MEDIO AMBIENTE

La inmerecida mala fama del cuervo: tras casi desaparecer en la Isla, se está recuperando

Este animal se encuentra amenazado y, tras casi desaparecer, se está recuperando gracias a que se beneficia de las medidas de protección del guirre en Lanzarote y Fuertentura

Rubén Montelongo 1 COMENTARIOS 04/05/2023 - 07:03

Catalogar a un animal como bueno o malo es darle una visión antropocéntrica, pues en la naturaleza no hay ni buenos ni malos, solo especies que luchan por su supervivencia. Desde tiempos ancestrales ha existido un miedo, por ejemplo, hacia los lobos, que se ha generalizado a través de cuentos y leyendas. Lo mismo sucede con el cuervo, un pájaro con muy mala reputación. La realidad es que en las Islas existe una subespecie endémica, cuya presencia conlleva beneficios para el medio ambiente y con una inteligencia que le lleva incluso a imitar sonidos humanos.

El geógrafo, naturalista y periodista ambiental César-Javier Palacios, ha dedicado parte de su vida a la observación de este ejemplar endémico de las Islas. Este experto dio una conferencia organizada por la asociación Desert Watch en la que derribó numerosos mitos acerca de una especie, el cuervo canario (corvus corax canariensis), sobre la que pesa una “leyenda negra”.

De entrada, el primer error común, sobre el color: “No todos los pájaros negros son cuervos. El mirlo es negro”, especifica Palacios. Y es que los cuervos -córvidos- conforman una gran familia con 24 géneros diferentes y unas 120 especies en todo el mundo.

Contando todas las subespecies, Canarias “es su límite en el sur”, indica el naturalista. Al sur del Archipiélago no se ven estos animales. En las Islas, “esa endemicidad es más interesante”, añade. Para César-Javier Palacios, el éxito del cuervo, lo que le ha ayudado a llegar a “todas partes”, es que se trata de una especie “muy social”. “Ahí está su fuerza”, añade. Según explica el experto, los cuervos son capaces de reconocerse, se “individualizan”. “Siempre me imagino que dicen: ‘mira a Pepito, dónde va’”, ironiza.

Además, el propio periodista ambiental, que ha pasado años estudiando a estas aves, ha observado su comportamiento y cómo es la relación entre los cuervos. “Algunos se llevan bien con unos, mal con otros y algunos no se llevan bien con ninguno y se quedan apartados. Tienen su propia personalidad y aceptan jerarquías”, explica.

Las relaciones entre los cuervos son “sólidas y de largo recorrido”, resalta Palacios. De hecho, las parejas son prácticamente de por vida. Pese a que son sociedades complejas, su comportamiento se podría resumir en que las parejas están adscritas a un territorio, que es lo que les une, y los miembros de la pareja se reconocen, al igual que el lugar donde tienen que comer. “Incluso cuando han terminado de criar siguen estando más o menos juntos”, relata el experto.

Una de las peculiaridades del cuervo es que su crianza es de las más largas de las aves. Están mucho tiempo con los pollos, no solo alimentándoles sino también enseñándoles. Los cuervos también tienen una cultura “importante”, en el sentido de “todo aquello” que aprenden “de los demás, como las costumbres y maneras de hacer las cosas”, que se enseñan en el grupo. “Hay aves que pueden cantar sin haber escuchado nunca a nadie en su especie, pero necesitan escuchar a otros para aprender a cantar bien, y aprenden según están escuchando a otros, eso es cultura”, dice el naturalista.

Dentro de esa cultura se incluyen comportamientos sociales, como que se despiojan, se acarician y se miman entre ellos. Aunque no todo es positivo, también “se espantan o se picotean, te das cuenta de que tienen mala leche”, agrega Palacios.

Seguimiento

Que los cuervos pueden causar algún daño, en mayor o menor medida, es innegable, y es por esto que el naturalista propone medidas para limitar o eliminar esos pocos ataques que ocurren. Una de ellas es la estabulación del ganado en época de cría. “Las cabras tienen que parir en condiciones normales”, indica.

