Estela Fernández es una abogada experta en Extranjería y en Laboral, de forma especial en cuestiones relacionadas con el sector de la hostelería y la restauración, ámbito en el que ha trabajado desde los 18 años, al mismo tiempo que desarrollaba sus estudios de Derecho. Originaria de Galicia, se adentró en el mundo laboral para seguir los pasos de su familia en un establecimiento de O Grove (Pontevedra). Aterrizó hace 23 años en Lanzarote, donde ya residía su hermana y optó por el sector de la hostelería, posponiendo sus estudios unos años más, que había iniciado en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), hasta que decidió concluirlos en la UNED.

En la actualidad, desde su despacho en el espacio Semillas de Talento, del Vivero de Empresas de la Cámara de Comercio de Lanzarote y La Graciosa, abarca temas de extranjería y laborales, principalmente en la hostelería. No solo defiende a trabajadores, sino que aboga por una mayor formación del empleador. Ambos, dice, pueden sufrir indefensión por “el desconocimiento de sus derechos y deberes”.

Sobre extranjería y hostelería argumenta que tienen mucho que ver entre sí, dado que una gran parte de los empleados en el sector son de origen extranjero. Se trata del sector económico con más empleo directo en Lanzarote: unos 22.000 puestos de trabajo de los 67.600 empleos que genera la economía insular, según las cifras oficiales de la Seguridad Social.

La propia Estela ha vivido de primera mano las dificultades que las personas migrantes pueden tener en un entorno hostil, con dos hijos fruto de su matrimonio con un ciudadano procedente de Guinea Bisáu. “Mis hijos son africanos”, alega para remarcar su experiencia sobre la problemática de integración que atraviesan los trabajadores extranjeros.

Durante todos sus años de trabajo en la hostelería y el turismo, Estela nunca abandonó su sueño de ser abogada. Apenas lleva seis meses colegiada, con la ilusión que la ha acompañado toda su vida de poner su profunda experiencia en el sector de la hostelería y sus amplios conocimientos en Derecho al servicio de otras personas de su entorno.

Estela apuesta por reestructurar la hostelería para un entorno laboral más atractivo

Sin dejar de atender otras áreas del Derecho, asesora, por una parte, en todo tipo de cuestiones relacionadas con nacionalidad, residencia, reagrupación familiar o permisos de trabajo. Y, por otra, asesora y representa a trabajadores y empresarios en todo tipo de cuestiones vinculadas a sus relaciones laborales. Es decir, en las problemáticas que ella misma ha vivido siempre como trabajadora del sector. Que ha vivido y que vive, porque en el inicio de su carrera como abogada compagina este trabajo con el de camarera en un restaurante de Puerto del Carmen, donde es habitual que sus compañeros la asalten para que les aclare más de una duda.

Y, por si no fuera poco, Estela trabaja también como abogada para la asociación Ahinor, de atención a personas vulnerables en procesos de abusos bancarios e hipotecarios. “Hoy en día existe un gran problema con la vivienda. Y son muchas las personas que acuden a la asociación en busca de ayuda”.

La letrada habla del “desconocimiento” por parte de los trabajadores sobre sus derechos laborales, pero también al que se enfrentan los propios empresarios sobre la regulación laboral. “En la hostelería falta mucho equilibrio por ambas partes. Los empresarios no ponen todas las herramientas que tienen para poder amonestar y realizar un buen despido, y otras veces los empleados tampoco conocen sus derechos”. Es aquí donde asegura que radica la oportunidad de su iniciativa. “Yo no escogí estudiar Derecho, me escogió a mí. Lo mismo con el tema de extranjería. Era algo que tenía que hacer”, destaca.

Extranjería

“Lanzarote es una isla multicultural. He visto cómo la familia del padre de mis hijos ha vivido el desarraigo por residir fuera del Estado español. Hay hermanos que no se conocen. El padre de mis hijos llegó a la Isla con 10 años desde África y cuando volvió con 21, no conocía a sus hermanas”. La emoción brota en su rostro cuando relata esta experiencia vivida por el que fuera su pareja.

También dice que hay numerosos bulos y falacias, como las que oye de que “los extranjeros perciben ayudas”, que hacen mucho daño. “Nunca en mi casa entró una ayuda por ser mi pareja africano. Y mi postura no solo es por vivir en primera persona estas dificultades familiares; soy una persona que cree en los derechos humanos. Hay algo en mí que me dice que todas las personas tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones”, afirma. “Las personas tienen derecho a una vida mejor. Las fronteras han sido inventadas por nosotros mismos; por mucho que me lo expliquen desde la perspectiva económica, sin incidir en el lado humano, no me cabe en la cabeza”. Por ello, no duda en defender casos de arraigo familiar, sobre todo cuando están implicados menores.

