La Fiscalía pide 36 años de cárcel para cinco acusados de traer a jóvenes de Nigeria y obligarlas a prostituirse
Entre las víctimas de la banda asentada en Lanzarote a la que se le acusa de trata de seres humanos había menores de edad
36 años de cárcel. Ésta es la condena que solicita la Fiscalía para cada uno de los cinco miembros de una banda asentada en Lanzarote a los que se le acusa de delitos de trata de seres humanos y prostitución coactiva. La investigación concluyó que traían a jóvenes de Nigeria, algunas menores de edad, a las que obligaban a prostituirse en Lanzarote y en las Islas Baleares.
El juicio se celebra el martes y el miércoles de la próxima semana en la Audiencia Provincial contra tres mujeres (Blessing E., Blessing A. y Patience D.O.) y dos hombres (Godday E. y Abel A.O.), todos ellos procedentes de Nigeria. En la investigación hay cuatro testigos protegidas, que fueron víctimas de la red de prostitución, en dos casos cuando eran todavía menores de edad.
Las víctimas, procedentes de Nigeria, eran engañadas con la promesa de obtener un trabajo cuando llegase a España y, en cambio, eran obligadas a ejercer la prostitución principalmente en la zona de La Rapadura, en Arrecife. Los miembros de la banda les sufragaban los viajes y les reclamaban una abultada deuda económica, “que las chicas se veían obligadas a pagar”, señala la fiscal Ramona Muñoz.
En Lanzarote, las chicas eran alojadas en viviendas controladas por la banda, en la céntrica calle Méjico o en Titerroy, y solo podían salir de sus domicilios para “ejercer la prostitución obligadas por los acusados”, entre la medianoche y las seis de la mañana, en La Rapadura. En ocasiones, “según las temporadas turísticas”, eran trasladadas hasta Mallorca para “ser explotadas ejerciendo la prostitución”. “Todo lo que ganaban”, entre 50 y 100 euros por cada servicio, “estaba destinado a pagar las deudas” por el viaje a España, “y por el alojamiento, agua y luz” y “manutención”.
“Para garantizar la explotación de las chicas y la continua inyección de dinero”, los acusados “no dudaban” en “ejercer cualquier clase de amenaza” a las jóvenes, a las que atemorizaban asegurando que harían daño a sus familias, además de someterlas a ritos de vudú y coaccionarlas con “violencia física o psíquica”. Las víctimas “eran conscientes de que una denuncia implicaría un riesgo para su vida”, añade la fiscal en su escrito de acusación.
Una de las víctimas fue captada en Nigeria con 16 años. Fue contactada por una de las acusadas, a la que conocían como 'Mama Daniel', que le facilitó el viaje en 2007. La menor pagó 1.200 euros por ocupar una plaza en una embarcación que salió de Marruecos hasta la costa de Granada, donde ingresó en un centro de menores.
La acusada le daba órdenes sobre “cómo tenía que evadirse del centro de menores”. A través de otros intermediarios, la obligó a viajar a Málaga, donde apareció otro de los acusados 'Papa Daniel' para trasladarla en avión a Lanzarote con documentación falsa y alojarla en una vivienda de la calle El Faustino de Titerroy.
A la víctima, los miembros de la banda la obligaron a pagar una supuesta deuda de 35.000 euros, además de pagar 200 euros por la habitación y 50 euros por la comida. Fue obligada a prostituirse durante cuatro años y sufrió maltratos físicos y psicológicos “si llegaba al domicilio sin haber ganado dinero con la prostitución”.
Las jóvenes eran captadas en Nigeria, obligadas a prostituirse en La Rapadura y pagar abultadas cantidades económicas
Otra de las víctimas fue trasladada de Nigeria a Ghana y, en un vuelo, llegó a Madrid en mayo de 2011. Fue recogida por una de las acusadas, Patience D.O., y alojada en un domicilio en Madrid, para ser trasladada luego a Lanzarote. En la Isla fue obligada a prostituirse en La Rapadura para saldar la supuesta deuda que le decían que había contraído con la banda, de 50.000 euros, además de tener que pagar 200 euros por alejamiento y 50 euros por la comida, “bajo amenazas” a la joven, a la que sometieron a un ritual de vudú, y a su familia.
Otra joven fue contactada en 2014 por una de las acusadas, Blessing A., conocida como 'Isoken', quien le ofreció un viaje a Europa, “corriendo con todos los gastos”, a cambio de una deuda de 30.000 euros. Antes de salir de Nigeria fue sometida a un ritual de vudú en presencia de sus familiares, “amenazándola” de que “si no pagaba la deuda contraída le iba a pasar algo malo”.
En abril de 2014 salió de Nigeria y unos meses después ocupó una plaza en una embarcación que llegó a Italia, donde ingresó en un centro. 'Isoken' le daba órdenes para escaparse y, con una tarjeta de identidad italiana falsa, viajó hacia Zaragoza, de ahí a Madrid, y luego a Lanzarote. También fue obligada a ejercer la prostitución y a pagar porel alojamiento y la comida.
Comentarios
1 Anónimo Jue, 11/10/2018 - 11:00
Añadir nuevo comentario