Se van tachando fechas en el calendario y la hoja de ruta del Plan General de Ordenación (PGO) de Arrecife parece cada vez menos clara. En agosto se cumplieron dos años de la aprobación inicial y se levantó la suspensión de licencias que frenaba obras que no cumpliesen con la futura ordenación. Desde antes del verano se considera inminente la presentación del nuevo Plan, del que solo se conocen borradores parciales, por parte del Gobierno de Canarias, en el que se delegó la competencia.

Mientras tanto, se siguen encendiendo focos de conflicto en el mapa urbanístico de la ciudad, el último en Altavista. En la parte este del barrio hay decenas de viviendas, algunas construidas desde hace más de tres décadas, que se han quedado encajadas en enormes bolsas de suelo destinadas a futuros polígonos industriales.

Los primeros que han llevado al Ayuntamiento su reivindicación, por ahora sin éxito, de que se catalogue a sus viviendas como suelo urbano, a través del concejal Andrés Medina, han sido los vecinos de las calles Guipúzcoa, Rioja, Álava y Vitoria. En el nuevo Plan General se incluye a las casas en un sector de suelo urbanizable industrial. En la normativa para las áreas industriales sólo se permite el uso residencial “ligado al mantenimiento y cuidado de las instalaciones industriales”.

Un informe de la Oficina Técnica de Arrecife señala que la calle de acceso al núcleo de casas no pertenece al Ayuntamiento, por lo que no se podría considerar cumplido el requisito de contar con acceso rodado. Los vecinos recuerdan que en 1992 tuvieron que pagar “contribuciones especiales” al Ayuntamiento para que asfaltara y pusiera los bordillos de una zona de la que ahora el planeamiento se desentiende. El edil Andrés Medina advierte de que “si no se da una solución, podrían darse demoliciones en el futuro” y los vecinos ya estudian emprender acciones legales.

Los residentes en la calle Vizcaya todavía no han alzado la voz pero están en una situación más rocambolesca: las casas construidas en la parte norte de la calle están en suelo urbanizable industrial, con las mismas limitaciones que las anteriores, mientras que las que se encuentran en la parte sur han quedado dentro de una pieza de suelo urbano no consolidado, denominada Los Alonso, que se tendría que desarrollar mediante un plan parcial. Su ventaja es que se les ha ‘pintado’ del mismo color que el barrio de Altavista, con uso principal residencial.

Vecinos con casas incluidas en futuros polígonos industriales amenazan con acudir a la Justicia, mientras que el Gobierno de Canarias todavía no ha entregado el futuro planeamiento

No obstante, la evolución de los borradores del Plan General se ha diseñado a golpe de protesta: las áreas diseminadas de Las Vírgenes y del camino a Güime, han pasado en unos meses de suelo rústico a suelo urbano no consolidado y asentamiento rural, respectivamente, lo que les daría cobertura.

El teniente de alcalde, Rafael Juan González, insiste en que “no hay que dramatizar” porque todavía se está en la fase de aprobación inicial, tras la que habrá periodo de alegaciones y correcciones. Escuchando a la oposición, dice, “parece que se va a acabar el mundo”.

Desde la oposición, Borja Rubio (Somos), reclama que se ponga en marcha sin dilación la Mesa del Territorio que se aprobó en mayo para analizar el Plan General y acusa al grupo de gobierno (PSOE, CC y PIL) de tener “dos velocidades”, una “rápida para los grandes propietarios de suelo” y “otra lenta para la mayoría de vecinos”.

Leticia Padilla (Ganemos) cuestiona la “falta de información” del equipo redactor y Víctor Duque (Ciudadanos) destaca que el Ayuntamiento tiene “responsabilidad” en los problemas urbanísticos de los vecinos: “Es muy cómodo decir que no hay que ser alarmistas, se nota que ninguno de nosotros vivimos ahí; si no se habría arreglado la situación”.