“No podemos esperar a tener un problema para saber cómo actuar”

En este punto, recuerda la denuncia interpuesta ante la Fiscalía por las letradas Irma Ferrer y Loueila Sid Ahmed Ndiaye, abogadas de la Red ciudadana de solidaridad con las personas migrantes de Lanzarote, sobre las condiciones insalubres del centro de menores no acompañados en la Casa del Mar. Recuerda que las empresas gestoras de este espacio, reconvertido en albergue, y de otros espacios de acogida, cuentan con recursos económicos, en muchas ocasiones a través de fondos europeos, “para ofrecer unos servicios dignos”. Por eso, “la acogida debe producirse con unas condiciones dignas”, insiste.

Estela señala que los migrantes “vienen a Europa buscando una mejoría, un progreso” en sus vidas. Asimismo, expone que, con frecuencia, muchos se arriesgan en patera huyendo de países con gobiernos corruptos o en guerra. “Hay que estar en su piel para entender los motivos que los llevan a abandonar sus raíces y familias y embarcarse”.

La abogada quiere poner el foco en el arraigo por formación: “Al igual que en hostelería, en extranjería hace falta una reestructuración, a fin de evitar la proliferación de la economía sumergida”. En ese sentido, existe una figura que permite a las personas con más de dos años de residencia optar a la citada modalidad. “Creo que no se está sacando provecho al arraigo por formación”, opina Estela.

Oportunidad laboral

Esa fórmula se puso en marcha en 2022, para permitir que las personas con más de dos años en España, en situación irregular, puedan estudiar y formarse, y obtener una oportunidad laboral para poder así tramitar su permiso de residencia. “Ofrece una tranquilidad a la persona extranjera. Además, suma el tiempo empleado en este proyecto para su residencia definitiva y poder optar a la nacionalidad mucho antes”.

“Hay mucha desinformación al respecto y en Lanzarote cuesta encontrar academias que realmente apuesten por esta fórmula y estén informadas”, apunta la experta. “Hay cursos de profesionalidad, habilitantes, microcredenciales... Es importante que las personas que desean matricularse en alguno de estos módulos sepan que esta formación va a proporcionarles un permiso de residencia de un año, para tras llevar a cabo la parte académica, puedan enfocar sus esfuerzos en la búsqueda de empleo. Es importante, por ello, que opten por cursos que ofrezcan oportunidades laborales en la Isla”, explica.

La hostelería es uno de los sectores con mayor demanda de mano de obra

Otra de las facetas en la que la abogada considera que habría que incidir, para mejorar la situación del personal, es la prevención. “No podemos esperar a tener un problema para saber cómo actuar. De conocer las alternativas disponibles para prever estas situaciones, evitaríamos muchos problemas, tanto por parte del empresario como de los trabajadores”. Pone un ejemplo: “Los empleados en el sector de la hostelería no cuentan con un permiso remunerado para acudir al médico”. También en casos de bajas de paternidad y otros permisos para la plantilla, sobre los que el empleador puede tener desconocimiento, explica.

“A veces es desconocimiento y otras el empresario pretende hacer la trampa”, aclara la abogada, sobre todo con el personal extranjero. “Algunos empleadores pueden aprovecharse de que el trabajador o trabajadora desconoce sus derechos por ser una persona migrante. Ahí es cuando mis dos ramas se entremezclan y por ello es tan importante nuestra intervención”, señala.

Como abogada de Extranjería, Estela Fernández recuerda que la hostelería es uno de los sectores con mayor demanda de mano de obra en la actualidad y entiende que hay que compatibilizar ambas necesidades: “Los empresarios deben perder el miedo; en realidad, todas las personas deberíamos perder el miedo. Es lo que nos paraliza y lo que nos lleva a aceptar condiciones laborales que en ningún caso deberíamos asumir”, asegura.

También ese temor impide que las personas que lo necesitan puedan acceder a un empleo. “Hay gente que lleva tres años viviendo en España y que, para conseguir el arraigo social, solo necesita un precontrato, pero no se lo dan. A otras las tienen trabajando de forma irregular durante años. Debe haber más información y concienciación”, sostiene. A estos empleadores les invita a regularizar las condiciones laborales para contar con personal más satisfecho que “rendirá más y mejor si la empresa lo cuida”.

Derecho Laboral

En cuanto al ámbito de la hostelería, Estela habla de la necesidad de reestructuración del sector, para que se genere un entorno laboral más atractivo para los jóvenes. “Es cierto que una de las causas por las que muchas personas rehúyen el sector de la restauración es el trabajo duro que supone. Hay algo que nunca vamos a poder cambiar y son esas dos horas a piñón en las que se concentra el servicio de comidas. Pero se compensa con las otras horas que el ritmo baja y permite prepararse para los picos de trabajo”, explica.

“No voy a negar que hay trabajadores que abusan, pero también hay empresarios que abusan o quieren abusar. En España tendemos mucho a la trampa y a pensar en el corto plazo. Afortunadamente, en la hostelería se está regulando mucho más”, señala Estela. También destaca la importancia de la “mediación” en el ámbito laboral y trae a colación la máxima de la abogacía: “Un mal acuerdo es mejor que un buen juicio”.