmerales, costa y una postal rematadamente bucólica del valle de Haría. Esta es la entrada más espectacular al pueblo. En Google, el común denominador de los viajeros deja su crónica en forma de foto o texto, y repiten los términos “sorpresa”, “verde”, “espectacular”, “diferente”, incluso “exuberante”.
Se plantaron varios dragos alrededor del edificio y se colocaron taburetes y bancos de madera para poder contemplar una de las panorámicas más espectaculares de Lanzarote. Del sencillo interior, destaca la madera rústica quemada y el cristal embutido en la piedra, sin marco, ni guía. Un pequeño bar con barra, un saloncito y baños. Tenía lo imprescindible para disfrutar de una parada en el camino, refrescarse, tomar algo, comprar un carrete de fotos o una postal y contemplar imágenes aéreas de Haría.
En Malpaso se veían y se ven margaritas de Famara, tajasnoyos (Ferula lancerottensis), bejeques, los puntiagudos cardos de Cristo (Carlina salicifolia) que revientan en grandes flores amarillas, tajinastes, plantas anuales como el botón de oro, el precioso tarabaste (Allium subhirsutum), la uva de risco (Sedum lancerottense), plantas crasas pequeñas que han construido su hábitat entre las rocas (Thymus origanoides), una treintena de líquenes (orchilla, escán…), una veintena de briofitos y musgos que tapizan la roca tras las lluvias y unas cinco especies de helechos que se desarrollan cerca del cauce del barranco Elvira Sanchez.
Aquí pueden verse cernícalos, bisbitas, alcaudones, mosquiteros, gorriones, currucas, gaviotas, tórtolas, cuervos y algún halcón de Berbería que planea por el barranco de Temisa y se acerca por la zona.
Es fácil escuchar el ulular de las lechuzas por la noche, también en las proximidades de Elvira Sánchez. Los lagartos de Haría campan a sus anchas, igual que los perenquenes, los escarabajos endémicos y otras especies que se han adaptado a vivir en la cresta de Malpaso, entre los desplazamientos de tierra y roca.
“Algo se hizo, pero al no estar gestionado por nadie, volvió a abandonarse”, recuerda un vecino de Haría
La flora y la fauna sigue siendo igual de fascinante hoy que hace cuarenta años. Pero el mirador se abandonó en algún momento de los años 90. Empezaron los robos, los desperfectos y las promesas de reforma. “Algo se hizo, pero al no estar gestionado por nadie, volvió a abandonarse”, recuerda un vecino de Haría. Se proyectó un circuito señalizado, con un pequeño puente con barandilla que permitiese caminar con seguridad por el filo El Cuchillo y un vivero de plantas autóctonas. El plan se presentó en la sala El Aljibe de Haría, pero nunca se hizo realidad.
En 2004, el ayuntamiento de Haría valoró las posibilidades del espacio y pensó desarrollar un Centro de Interpretación de la Biodiversidad, colocar bebederos para pájaros, instalar puestos de observación ornitológica, repoblar la zona y eliminar especies introducidas. Pero no se consiguió resolver la accesibilidad al espacio. El aparcamiento es muy limitado y se valoró la posibilidad de pedir cita previa y organizar transporte público desde Haría, conservando el entorno y apostando por un turismo ecológico. Tampoco cuajó este proyecto. Lo que sí se hizo fue construir un nuevo edificio de camino al Bosquecillo, donde se quiso organizar el mencionado centro de interpretación, pero el edificio no pasó de ser una estructura mal proyectada. Construida sobre un barrizal, los cimientos se agrietaron y tuvo que ser derribada.
Se valoró su restauración y convertir el mirador en un Centro de Interpretación de Flora y Fauna
En 2014, el ayuntamiento solicitó colaboración al Cabildo para financiar la restauración y el acondicionamiento del mirador. Objetivo: convertirlo, por fin, en un Centro de Interpretación de Flora y Fauna abastecido con energías renovables, autosuficiente. Se confirmó la inclusión del proyecto —presupuestado en 200.000— en el Plan de Infraestructuras Turísticas del Gobierno de Canarias. Durante mucho tiempo, en el exterior del mirador (que se anuncia con un “Mirador de Haría” escrito en madera, sobre la pared blanca) se colocó un cartel que levantó suspicacias y muchos chistes entre los vecinos del norte lanzaroteño: “Disculpe las molestias. El Cabildo trabajando para usted”, decía. A los vecinos les faltó tiempo para la réplica y durante mucho tiempo hicieron chistes a costa de la inoperancia institucional: “Claro, fueron a desayunar”.
Comentarios
1 Conejero Sáb, 02/01/2016 - 09:55
2 José M. Sáb, 02/01/2016 - 10:29
3 Uno Sáb, 02/01/2016 - 13:21
4 Hariano Dom, 03/01/2016 - 10:14
5 KUSKO Dom, 03/01/2016 - 19:14
6 patata frita Lun, 04/01/2016 - 12:12
7 Archivo Mar, 05/01/2016 - 13:10
8 patata frita canaria Mar, 05/01/2016 - 15:42
9 Vallero Vie, 08/01/2016 - 11:16
10 Criticón Vie, 08/01/2016 - 16:49
11 Un observador Dom, 10/01/2016 - 16:04
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