El Charco de San Ginés es una de las postales más destacadas de Arrecife. Un estudio encargado por el Cabildo plantea diferentes alternativas para la recuperación de sus fondos marinos y del litoral. Del análisis pormenorizado se extrae una hoja de ruta para la laguna, con un presupuesto global de 4,6 millones de euros.

Hay varias conclusiones: se apuesta por evitar vertidos al Charco, que siguen castigando este emblemático espacio, se descarta la apertura de una nueva entrada de agua desde Puerto Naos y se plantea la colocación de pantalanes. Estos son los principales problemas y medidas para solucionarlos.

“Degradación ambiental”. El estudio, fechado este año y al que ha tenido acceso Diario de Lanzarote, parte de que el Charco “ha sufrido una degradación ambiental en sus fondos marinos” desde los años 70 del siglo pasado. Uno de los problemas de la ciudad es una red de saneamiento diseñada para una población de 21.000 habitantes hace medio siglo. Otro es que las lluvias producen inundaciones, especialmente en la zona baja de la ciudad y afectan al Charco.

La mayor parte de Arrecife vierte el agua de lluvia a la red de saneamiento y, con precipitaciones moderadas, las redes se desbordan y las estaciones de bombeo de aguas residuales colapsan. Es lo que sucede con tres estaciones de bombeo en el entorno del Charco: la de La Puntilla, por la que pasan unos 150 metros cúbicos al día. “No solo recoge las aguas residuales, sino también las aguas pluviales, ya que en esta zona no hay red separativa”, se explica en el estudio.

Sucede lo mismo con otra denominada Barquillos, de 250 metros cúbicos de agua, en la Avenida César Manrique que circunda el Charco. Bombea hacia la zona de Hermanos Zerolo, pero en episodios de lluvia “colapsa vertiendo al Charco”. En esa otra zona, aunque está más alejada del Charco, a unos 250 metros, hay otra estación de bombeo que es “uno de los puntos críticos de vertido”, porque con precipitaciones vierte sobre la calzada hasta desembocar en la laguna.

De igual modo, se producen vertidos directos al interior del Charco cuando llueve, “concretamente en la zona de Cuatro Esquinas”. El agua “arrastra” una “gran cantidad” de elementos sólidos, “así como contaminantes”.

Precisamente estos vertidos se producen en la parte con menos corriente “y por tanto con mayor probabilidad de acumulación” de materiales sólidos que se depositan en el lecho marino. La mezcla de aguas residuales, agua de lluvia y elementos sólidos es lo que “ha provocado la acumulación de fangos en el fondo” de esta laguna que tiene unos 1.500 metros de perímetro: 642 de largo y 209 de ancho.

Se desaconseja el dragado del fondo marino: “Podría resultar perjudicial”

Evitar vertidos. Entre las medidas estructurales propuestas se encuentra adecuar la red de pluviales y la de saneamiento para erradicar los vertidos en el Charco cuando llueve. Se solucionaría, según el citado estudio, con una estación de bombeo de aguas pluviales y un tanque de tormentas, un depósito para capturar y retener el agua de lluvia.

También se incide en intervenir en la “problemática” que existe en la red de saneamiento, para lo que sería “necesario” acometer dos nuevas estaciones de bombeo de aguas residuales, la remodelación de las que existen y un depósito de retención.

En las obras de la red de pluviales del Charco habría que invertir 718.000 euros y para el saneamiento unos dos millones de euros.

Otra realidad que perjudica la salud del Charco de San Ginés es “la presencia de conducciones y canalizaciones para el desagüe que vierten” en la laguna. Al Servicio de Contaminación de Aguas y Suelos del Gobierno de Canarias no les constaba “ninguna solicitud de autorización de vertido” desde las inmediaciones, “pero sí que tienen vertidos censados” y que no cuentan con permiso.

En los últimos censos se identifican tres puntos específicos de vertido. El estudio alerta de que “son especialmente graves los vertidos que descargan” en el Charco por el riesgo de que la masa de agua reciba un aporte muy elevado de nitrógeno y fósforo.

En la actualidad, el Charco está comunicado con el mar por un único canal de 29 metros de ancho. Una parte importante del lecho marino, principalmente en las zonas más profundas, está recubierta por un alga verde conocida como Valonia aegagropila, con forma de pequeñas pelotas.

“Respecto a la idea de realizar un dragado en la zona para la limpieza de los lechos, no se considera necesaria la ejecución de este tipo de intervención”, señala el estudio, porque “podría resultar perjudicial, incluso trascendental, para estas comunidades biológicas asentadas” en la laguna, que generan “un efecto beneficioso para la calidad ambiental”. También concluye, según unos análisis efectuados para el trabajo, que existe “una rápida tasa de renovación en las aguas” del Charco.

“Es necesario impulsar la protección de esta zona por su alto valor ambiental”

No abrirlo a Naos. Una de las ideas que ha sobrevolado el debate público durante años es recuperar la conexión que hace décadas tenía con la zona de Puerto Naos. El estudio contratado por el Cabildo, elaborado por LC30 Consultores, analizó informes previos, del control ambiental de las obras de ampliación del Puerto de Arrecife y del muelle deportivo Marina Lanzarote.

“Durante las operaciones de dragado para el puerto deportivo se encontraron restos” de los vertidos de las fábricas de pescado asentadas en el Islote del Francés, que en 1973 obligaron a cerrar el Charco por ese punto. La conclusión del nuevo estudio es desaconsejar la apertura del Charco hacia Naos, por la “posible” pervivencia de restos de vertidos procedentes de las factorías de pescado y por la “detección de contaminantes” en Naos.

Sí se recomienda “un mantenimiento en la zona de los puentes para evitar la acumulación de sedimento y asegurar un buen calado y circulación para la entrada y salida del agua”.

Parte del Charco de San Ginés próxima a las Cuatro Esquinas. Foto: Adriel Perdomo. 

Pantalanes en el Charco. El estudio subraya que “no existe regulación de los fondeos” en el Charco y que “muchas” embarcaciones “carecen de autorización administrativa”. Los dueños, señala, “aprovechan el ‘vacío legal’ existente para no pagar atraque”.

El Ayuntamiento capitalino aprobó en 2021 la ordenanza de uso y gestión del litoral, para regular el fondo y limpieza de las embarcaciones. El estudio plantea la retirada de la “maraña de cabos” en el Charco que “imposibilita” la práctica de deportes náuticos, sacar también aquellas embarcaciones que no cumplan la normativa y la “creación de una zona legalmente autorizada para el fondeo de embarcaciones, que permita compatibilizar el uso del Charco con otras actividades”.

La propuesta sería colocar seis pantalanes, con 180 plazas en total, en frente de la Casa del Miedo y, por esa ribera, en dirección hacia la zona de Cuatro Esquinas. Retirar los cabos del fondo del Charco saldría por unos 99.000 euros y los pantalanes unos 280.000 euros.

Protección ambiental. El Charco de San Ginés no cuenta con ningún tipo de protección ambiental. En el año 2000 se intentó la declaración como Sitio de Interés Científico de todo el litoral de Arrecife, incluyendo el Charco, pero la iniciativa no prosperó. En la pasada legislatura, en el Parlamento se volvió a demandar la protección de la marina arrecifeña.

Desde el arranque de este año, las competencias en Costas están transferidas a Canarias y la consultora contratada por el Cabildo considera “necesario” impulsar la protección de esta pieza del litoral, “por su alto valor ambiental”.