Haría: oasis insular de la artesanía
El mercado de la localidad norteña ofrece el mejor escenario para promocionar la calidad de la producción artesanal de Lanzarote entre una “exclusiva” clientela
El mercado de artesanía da vida a Haría y Haría da vida a la producción artesanal de la Isla. Francisco González Lemes, artesano del jable, es uno de los veteranos del mercado de Haría, uno de los escasos reductos en los que presentar la producción cien por cien artesanal de la Isla. Entre los participantes se valora de forma positiva la oferta del Cabildo de Lanzarote para que los artesanos vuelvan a ser proveedores de los artículos en venta en las tiendas de los Centros Turísticos. Francisco dice que esta colaboración “está por ver”. “Llevo escuchando esto desde hace treinta años”, comenta entre risas.
Él es uno de los afectados por la deficiente gestión llevada a cabo en mandatos anteriores y que dio al traste con la oportunidad de exponer en estos establecimientos la artesanía lanzaroteña, reemplazada por proveedores foráneos y souvenirs made in Taiwan.
Marta Orozco, especializada en joyería y acuarelas, lleva en el mercado de Haría una veintena de años. Destaca que una de sus fortalezas es su “exclusividad”. “La gente que busca artesanía viene aquí”, señala.
Tanto Francisco como ella opinan que este mercado, caracterizado por la veteranía de sus participantes, mayoritariamente de la zona norteña, puede seguir dando cobijo a nuevos artistas. “Hay que tener apertura para nuevos creadores, mientras haya calidad y sea realmente artesanía”, comentan.
Los artesanos que participan en el mercado de Haría destacan también la buena relación con el Ayuntamiento. “Nos aprecian, nos cuidan y nos valoran”, resume Marta. “El mercado nos da vida y nosotros damos vida al pueblo. Es un tesoro del que viven muchas familias”, concluye.
El alfarero y ceramista Aquilino Rodríguez Santana, con taller en Ye, pertenece también al sector veterano. Ni recuerda cuándo empezó a participar en el mercado de Haría. Lo describe como “cien por cien artesanal, el más bonito de Canarias y un referente insular” en el que destaca también la variedad de productos, dando cabida a artesanía tradicional y también contemporánea. “En Haría podemos competir porque todos somos artesanos”.
En relación a la propuesta de los Centros Turísticos para vender la artesanía lanzaroteña en sus tiendas, se muestra esperanzado. “Por primera vez oigo un discurso coherente”, en referencia a la reunión mantenida con representantes del Cabildo. Considera inconcebible que se vendan productos del exterior en los CACT. “César no hubiera permitido que vendieran una cosa de plástico en alguno de los centros creados por él”.
Explica que el Cabildo también ha propuesto a los artesanos la elaboración de artículos propios para la venta en estos establecimientos, con una “idiosincrasia propia de la Isla”. Aquilino considera relevante tener como referente a ese otro turismo que acude a la Isla con mayor poder adquisitivo y “gasta”.
Aquilino Rodríguez Santana.
Aurelio Pérez de la Cruz, vecino de mercadillo de Aquilino, comparte la misma idea sobre la venta de artesanía en las tiendas de los Centros. “Hacía falta una propuesta como esta porque si no se le da vida a la artesanía se muere”. Aurelio es artesano cantero. Comenzó tras la crisis de 2008 influenciado por otros compañeros artesanos. Ha trabajado la cerámica y el barro, pero siempre se decantó por la artesanía en piedra. Su colección de pescaítos le caracteriza.
Aurelio lleva ocho años participando en el mercado norteño. “Todo es una armonía: el entorno, los compañeros, la música…”, comenta este artesano que tiene entre sus proyectos futuros poder disponer del carné de maestro artesano y enseñar a las nuevas generaciones. “Es difícil encontrar a jóvenes trabajando la artesanía en piedra, al igual que ocurre con la cestería. Es importante que estos oficios no se pierdan”, señala. Aurelio aboga por la realización de cursos que permitan desarrollar estas artesanías en riesgo.
Edel Fleites Brito es el único artesano del puro de la Isla, regenta un puesto en el mercado de Haría donde da a conocer la elaboración manual de estas joyas del tabaco. Llegó hace 16 años a Lanzarote procedente de Cuba, donde aprendió el oficio hace ya más de treinta años. Desde hace tres trabaja por su cuenta. Sobre los problemas que pueden surgir por las leyes contra el tabaco y la negativa imagen del sector, defiende que “nada tiene que ver el puro con el cigarro. Esto es totalmente natural”.
Recuerda que Canarias fue un referente en la plantación y fabricación de tabaco y considera necesario rescatar esa tradición. “Es una artesanía que forma parte de la historia y la cultura de las siete Islas, no sólo de La Palma”, dice.
“Seña de identidad”
Dos actuaciones musicales amenizan la mañana del sábado. Dusan Davoli, nacido en la isla de Sicilia, es uno de los músicos que actúa en el mercado, en rotación, porque tan sólo existe autorización para establecer dos escenarios en el mercadillo en el que hasta hace poco podía verse a los vecinos de mayor edad sentados alrededor de los árboles que presiden la plaza de Haría, a modo de mentidero. Ahora unas vallas obligan a realizar la charla de pie. Los residentes gustan de participar de la atracción del mercado.
En torno a los establecimientos de hostelería se reúnen grupos de conocidos. El propio alcalde, Alfredo Villalba, se para a charlar con algún vecino antes de acudir a la sesión plenaria convocada. Asaltado por la prensa comenta las bondades del mercado de Haría como “atractivo turístico y seña de identidad de la localidad”. Recuerda que ante la demanda existente de nuevos participantes hay que actuar con “pausa y cabeza” para que no pierda su encanto y puedan incorporarse también nuevos productos comestibles.
