Janubio reclama a Europa que la sal marina de la Isla reciba ayudas para su “supervivencia”
La empresa Salinas de Janubio, que gestiona el espacio del mismo nombre el municipio de Yaiza, ha reclamado a la Comisión Europea que tenga en cuenta a la sal marina tradicional como un producto alimenticio y pase a recibir ayudas como las que perciben otros productos como el plátano –que se ‘come’ 141 millones-, el tomate o la uva.
El responsable de la empresa, Carlos Padrón, cuya familia lleva “más de 50 años” encargándose de la actividad salinera sin interrupciones, ha utilizado la consulta pública abierta sobre la revisión de fondos europeos destinados al sector primario de las regiones ultraperiféricas como Canarias, que va a determinar el futuro de las ayudas hasta 2020.
Destaca que la sal producida en las salinas marinas tradicionales como la de Janubio debe estar apoyada, “ya que es trascendental para la supervivencia de estos espacios”. En este caso, además de representar una de las estampas más características de Lanzarote, están consideradas espacio natural protegido, sitio de interés científico, bien de interés cultural, zona de especial protección de aves y área de sensibilidad ecológica. Una larga lista de figuras de protección que no se ha traducido en respaldo institucional para que persista la actividad, como que se queja el propietario de Janubio.
Padrón resalta que en la Isla se utilizan técnicas tradicionales, en las que juegan un papel fundamental “el sol y el viento”, sumados a una “ingeniería” propia y sin más maquinaria que el “rastrillo y la pala”. Denuncia que para las autoridades, la sal marina ha tenido la consideración de producto industrial y no agroalimentario, “esencial para la alimentación humana”, como sí ha reconocido la Unión Europea.
“La prueba más sangrante” de la discriminación que, a su juicio, sufre la sal marina es que mientras que este producto no ha sido hasta ahora “tomado en consideración”, la Unión Europea “apoya e incentiva, entre otros, productos como el tabaco en la isla de La Palma”, permitiendo subvenciones estatales directas de casi tres millones por tonelada.
Más producción que en La Geria
El propietario de las Salinas de Janubio incide en que, a una quinta parte de su rendimiento óptimo, con unas 2.000 toneladas al año, recolectadas de forma manual, produce en comparación la misma uva que La Geria, “e incluso en ciertos años bastante más”. Si la sal permanece excluida, subraya, se “pone en riesgo valiosos espacios naturales y culturales, así como una producción con hondas raíces históricas”.
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