SECTOR PRIMARIO

La dura competencia de las grandes conserveras merma las posibilidades de la flota artesanal lanzaroteña

“Pesca artesanal, comida para toda la vida. Pesca de cerco, pan para hoy y hambre para mañana”, asegura Aquilino Arrocha, patrón mayor de la Cofradía de San Ginés

Fotos: Manolo de la Hoz.
María José Lahora 1 COMENTARIOS 19/09/2019 - 07:38

El pez grande se come al chico. El sector pesquero lanzaroteño está copado por una flota de carácter artesanal, algo que, contradictoriamente, limita su capacidad para competir con la flota de cerco en el reparto de las cuotas de las pesquerías de túnidos.

Andrés Cedrés, gerente de Optuna, y Aquilino Arrocha, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores San Ginés de Arrecife, analizan la situación de la flota atunera lanzaroteña, que tiene que lidiar con la competencia de los grandes barcos de cerco pertenecientes a las poderosas empresas conserveras y la dificultad de que la Unión Europea reconozca como pesca artesanal a toda la flota lanzaroteña.

El reparto de las cuotas de los túnidos sigue siendo el principal escollo al que se enfrenta el sector pesquero de la Isla. Las limitaciones en torno al atún rojo, cuya cuota sí ha sido incrementada para esta campaña, han dado paso este año a las trabas para la pesca del patudo o atún obeso, pesca de la que era la principal proveedora Canarias.

Andrés Cedrés recuerda que, sólo en Lanzarote, en una campaña se llegó a coger hasta 6.000 toneladas, cuando la flota atunera alcanzaba la veintena de barcos. En 2017 no llegaba a las 800, según las últimas estadísticas publicadas por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca.

“Antes nos dedicábamos solo a esa pesca o a la del atún listado, cuando había”, señala. Entre ambas especies suman el grueso de las capturas para la flota de Lanzarote, con un 36 y 27 por ciento, respectivamente.

Sin embargo, la cifra ha bajado en los últimos años a 2.500 y 3.000 toneladas en toda Canarias y en eso se basa la administración para establecer el reparto de las cuotas, pero hay que analizar el porqué. Primero por la disminución de la flota. En Arrecife solo quedan seis atuneros, y no se tiene en cuenta la flota artesanal de menores dimensiones que también se dedica a la captura de túnidos, según explican.

Sólo este año, el ICCAT, organismo encargado de fijar las cuotas de túnidos, ha establecido una limitación de 9.400 toneladas para la pesca de la tuna en España, de la que el 70 por ciento ya se había alcanzado a finales de junio por parte de la flota de cerco, justo cuando las embarcaciones lanzaroteñas comenzaron con esta pesquería, después de concluir con la pesca del atún rojo.

Así, la flota lanzaroteña se topó con que tan sólo restaban 2.800 toneladas a repartir entre el sector nacional. La situación obligó a decidir entre un parón para establecer el justo reparto de este tonelaje o seguir faenando hasta alcanzarla.

Afortunadamente, optaron por parar durante un mes, lo que les ha permitido, según estiman, alargar la temporada otros tres meses más. “Con esta parada tenemos la oportunidad de trabajar otros dos meses más. Mientras que si se hubiese seguido trabajando en ese momento ahora estaríamos parados y los cerqueros hubieran cogido casi todo el pescado”, comentan Arrocha y Cedrés.

La sorpresa fue que, en el nuevo reparto, se propuso que a los cerqueros les correspondía el 25 por ciento de lo que restaba y el 75 para los artesanales canarios, de artes menores, los dedicados a la pesca de curricán y algunos del norte de África. “Respondimos que no estábamos de acuerdo. Lo lógico es que esos cerqueros, que ya habían agotado el 70 por ciento de la cuota global, no entraran en el reparto, sino que fuera a parar a los que no habíamos capturado aún y los que nos dedicamos exclusivamente a esa pesca”.

Esta temporada parece que la flota pesquera escapará con cifras positivas. Sin embargo, el sector ya está pensando en qué será de la pesca en Lanzarote el año que viene. “Habrá que demostrar a la Administración con estudios del Instituto Oceanográfico los datos de lo que se cogía en Canarias, de lo que se captura en la actualidad y por qué ese descenso”, insisten los representantes del sector, a fin de que el reparto de cuotas sea más justo para las embarcaciones del Archipiélago.

