PATRIMONIO

El molino de Cabo Pedro, un indigente del patrimonio histórico de Arrecife

El Cabildo asegura que está en negociaciones para adquirir el molino y los terrenos anexos, unos 8.000 metros cuadrados

Foto: Manolo de la Hoz.
M. Riveiro 3 COMENTARIOS 19/10/2018 - 05:53

Más de dos siglos contemplan al Molino de Cabo Pedro, una ilustre ruina del patrimonio histórico de Arrecife. Tapiado, sin puerta ni ventanas, apenas quedan restos de su antiguo capacete. Sus muros, manchados de graffitis, resisten con dignidad en un ejercicio de resistencia a través del tiempo. Su protección hasta ahora ha sido sólo teórica. En la práctica, no ha existido.

El Molino de Cabo Pedro o de la Reseca comenzó a construirse en 1799 y su primer propietario fue Luis de Armas. El cronista José Agustín Álvarez Rixo narra la historia de Domingo ‘El guapo’, criado en la casa de los Armas, que cierto día de viento se acercó demasiado a las aspas, se enganchó la camisola, fue volteado y salió despedido por los aires. La crónica de la época dice que llegó hasta el Charco de San Ginés. Más allá de la verosimilitud del relato, lo cierto es que el molino ha sido un referente claro de la historia de Arrecife y un icono visible desde buena parte del litoral hasta que quedó oculto tras una pantalla de edificios.

En las últimas décadas el abandono y deterioro del Molino de Cabo Pedro se ha acentuado, a pesar de compartir con los castillos de San José y San Gabriel, el Puente de Las Bolas, la Casa Amarilla o la Casa de la Cultura Agustín de la Hoz, el honor de pertenecer a la reducida lista de bienes protegidos por el catálogo arquitectónico municipal en vigor, aprobado en 2004.

Tres años después, una iniciativa ciudadana elevó al Cabildo y al Ayuntamiento capitalino la solicitud de que fuera declarado Bien de Interés Cultural (BIC) al tratarse de “una de las huellas de nuestra historia”.

Se pedía entonces no sólo su rehabilitación sino que se convirtiera en un “recurso didáctico” para conocer el pasado de Arrecife. En el departamento de Patrimonio Histórico del Cabildo se llegó a avalar la solicitud y a preparar una propuesta para que se iniciaran los trámites y concederle la máxima protección.

El año pasado, el Ayuntamiento de Arrecife aprobó por unanimidad otra iniciativa para restaurar y recuperar el molino. Por el momento, todas las propuestas para recuperar el molino han caído en saco roto.

El Cabildo de Lanzarote asegura ahora que está en negociaciones con los propietarios del molino, que pertenece a cuatro ramas familiares herederas del Cabo Pedro, además de su entorno, una pieza de suelo de más de 8.000 metros cuadrados, pase a manos públicas.

El antiguo molino, con más de dos siglos y protegido en el catálogo arquitectónico de la capital, sufre un profundo deterioro a pesar de ser una muestra clave del pasado de la capital

Tras año y medio de contactos con los propietarios, ya han dado su aceptación y se está a la espera de recabar toda la documentación necesaria, indica la consejera de Patrimonio, Carmen Rosa Márquez. El precio, añade, rondaría los dos millones de euros.

Con la operación, apunta, se pretenden conseguir varios objetivos: restaurar el molino y, de paso, que Arrecife consiga un “pulmón” verde en un espacio céntrico, que se articularía a través del proyecto ‘Caminos del agua’, de la Reserva de la Biosfera.

En la actualidad esa pieza de suelo que rodea al molino está recogida como sistema general de espacio libre en el Plan General de Ordenación de Arrecife. Sobre el papel es un espacio público y a los propietarios se les compensaría con terrenos en el sector de Capellanía, una gran bolsa de suelo junto al barrio de San Francisco Javier, que no se ha desarrollado.


Ordenación en el nuevo Plan General.

En el último borrador del nuevo Plan General, el que está ahora sobre la mesa del Ayuntamiento, se plantea dejar 3.876 metros cuadrados como espacio libre público, precisamente donde está el molino, y otros 504 metros como dotaciones deportivas, con la intención de que albergue un rocódromo. Otros 3.227 metros, entre la calle Gómez Ulla y la calle Albacete, tendrían uso residencial.

Mientras se concretan las negociaciones para su adquisición por el Cabildo o, por el contrario, se fragua una operación urbanística a su alrededor en el Plan General de Arrecife, el Molino del Cabo Pedro deja entrever su interior, que evoca un pasado de escasez de alimentos y de supervivencia, y un presente de desidia y abandono.

Comentarios

Ese molino es un ejemplo dramático de una ciudad sin ordenación urbanística desde hace 30 años. Solo un ejemplo. La parálisis y el abandono bloquean a toda la ciudad.
Da autentica verguenza la isla y nuestros politicos. LANZAROTE ha perdido todo su encanto. No la cuidan como se merece. Las salinas de puerto naos y los mármoles otro ejemplo de nuestra historia en autentica ruina paisajistica. Que verguenza.
Protegen casas sin valor. Solo hay que ver el centro de arrecife no permiten demoler y no agilizan los trámites. Y lo que realmente vale no lo cuidan ...

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