Aurelio Pérez.
Pedro, un vecino del corrillo de la plaza, considera que “Haría sería el mismo pueblo con o sin mercado: muy maravilloso”. Por su parte, Carmen Betancort, artesana de la roseta, recuerda los orígenes del mercado: “Fue en la época de Chana Perera al frente del Cabildo cuando se ideó este mercado en la Feria de los Dolores. Más tarde, con Juan Ramírez como alcalde, los artesanos propusimos hacerlo en el pueblo, hace ya más de treinta años”.
Afortunadamente, el oficio de Carmen es uno de los pocos que están siendo rescatados, gracias, en parte, a los talleres impartidos por otras roseteras, como Macarena Arrocha. Alimentos arte-sanos Haría hace acopio de panes, dulces y quesos elaborados de forma artesanal, junto a frutas y verduras ecológicas, como las que ofrece Joaquín Aguado, responsable de la finca Veguetas de Guenia en El Mojón.
Joaquín lleva catorce años acudiendo semanalmente al mercado de Haría. Es uno de los representantes del sector primario que acuden cada sábado a la localidad norteña con productos también para una clientela selecta. Comenta que “en Haría destaca la preocupación de los clientes por adquirir producto local y sano, aunque al principio fue duro trabajar este producto porque no había concienciación”.
Comenzó en el colectivo La Tanganilla y gracias a la población extranjera que acudía a la Isla pudo dar salida a sus cultivos. Con el tiempo, se fue extendiendo la cultura ecológica entre el cliente local y, a día de hoy, ya se equiparan ambos públicos. Cuenta con una clientela fija y también con la fidelidad de aquellos extranjeros que pasan largas temporadas en Lanzarote y a quienes provee de sus propios cultivos, junto con otros productos adquiridos en la Isla, como los tomates de Rogelio Viñas, o frutas del resto del Archipiélago, al objeto de que sus clientes cuenten con todo el surtido de frutas y verduras que necesitan.
La masa madre del panadero Andy Brot alimenta también a los visitantes del mercadillo con un puesto con mucha veteranía en el entorno próximo a la iglesia, que ha dado de comer a residentes de la zona desde hace ya ocho años. El queso corre de la mano de Montaña de Haría. Como representantes de los puestos de comestibles, también se asienta desde hace dos años la marca Dulce Haría, de la mano de Ruymán De León y su pareja, la norteña Rosa María Pérez Betancort, encargados de elaborar dulces artesanos retomando la tradición repostera de la zona. “Lo que nos atrae de este mercado es el requisito de que cada participante elabora su propio producto, sin intermediarios”.
Al calor de este exclusivo y artesanal entorno se han originado nuevas oportunidades de negocio, como la que vio Mikel con el restaurante Folelé. El joven estudió Periodismo y tras residir anteriormente en Bilbao y Reino Unido decidió regresar a su pueblo para dar nueva vida a un antiguo establecimiento ubicado junto a la tienda que, desde hace 15 años, pertenece a su familia y da nombre al restaurante ubicado en la mismísima plaza del pueblo. El hostelero da servicio a los transeúntes, pero también se beneficia del bullicio del sábado de mercadillo. “El mercado es una inyección para la localidad”.
Una artesana novel se abre hueco en el mercado de Haría con su trabajo con papel y cartón. El nombre de Papermama, firma de la peruana Nadezhda Neyra, conocida como Nadia, afincada en Lanzarote, proviene de un juego de palabras con el vocablo ‘pachamama’ como llaman a la madre Tierra en su país de origen y la denominación inglesa de papel. “Yo quería transmitir el nombre de que mis figuras salen de mis propias manos”, comenta para explicar el motivo de su denominación comercial.
“El papel es un material sencillo, con mucha practicidad para convertirse en cualquier cosa”, señala cuando se refiere a su pasión por este arte que desarrolla desde que estudiara teatro en Perú. Emplea viejos periódicos en la elaboración de sus creaciones para contribuir al reciclaje. Nadia lleva tan sólo seis meses participando del sábado norteño de forma provisional, después de estar casi un año llamando a las puertas del Ayuntamiento para conseguir el puesto.
Nadezhda Neyra: “En Haría hay cabida para nuevos artesanos”
“Queríamos estar en el mercado de Haría porque es muy artesanal. El único en Lanzarote donde todo lo que se vende es únicamente artesanía. Los visitantes saben a lo que vienen y aprecian nuestro trabajo”, añade. Su taller está en Costa Teguise y participan en el mercado de La Villa, pero su objetivo final es conseguir la permanencia definitiva en el de Haría. Nadia destaca el compañerismo entre los participantes del mercadillo norteño.
“Fuimos muy bien recibidos y nos ayudaron en todo, incluso prestándonos algunas telas para protegernos del viento cuando llegamos sin estar muy preparados”. Nadia proviene del mundo teatral, en el que se encargaba de elaborar títeres con papel maché o máscaras. “Me di cuenta de que con el papel se podía hacer cualquier cosa, hasta paredes”, explica.
A raíz de ahí, comenzó el trabajo de investigación para perfeccionar las figuras de papel que componen su colección. Tras asentarse en Lanzarote hace cuatro años contaba con tiempo libre para dedicarse de lleno a esta nueva labor hasta el punto de que vieron la posibilidad de ofrecer al público sus creaciones. Obtuvo entonces el carné de artesana y una plaza en el mercado de Teguise y Costa Teguise, pero consciente de que el mejor lugar para lucir sus artículos es Haría.
“En Haría hay cabida para nuevos artesanos”, como ella, a la que le gusta “innovar” para contar con nuevas propuestas que ofrecer a sus clientes, como los pendientes que luce, a modo de barquito de papel, que asegura es la primera vez que realiza.
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