La productiva (y bonita) simbiosis planta-pez
Aprovechar el amonio que contienen las excreciones de los peces y convertirlo en nutrientes para las plantas. No es magia: se llama acción bacteriana. La acuaponía es un sistema agrícola que las civilizaciones china, azteca y egipcia ya practicaban al comienzo de nuestra era y que Gustavo Santana, licenciado en Ciencias del Mar, y la ambientóloga Yaiza Domínguez, están difundiendo en Lanzarote.
Gustavo conoció la acuaponía el verano pasado, buscando prácticas de fin de carrera en Gran Canaria. Cuando regresó a Lanzarote y comenzó la letanía de repartir currículos y buscar un trabajo, se le ocurrió montar un pequeño sistema de cultivo acuapónico en casa de sus padres, en el arrecifeño barrio de La Vega.
“A mi padre le gustan los animales y a mi madre, las plantas”, explica Gustavo. Así que diseñó un sistema que además de autoabastecer con plantas aromáticas la cocina de la casa, resulta muy decorativo. En un corredor bien iluminado de la casa, instaló un soporte de palés de madera, sobre el que colocó una pecera, una bomba de agua, un sistema de canalización por niveles con saltos que garantizan la oxigenación del agua y la inestimable ayuda de la gravedad.
El resultado es un frondoso rincón donde crece hierbahuerto, orégano cubano, albahaca, perejil, varias flores, una cinta y un poto, que han crecido de manera fulgurante en un tiempo inferior al habitual. Su pecera es decorativa y está habitada por varios gold fish y otros peces de digestión rápida, habituales en los acuarios domésticos. En Málaga, pionera española en este sistema, se crían otros peces de agua dulce como el bagre africano y el pacu, que sí se destinan al consumo gastronómico.
La diferencia con los cultivos en jardineras o en macetas es sustancial. En acuaponía, crecen más rápido y más vigorosas
“La acuaponía combina la acuicultura y la hidroponía”, explican los impulsores del proyecto, siendo uno de los sistemas de cultivo que menos recursos consume (mucha menos agua que la hidroponía) y que mejor rentabiliza la relación simbiótica entre las plantas y los peces. Unas bacterias llamadas nitrosomas convierten el amonio de los excrementos animales en nitritos y luego en nitratos, valiosas fuentes de nutrientes para las plantas.
En el sistema implantado en casa de los padres de Gustavo utilizan agua del grifo después de dejarla unos días al sol para librarla, mediante evaporación, de su alta concentración salina. Aunque las plantas depuran el agua, el tanque empieza a verdear cuando pasa un tiempo y es necesario retirar una pequeña proporción de agua, que utilizan para regar otras plantas de la casa.
“Aquí no se tira nada”, apunta Yaiza. Se trata, explican los promotores de Acuaponía Lanzarote, de un sistema que fomenta el autoconsumo y puede “dar solución al deterioro del suelo por sustancias químicas y la importación desmedida de alimentos, que implica grandes emisiones de CO2”.
En busca de la certificación ecológica
El Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), organismo encargado en Canarias en inspeccionar los cultivos ecológicos y dar la certificación oficial que los avala, ha dado una respuesta negativa a un sello ‘eco’ para la acuaponía. No es la primera vez. En Europa no existe certificación de producción ecológica para la acuaponía, porque la ley dice que sólo el suelo terrestre es susceptible de ser ecológico.
“Fomenta el autoconsumo y puede dar solución al deterioro del suelo y la importación desmedida de alimentos, que implica grandes emisiones de CO2”
Estados Unidos, Sudamérica, China y Japón son la avanzadilla de los sistemas de acuaponía a gran escala, que descubrieron de manera espontánea y natural los egipcios en el río Nilo, los chinos en los márgenes de sus campos de arroz y los aztecas, cuando vieron cómo crecían las plantas en las islas de tierra que estaban rodeadas por ríos llenos de peces.
El sistema requiere un tiempo de preparación. Al principio, es recomendable “para plantas aromáticas y ornamentales” y “a partir de los dos años” ya está preparado para cultivar fresas, cebollas, pimientos y cualquier otro cultivo que podamos tener en un pequeño huerto. La diferencia con los cultivos en jardineras o en macetas es sustancial. En acuaponía, crecen más rápido y más vigorosas. Balsas flotantes o soluciones verticales (botellas o tuberías de plástico) para plantas pequeñas... El sistema de acuaponía se puede adaptar a casi cualquier sitio, sólo hay que pensar en la forma de encontrar la solución más eficaz, sencilla y, a ser posible bonita. Pinterest está lleno de referencias.
Hace unas semanas montaron su segundo sistema acuapónico en la estantería de una persona interesada. Los costes del material para realizar una instalación sencilla rondan los 70 euros. ¿Ventajas? Es un circuito cerrado que gasta poquísima agua. No se utilizan abonos, ni productos fitosanitarios. Se reutilizan muchos materiales. Se ahorran recursos. ¿Contras? Se necesitan conocimientos, requiere mantenimiento continuo y el aporte de energía que supone tener encendida la bomba de agua durante 12 horas (no más, porque los peces no pueden estar estresados), pero que no debería ser un obstáculo con un panel fotovoltaico en casa.
Gustavo y Yaiza dicen que su proyecto encaja “perfectamente” en la Estrategia Lanzarote 2020 que plantea la Reserva de la Biosfera: es sostenible (para el medio, la sociedad y la economía), implica labores de divulgación y participación ciudadana (además de en centros educativos, piensan en trabajar con colectivos y comunidades de vecinos), reduce la dependencia agrícola exterior, promueve la autosuficiencia, reduce los residuos y optimiza el ciclo del agua.
El 31 de marzo impartieron un taller en la Casa de la Juventud de Arrecife, organizado por MJC Ambiental. Asistieron profesores del ciclo de educación ambiental del IES Zonzamas y diversas personas interesadas. El proyecto está en su fase inicial: Gustavo y Yaiza se conocieron a finales de 2016 en un periodo de prácticas en la Oficina de la Reserva de la Biosfera del Cabildo de Lanzarote y en enero lanzaron Acuaponía Lanzarote, un proyecto al que ahora dedican su tiempo libre y al que quieren dedicarse cuando acabe su trabajo en la administración. Su plan: explicar el proyecto en los colegios, porque es un buen ejemplo de física, biología y química aplicada; y asesorar e instalar sistemas domésticos; trabajar en algo que les gusta y que puede contribuir a mejorar la calidad de vida en la isla.
Comentarios
1 Gracias Dom, 18/06/2017 - 15:12
2 lola Vie, 23/06/2017 - 06:27
3 Tere Navarro Sáb, 17/12/2022 - 18:08
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