Uno de los principales motivos para ese descenso de las capturas es la menor presencia de estas especies en aguas cercanas a las Islas, hasta el punto de que cada vez tienen que navegar más millas para mantener las cifras de pesca. A 1.200 millas de distancia, asegura Aquilino Arrocha que han llegado algunos barcos.

Quieren que se pongan todas las cartas sobre la mesa. “Nosotros no estamos acabando con las especies, son los cerqueros y los que emplean objetos, dotados de satélite, sonda y otros mecanismos que acaban hasta con las especies de menor tamaño, mientras el Gobierno está mirando para otro lado. Y eso es un crimen”, enfatiza.

Se pregunta qué va a ser en el futuro de estos atuneros si la situación continúa. Aquilino, también armador, lo resume en una sentencia: “Pesca artesanal, comida para toda la vida. Pesca de cerco, pan para hoy y hambre para mañana. Ellos mismos se van a perjudicar si continúan cogiendo los pescados pequeños”.

Aseguran que los cerqueros han llegado hasta el Atlántico oriental tras esquilmar el resto de caladeros. Explican la manera de operar de estas empresas conserveras, que han copado también el sur de África para conseguir las cuotas de pesca de esos países e instalar sus fábricas, respaldándose en que están creando puestos de trabajo.


Aquilino Arrocha y Andrés Cedrés.

Andrés Cedrés ha compartido alguna que otra reunión con los representantes de estas grandes empresas del norte del país, de los que dice que son unos “privilegiados”. En estos encuentros les recuerda que ellos pueden hacer frente a una mala campaña de túnidos con otras pesquerías, como la de la sardina, la caballa, la anchoa, el bonito y la mayor cuota de atún rojo. “Nunca se podrán morir de hambre y nosotros sólo pedimos seguir pescando atún”, apunta.

Considera que el sector lanzaroteño perdió una buena oportunidad cuando optó por comprarles las embarcaciones a esas mismas empresas y no reclamar que les transfirieran también la cuota de atún rojo correspondiente. No sabíamos que iba a haber cuota”, se lamenta.

Cedrés explica que mantener a flote un atunero supone un coste mensual de entre 25.000 y 30.000 euros y la desventaja, con respecto a barcos de menor tamaño y, por tanto, menor gasto, es que si la pesca del atún falla estos últimos pueden emplear otras artes y dedicarse a otras especies.

El año pasado, los atuneros de Lanzarote cifraron en 82.000 euros las pérdidas por armador en una zafra que califican de “terrible” y en la que tan sólo se capturó una cuarta parte de lo esperado. Este año aseguran que están consiguiendo sanear este déficit, gracias, en parte, a la sabia decisión de parar un mes para contar con lo que posiblemente serán tres meses de trabajo.

EVOLUCIÓN DE LA PESCA

El volumen de facturación de la pesca fresca en Lanzarote en la última década ha pasado de 1,7 millones de euros de 2008 a 5,3 millones de euros alcanzados en la campaña 2018, con una producción pesquera que ha superado las 2.000 toneladas en las últimas tres campañas, según los datos de la Consejería de Agricultura y Pesca del Gobierno de Canarias.

En 2016 se alcanzaron 2.279 toneladas por valor de 4,3 millones de euros, mientras que en 2017 la pesca fresca sumó 2.152 toneladas, alcanzando una cifra récord de facturación de 5,7 millones de euros.

En la campaña del año pasado, que los atuneros calificaron de “terrible” y con pérdidas valoradas en 82.000 euros por armador, la producción pesquera global de la Isla supuso 2.008 toneladas, valoradas en 5,3 millones de euros.

Las especies más significativas capturadas por la flota pesquera lanzaroteña son el patudo, conocido como atún obeso, que representa el 36,33 por ciento del total de la pesca, seguido del listado, que supuso el 27 por ciento de las capturas, mientras que el atún blanco suma el 11,79 por ciento del global. En menor cuantía se capturan la sardina, la sama, la vieja, el pargo o bocinegro y el mero.

Comentarios

Tienen mucha razon pero el problema con el ayun viene de antes, cuando no declaraban capturas de patudo, poque no tenian subvenciones de la UE, se decia que era listado, rabil, etc. No se puede ni debe ignorar la realidad y sus consecuencias

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