El laberinto de Ernestina: prótesis dentales y financiación exprés
A Ernestina Vélez se le partió un puente que tenía en la parte superior de la dentadura. Casi no podía comer, así que necesitaba un dentista. Acudió a Vitaldent, en la calle Fajardo de Arrecife. Contó su caso y le dieron todo tipo de facilidades. Advirtió, asegura, que cobra una pensión no contributiva de 367 euros y que paga 270 del alquiler de una habitación en una casa compartida más los gastos. “No importa, el banco te hace un préstamo”, le dijeron, y le pidieron el DNI para hacer una copia. El arreglo le iba a costar entre 28 y 30 euros al mes. Ella dijo que era mucho dinero y que no le gusta tener créditos en los bancos. Le aseguraron que en un plazo de 15 días ya le estarían colocando el puente.
En el momento le presentaron un contrato para que Cetelem, una entidad bancaria, le diera un crédito por cuatro años al 18 por ciento de interés. El tratamiento iba a costar 965 euros pero el crédito era por 1.372. Ernestina firmó el crédito y dio el visto bueno al tratamiento, aunque dice que estaba un poco confusa.
En la solicitud del crédito aparece que cobra 880 euros, cuando cobra mucho menos. En el expediente, adjunto al tratamiento, en la clínica, no aparece la cantidad que cobra ni una fotocopia de la nómina. En la clínica aseguran que para que se apruebe el crédito se hace una llamada telefónica, que se graba y en la que la paciente tuvo que dar su visto bueno, algo que Ernestina no recuerda.
Una paciente, con una pensión no contributiva, renuncia a un tratamiento en Vitaldent que le habían financiado a cuatro años. Una entidad bancaria le reclamaba la deuda sin que se hubiera colocado las prótesis
Asegura que en el documento también le pusieron una dirección de correo electrónico, que no tiene, y un teléfono fijo, que tampoco tiene. Al día siguiente la vio un dentista. “Me colocó algo mal y me hizo daño”, dice Ernestina, y le contestaron que iba a ser “rápido”. “También me querían poner dos prótesis, pero una era amarilla y la otra era blanca”. Como no acabó contenta, dijo que no quería terminar el tratamiento.
A los pocos días empieza a recibir cartas y “aún no me habían arreglado nada”. “Tuve una llamada que decía que era de Cetelem, pero no era del banco porque tenía el prefijo de aquí”, dice. En esa llamada le avisaban de que se había hecho cliente del banco. Llegó a pagar tres cuotas y fue a la oficina a decir que se quería retirar del tratamiento. “Me dicen que no puedo desistir y que hable con el director y ese señor me dice que me tengo que poner las prótesis o pagarlas”.
Ernestina acude a Consumo del Cabildo, que a su vez se pone en contacto con la entidad bancaria. El banco le envía una carta en la que dicen que se han puesto en contacto con Vitaldent y que tiene a su disposición las prótesis. Dicen que no pueden rescindir el contrato y la invitan a que lo resuelva en la clínica dental. Ernestina ordenó a su banco que rechazara los pagos del tratamiento, pero le siguen llegando las cartas.
Vitaldent se pone en contacto con Diario de Lanzarote para comunicar que han decidido asumir la deuda “de forma excepcional”, rescindir el compromiso y liberar a la paciente de cualquier responsabilidad financiera
Diario de Lanzarote se puso en contacto con Vitaldent para recabar su versión de los hechos. En un primer instante, la clínica dice que el tratamiento está terminado porque se encargaron las prótesis al laboratorio y se recibieron, y que la paciente debe pagarlo aunque no se las ponga. Varios días después, esta misma semana, fuentes de Vitaldent se ponen en contacto con Diario de Lanzarote para comunicar que han decidido asumir la deuda “de forma excepcional”, rescindir el compromiso y liberar a la paciente de cualquier responsabilidad financiera.
Estas fuentes destacan que lo normal sería reclamar el dinero pero que de forma excepcional y sin entrar a valorar los motivos por los que la cliente firmó el préstamo, ya fuera, señalan, porque estuviera confundida o no lo entendiera bien, deciden tomar esta decisión para no agravar más la situación económica y social de la paciente. Señalan, igualmente, que en Vitaldent son “transparentes como los tratamientos y las condiciones que se ofrecen”.
Otro caso similar
Reinel cuenta lo que le pasó en la misma clínica a su mujer hace varios años. El tratamiento les iba a costar 1.200 euros, con un crédito del Banco Sabadell por el que tenían que pagar cien euros al mes. “Le empastaron una muela y le echaron un líquido que le peló el paladar y no podía ni tragar”, cuenta. Dos semanas después iban a tomar medidas para poner un diente postizo pero le hacían daño. “Mi mujer dijo que no siguieran con el tratamiento, así que llamé al banco y me dijeron que el crédito estaba a nuestro nombre y que no era su problema; pero nosotros nunca llegamos a tener el dinero en nuestra cuenta”, señala Reinel: “No vimos el dinero y mi mujer se quedó con el hueco del diente”. Al final tuvieron que acudir a otra clínica donde les cobraron 800 euros. “Pagamos dos veces por lo mismo”, señala.
Comentarios
1 Andrés Jue, 08/06/2017 - 15:52
2 Germán Vie, 09/06/2017 - 09:03
3 Xavier Mar, 13/06/2017 - 20:04
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