Estaba claro: primero las obras, después la oportunidad y ahora el estudio económico. Dice un estudio de Puertos Canarios, que se hizo por petición del Ayuntamiento de Yaiza, que el atraque de cruceros en Playa Blanca tendrá una rentabilidad económica “positiva para el destino turístico”. Expresado así es evidente: es bueno que haya más turistas para un destino turístico. Lo que pasa es que los pueblos, las ciudades, las islas... son algo más que destinos turísticos. No todo son cosas positivas. El puerto costó 45 millones de dinero público, así que habrá que ir descontando de los supuestos beneficios.
Es curioso que en el proceso del nuevo puerto de Playa Blanca no se hablara ni una sola vez de cruceros, a pesar de que se analizaron 26 proyectos distintos y de que el proceso duró 25 años desde su planteamiento hasta su inauguración. Pues los cruceros, como si no existieran. Hay multitud de noticias y entrevistas sobre lo buena que iba a ser la ampliación para el sector pesquero (hay 18 barcos en la Cofradía), para la operatividad de las navieras y, por supuesto, para la seguridad. Pero nada de los cruceros. Y resulta que ahora los cruceros es lo más importante. Se habla de cruceros de lujo, de pequeños cruceros que no compitan con Arrecife. Pero todo es empezar. Ya se hablará después de grandes cruceros, cuando los pequeños sean un éxito.
“La ampliación del Puerto de Playa Blanca no tiene la finalidad de resolver las necesidades planteadas para la comunidad, de comunicación o uso pesquero, sino la de fomentar los usos deportivos y comerciales, sobre todo de uso turístico”. En el año 2000, la Fundación César Manrique hacía alegaciones al puerto y decía eso. Las iniciaba así: “Lanzarote vive en la actualidad un intenso período de reflexión sobre su presente y su futuro, orientado por la convicción de la gran mayoría de sus ciudadanos de que frente al crecimiento sin límites es necesario contraponer estrategias y decisiones que garanticen los equilibrios ambientales y socio-culturales, la preservación del territorio y, al mismo tiempo, la calidad de vida de sus habitantes”. Si quitamos lo del intenso periodo de reflexión, nos vale para hoy.
Hablaba de no desvincular el desarrollo de infraestructuras de una concepción integral de isla y decía que “resulta desafortunado procurar resolver posibles necesidades de mejora de infraestructuras mediante la apertura y potenciación de nuevos polos de atracción turística, con el consiguiente aumento de presión sobre el territorio y las comunidades afectadas”. Pedía evitar duplicidades y sobrecargas y auguraba que el puerto sería una “puerta de dimensión estratégica por su repercusión y afección a la totalidad del territorio y de sus habitantes” y que “el tipo de turismo que se procura fomentar, de cruceros y de excursión, es de dudosa rentabilidad para el conjunto de Lanzarote”.
Lo hacía entonces con los datos en la mano de 1999, cuando habían llegado a la Isla 1,7 millones de turistas. Este año van a llegar casi el doble. Seguimos para bingo.
Comentarios
1 Jl gago Lun, 23/12/2024 - 09:14
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