En Lanzarote hay medio centenar de parejas de cuervos, en Famara y El Jable

Otra solución que aporta es el control veterinario en los partos, para evitar la mortalidad perinatal. Además, algo que se está realizando de manera experimental es adiestrar a perros para espantar a los cuervos. “Si tú tienes un corral y te entran allí los cuervos es muy fácil adiestrar a un perro para que salga corriendo cuando los vea. Para eso están los perros ganaderos”, insiste.

Según Palacios, con esto, “tendríamos solucionada una parte” importante de la posible afección de los cuervos al ganado. ¿Cuántos hay? En la actualidad, la cantidad de corvus corax canariensis es escasa, apenas unas 400 parejas en todo el Archipiélago. En 2014 se hizo un estudio genético del cuervo canario y la conclusión que se sacó es “muy interesante”, señala el naturalista.

Los de La Palma son “los más puros”, los que poseen mayor riqueza genética. Los cuervos herreños eran más afines a los de La Gomera y los de Lanzarote y Fuerteventura son los más parecidos entre sí, pues “son la misma población, van yendo y viniendo”, explica Palacios, quien añade que también éstos tienen semejanza con los de Gran Canaria.

Pese a la poca cantidad de esta especie, se está recuperando en los últimos años. En 2009, el cuervo se podía ver en la cumbre y la zona menos humanizada de Gran Canaria. En La Palma solo en la Caldera de Taburiente y alguno en la costa. En La Gomera tan solo en la parte sur de la Isla. Por su parte, en Tenerife, en Teno y una pareja, o ninguna, en Anaga, “cuando antes era habitual verlos en las cañadas del Teide”, explica Palacios. En Lanzarote se estima que hay medio centenar de parejas y se les puede ver por la zona norte de la isla, en Famara y por El Jable.

César-Javier Palacios. Foto: Adriel Perdomo.

Paraguas biológico

Uno de los mayores problemas a los que se enfrentaba el cuervo era el veneno para gatos. Sin embargo, este peligro se encuentra más controlado. “Todos estos productos han de tener un registro, no se pueden guardar en casa, y eso ha permitido que se reduzca mucho este problema”, explica Palacios. También es cierto que este cambio “no ha sido solo porque queramos proteger al cuervo”, señala el naturalista, quien aclara que, curiosamente, si alguien ha podido salvar la vida al cuervo “ha sido el guirre”, pues tanto en Lanzarote como en Fuerteventura hace ya varias décadas que se han puesto en marcha proyectos para ayudar a este animal, que “comparte muchos problemas” con el corvus corax canariensis.

Ambos morían por el veneno, por choques contra tendidos eléctricos y por la falta de comida o la escasez de fuentes predecibles de alimentación. Por ello, destaca Palacios, “desde que les hemos puesto comederos, les hemos quitado y aislado los tendidos eléctricos y le quitamos el veneno, hemos conseguido que haya más guirres, pero también se han beneficiado los cuervos”, expone. A este fenómeno se le llama “paraguas biológico”.

También destaca que la gente en las Islas ya no dispara y, por todos estos factores, “el cuervo se está, por fin, recuperando”, explica el periodista ambiental. Precisamente, esta recuperación es positiva debido a lo que se conoce como servicios ecosistémicos. En el caso de los cuervos, al ser carroñeros, se alimentan de animales muertos. De esta manera, evitan la propagación de enfermedades y plagas.

“PRIMATES CON ALAS”

Dada su inteligencia, y que son sociales y oportunistas, a los cuervos se les llama los “primates con alas”. Tal es su picaresca que, como muestra el naturalista David Attenborough en un programa sobre esta especie en Japón, han aprendido a usar los vehículos en su beneficio. “Tiran las nueces en el paso de cebra con semáforo. Entonces, pasan los coches y esperan a que se ponga el semáforo en rojo para bajar al paso de cebra y como están todos los coches parados, se comen su nuez abierta tranquilamente”, explica Palacios.

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Quién cría cuervos le sacan los ojos

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